El reputado físico francés Étienne Klein, que ostenta ni más ni menos el cargo de director de investigación de la Comisión de Energía Atómica y Energías Alternativas de Francia, publicó la semana pasada una imagen que tenía que ser histórica: la primera a color y con todo lujo de detalles de Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sol. Está ubicada a 4,2 años luz de la Tierra y algunos científicos discuten si un planeta orbitando este cuerpo podría albergar vida, ya que se trata de una enana roja y una estrella fulgurante.

El experto aseguró que la imagen había sido embargada por el telescopio espacial James Webb, el observatorio especial más grande y poderoso que se ha lanzado hasta la fecha. En este sentido, la NASA presentó en julio las primeras imágenes más detalladas jamás captadas del cosmos: nebulosas, estrellas moribundas y galaxias chocando, una información que podría cambiar completamente la manera de mirar y entender el universo.

Un supuesto "nuevo mundo"

De Proxima Centauri se sabe cosas, pero todavía no se le ponía 'cara'. Tal era la importancia del hecho que Klein afirmó con grandilocuencia: "Este nivel de detalle... Un nuevo mundo se revela día tras día". La imagen mostraba una esfera de tonos rojos y lo que, supuestamente, era su relieve, con cráteres incluidos. Dada su trascendencia, la publicación se viralizó.

Nada más lejos de la realidad. Vaya, la realidad sigue estando a 4,2 años luz. Porque Klein mintió y lo que realmente compartió fue una imagen de una loncha de chorizo. Un día después, el físico publicó otro tuit donde decía: "Me siento obligado a aclarar fue una forma de diversión. Aprendamos a desconfiar tanto de los argumentos de autoridad como de la elocuencia espontánea de ciertas imágenes". Y se quedó tan ancho ante sus más de 95.000 seguidores.

Las críticas hacia Klein circularon a la velocidad de la luz y le golpearon en la cara como la onda expansiva que genera una explosión en el cosmos: con furia. El universo es infinito, quién sabe si hay un 'planeta chorizo' por ahí. Pero lo que sí que tiene un límite es el vacile a la ciencia de este experto, dada su reputación entre la comunidad científica.