En noviembre del 2016, Estados Unidos encaraba una de las elecciones presidenciales más frenéticas de su historia reciente entre Donald Trump y Hillary Clinton. Meses antes, miles de electores indecisos fueron bombardeados en Facebook con publicidad personalizada pagada por el magnate conservador que buscaba convencer a esos ciudadanos aunque fuese a base de mentiras para inclinar su voto y facilitar la victoria republicana. Dos años después, una investigación periodística destapó que Cambridge Analytica, la consultora británica contratada por Trump, había recopilado ilegalmente datos de hasta 87 millones de usuarios de la red social para encontrar a votantes específicos y lanzar una operación política de manipulación psicológica que generó un escándalo mundial.

En los próximos días, el director ejecutivo de Facebook (ahora renombrada Meta), Mark Zuckerberg, debía sentarse a prestar horas de declaración en respuesta a una denuncia presentada por su rol en esa brecha de privacidad. Sin embargo, eso no ocurrirá. La compañía de redes sociales ha llegado a un acuerdo con los demandantes para que ni Zuckerberg ni su antigua número dos, la recién dimitida Sheryl Sandberg, se sienten ante el juez a declarar bajo juramento.

Según avanzó Reuters, el acuerdo entre ambas partes suspende esa comparecencia durante 60 días, el tiempo que se dan para finalizar el pacto escrito. Aunque aún se conocen más detalles, se da por sentado que ese acuerdo establezca una importante compensación económica para esquivar un juicio que vuelva a poner a Facebook, ahora centrada en el desarrollo de la realidad virtual, en el centro de una polémica que hirió de gravedad su reputación.

Múltiples denuncias

La demanda, presentada por un grupo de consumidores en 2018 ante el tribunal federal de San Francisco, alegaba que Facebook compartió ilegalmente los datos de sus usuarios con otras empresas en lugar de protegerlos ante malos usos, como hizo Cambridge Analytica, que también se sirvió de ese método para impulsar la campaña del Brexit en el Reino Unido o la campaña presidencial del conservador Mauricio Macri en Argentina.

Este no es el único litigio abierto contra Facebook por el escándalo. Tras cuatro años de investigaciones, en mayo la Fiscalía del Distrito de Columbia denunció a Zuckerberg al considerar que tuvo una "participación directa" en la violación de la privacidad de los usuarios. En 2019, el regulador estadounidense impuso a la compañía una multa récord de 5.000 millones de dólares por la filtración de datos a Cambridge Analytica.

El escándalo llevó a las autoridades de EEUU, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) a abrir investigaciones sobre el caso y a los reguladores a ser más duros con Facebook. En 2018, poco después de destaparse el uso de datos sin permiso con fines políticos, Zuckerberg compareció ante el congreso estadounidense y pidió perdón, pero no ayudó a aclarar que hasta qué punto iba la relación entre la compañía y Cambridge Analytica. Poco después, la firma, impulsada por conservadores británicos con el apoyo del inversor y donante trumpista Robert Mercer, se declaró en bancarrota.