El Periódico Mediterráneo

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Problema de convivencia

Música a todo volumen: placer para unos, pesadilla para otros

Hay ayuntamientos que multan su uso, pero los altavoces inalámbricos son una estampa más del verano

Una joven espera el autobús y se entretiene con un vídeo musical sin auriculares, la semana pasada en Madrid.

La música a todo volumen gracias a los altavoces inalámbricos -incluso acuáticos- es una estampa típicamente veraniega en playas y piscinas y ha desencadenado un serio problema de convivencia. Hay ayuntamientos que intentan zanjarlo, pero la solución no es fácil. La música es un "vehículo indispensable para la diversión" y es, además, un elemento que define generacionalmente lo joven.

Multas económicas

València, Laredo (Cantabria) y Motril (Granada) son algunos municipios que han prohibido -con multa económica incluida- el uso de altavoces en las playas siempre y cuando suponga una molestia para los otros bañistas. El verano pasado, la policía local de Chipiona (Cádiz) utilizó sus redes sociales para mandar un mensaje a todos los propietarios de altavoces “que lo encienden bien alto para deleite del resto vecinos playeros”. Tras agradecer con sorna su “selecta playlist de reguetón”, los agentes invitaban a respetar la normativa municipal -no molestar a los demás- y ponerse auriculares.

También en los transportes

Las playas y las piscinas no son el único sitio donde se está produciendo una explosión de música a todo gas. En los transportes públicos también. Aunque, eso sí, sin altavoz. Al igual que se hizo contra el 'manspreading' (el despatarre de los varones que se sientan con las piernas excesivamente abiertas restando espacio a los demás viajeros), el metro de Madrid incluye la recomendación de escuchar música con auriculares para no molestar al resto de pasajeros. Esta semana, la Comunidad presentó un proyecto para reproducir piezas de música clásica por la megafonía de las estaciones de la red de Metro. El tren es otro lugar frecuente de conflicto. Esta vez los ‘culpables’ suelen ser padres y madres que para distraer a sus hijos les ponen películas y series infantiles sin cascos. En 2019, se hizo viral un tuit de la periodista Àngels Barceló en el que pedía a los progenitores que viajan con niños en Renfe y les ponen pantallas que les pusieran también cascos. 

Escuchar música a diario

Con independencia de su género, la música es un “vehículo indispensable para la diversión” y “nexo de unión” entre otras personas. Ocupa un lugar central en el ocio y en la identidad colectiva de la juventud. Así se explica en el informe Jóvenes entre sonidos (Injuve), que destaca que el 80% de los chavales y las chavalas escucha a diario música, un elemento que “define generacionalmente lo joven”. Lo hizo también en los años 70 y 80, con las tribus urbanas. 

Poderío del reguetón

Según la plataforma Spotify, actualmente el reguetón es el género más popular, seguido del rap y el hip hop. El 52% de los jóvenes de 18 a 29 años asegura que escuchan reguetón a diario. A sus 20 años, el canario Pedro Domínguez Quevedo -conocido mundialmente por su segundo apellido- ha pasado de ser un auténtico desconocido en la industria musical a convertirse en uno de los artistas más buscados y escuchados. Quevedo lleva un mes de número uno mundial de Spotify. La canción más escuchada este agosto es un tema suyo, en colaboración con el artista argentino Bizarrap: ‘BZRP Music Session #52’.

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