Parece que la «pesadilla» que vivieron el pequeño Mateo Domínguez, de 21 meses, y sus padres llega a su fin. El niño canario que tuvo que ser evacuado de urgencia desde Indonesia a Barcelona al detectarle una enfermedad rara ya ha recibido el alta del hospital en el que fue ingresado y está en su casa recuperado «casi al 100x100», como señaló su padre Iván Domínguez. Al menor se le ha diagnosticado anemia hemolítica autoinmune por hemolisina bifásica de Donath-Landsteiner, una enfermedad rara que hace que su sistema inmune destruya los glóbulos rojos cuando sufre una infección.

Domínguez sólo tuvo ayer palabras de agradecimiento para todas las personas que le han ayudado durante este último mes complicado, desde los ciudadanos anónimos que colaboraron con donaciones hasta las administraciones públicas. Entre todas las personas destacó al embajador de España en Indonesia, Francisco Aguilera; a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que les visitó en el hospital de Bali donde el pequeño estuvo ingresado y agilizó todos los trámites para la repatriación; y a la titular de la cartera de Sanidad, la canaria Carolina Darias, quien acudió al centro sanitario de Cataluña para interesarse por el estado de salud de Mateo a quien le hizo un regalo.

El progenitor aseguró: «Parece que todo fue una pesadilla de la que vamos a tener un final feliz». Domínguez indicó que el niño está «mucho mejor» ya en su casa de Barcelona, junto a sus abuelos maternos, desde hace una semana. «Ya está recuperado casi al cien por cien, recuperando el peso que perdió cuando estuvo más crítico, cuando no comía y estaba a base de suero», declaró. Una vez diagnosticada la enfermedad, la familia apuntó que Mateo va a poder crecer «como un niño más». «La parte buena es que una vez pasado el episodio agudo, que si no se llega a tiempo puede ocurrir lo peor y necesita de una transfusión de sangre sí o sí -el pequeño recibió siete-; Mateo tiene una recuperación espontánea y prácticamente aquí no ha pasado nada», explicó.

Domínguez recalcó el buen trato que han tenido en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde descubrieron la enfermedad rara que padece Mateo. «Nos dicen que es muy poco común, que el hematólogo que le trató sólo había visto cuatro casos en 20 años», apuntó el padre, quien enfatizó con alegría que gracias a todos los que ayudaron, entre ellos las aerolíneas Iberia y Qatar Airways, «Mateo va a ser prácticamente como cualquier otro niño y va a ser feliz mirando para adelante con mucha ilusión y esperanza».

Esa acción de las aerolíneas fue reconocida por el Gobierno de España, que agradeció especialmente a la aerolínea Qatar Airways el trato que dispensó al pequeño lanzaroteño. «Me gustaría expresar mi más profunda gratitud por los grandes esfuerzos realizados por todo el equipo de Qatar Airways para que Mateo haya podido volver a casa», indicó la ministra de Turismo, Reyes Maroto, en una carta que remitió al CEO de la compañía, Akbar Al Baker.

La misiva recalca que la colaboración de la aerolínea ha sido fundamental para que el niño llegara hasta un hospital español para su tratamiento de una anemia hemolítica autoinmune. «Creo que es importante señalar que si no hubiera sido por vuestra ayuda, esto no habría sido posible a tiempo»; apunta Reyes Maroto en la carta enviada a Al Baker, donde añade: «Estamos seguros de que, gracias a su generosidad, el niño podrá recibir el tratamiento médico que su familia busca para él en España en cuanto llegue».

La compañía qatarí contestó al Gobierno español. El CEO, Akbar Al Baker señaló que es «un deber ayudar a alguien que lo necesita y en Qatar Airways siempre estamos disponibles para colaborar con personas en apuros». «Como padre», continuó Al Baker, «puedo entender la situación que estaban viviendo» los padres de Mateo. «Me alegro de que Qatar Airways haya podido contribuir en una pequeña medida a que el niño reciba tratamiento en España», aseveró en la carta.

El pequeño lanzaroteño regresó el pasado 24 de septiembre en un vuelo que conectó Bali con Barcelona, con escala en el aeropuerto de Doha. En el primer avión estuvo, además, acompañado por un médico indonesio por si había complicaciones.