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Chequeo al sistema catalán

Afectados por las listas de la sanidad pública: "Vivimos con dolor mientras esperamos las pruebas"

Dos mujeres que deben esperar seis meses por una ecografía y un hombre que aguarda una segunda prótesis de cadera reclaman más inversión

De izquierda a derecha, Herme Bartoll, Lluís Francès y Mari Carmen del Jesús, afectados por las listas de espera. RICARD CUGAT / ANNA MAS

Las listas de espera de Cataluña han vuelto a aumentar este año después de que mejoraran en 2021 con respecto a 2020, el gran año de la pandemia en que todo se paralizó. En parte es porque los hospitales han recuperado la actividad de la era precovid y porque ahora está aflorando todo lo infradiagnosticado y no tratado en los últimos dos años.

Pero detrás de las cifras hay personas que esperan, con sufrimiento y angustia, a ser atendidas. EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, ha hablado con dos mujeres que tienen que aguardar seis meses para que les hagan una ecografía y con un hombre que todavía no tiene ni programada su segunda prótesis de cadera. Ninguno de ellos padece enfermedades graves, pues lo urgente sí es tratado sin demora, pero los dolores diarios limitan sus vidas.

Herme Bartoll: "Los grandes médicos siguen estando en la pública"

Herme Bartoll tiene que esperar seis meses para una ecografía. Ricard Cugat

Seis meses es lo que tiene que esperar Carmen Hermelinda Bartoll, 'Herme', vecina del barrio barcelonés de Sant Martí, para hacerse una ecografía. Hace tiempo que esta mujer de 75 años arrastra problemas digestivos. "Acudí a mi médica de atención primaria, que me atendió muy amablemente. No nos habíamos visto desde el covid-19, pero nos habíamos comunicado a través de La Meva Salut. Me pidió visita para una ecografía abdominal para ver cómo me funciona el hígado", explica Herme. La doctora solicitó cita para la prueba el pasado 16 de septiembre. El sistema la emplazó a acudir a hacerse la prueba el 3 de marzo de 2023, seis meses después.

Herme, jubilada, hace años que va "teniendo cosas". Hace tiempo que realiza un seguimiento de su sistema digestivo, que le da problemas. "Tengo problemas de digestión. Como la colonoscopia es desagradable, me harán la ecografía", dice. Pero hasta dentro de cinco meses, nada. "Tengo molestias. Las cosas de la digestión dan mal cuerpo en general. El abdomen me duele por todas partes", relata.

"Me duele al abdomen por todas partes. Me dieron vez para una ecografía para dentro de 6 meses"

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Pese a ello, Herme ha decidido no quejarse. "He pensado que, como no hay una urgencia -no estoy teniendo sangrados, por ejemplo-, no voy a reclamar", dice esta vecina de Barcelona que, además, forma parte desde hace años de grupos de defensa de la sanidad pública de Sant Martí. "Me encantaría que la sanidad pública funcionara bien. Debemos defenderla muchísimo. Siento mucho que ocurran estos retrasos, y esta vez me ha tocado a mí", lamenta.

Herme conoce a "más gente" que está en su situación. Ella, que superó un cáncer en 1980 y otro en 2001, cada vez que tiene una "urgencia" acude a la sanidad privada. "Me he estado haciendo prevención todos estos años en el privado: mamografías, densitometrías y visitas con el reumatólogo, con la ginecóloga y con el oculista. De pago", dice.

Asegura que, cuando ve que una cosa está "perjudicando" a su salud, paga para no esperar. Por ejemplo, hace no mucho se operó de cataratas y pagó 3.000 euros por cada ojo. "Al mismo tiempo sigo utilizando y defendiendo la sanidad pública. Quiero que se invierta más dinero en ella. Los grandes médicos están en la pública y debemos luchar muchísimo por ella", concluye.

Mari Carmen del Jesús: "Me pago un fisio mientras espero la ecografía del hombro"

Mari Carmen del Jesús también tiene que esperar seis meses por una ecografía. Anna Mas

La historia de Mari Carmen del Jesús, vecina de Polinyà (Vallès Occidental), es similar a la de Herme: debe esperar también seis meses para hacerse una ecografía. "Llevo con dolor en el hombro izquierdo desde noviembre de 2021. Fui al fisioterapeuta a hacer rehabilitación. Pagando, claro. Al ver que no mejoraba, el fisio me dijo que me hiciera una prueba".

Así, Mari Carmen acudió en marzo de este año a su centro de atención primaria (CAP). La médica, dice, le pidió visita para una ecografía para saber qué tiene en el hombro, pero hasta septiembre estuvo sin saber "nada". "El viernes 23 de septiembre me llega un mensaje para hacerme una ecografía el 14 de marzo de 2023", relata.

"Cosas básicas como ponerme el cinturón del coche me hacen ver las estrellas"

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Mientras tanto, Mari Carmen tiene los movimientos muy limitados. Apenas puede levantar el brazo, ni coger peso. El fisioterapeuta apunta a que es algo relacionado con el ligamento, pero para cerciorarse de ello debe hacerse una prueba.

"Todo este tiempo tengo dolor y, para aguantarlo, voy una vez al mes al fisioterapeuta. Pero la molestia sigue estando ahí. Y estoy pagando por un servicio que la Seguridad Social me hubiera tramitado ya si me hubieran mirado", se queja esta mujer de 45 años. El fisio le cuesta 40 euros al mes. "Los tres primeros meses iba cada semana o semana y medio".

Entrar en el coche y ponerse el cinturón son gestos cotidianos que le hacen "ver las estrellas". Ahora tiene que hacerlo "todo" con el brazo derecho. "Me he dado cuenta de la cantidad de cosas que hago con el brazo izquierdo. Cosas muy básicas como tirar del cinturón en el coche". En marzo le harán la prueba en el Hospital Parc Taulí de Sabadell. Mari Carmen trabaja en una oficina en Polinyà.

Lluís Francès: "Hay mucha dilatación entre pruebas. Mi vida está muy limitada"

Lluís Francès subiendo las escaleras de su edificio, donde no hay ascensor. Anna Mas

Lluís Francès tuvo un accidente de trabajo en abril de 2019. Él, que trabajaba como técnico de cultura en el Ayuntamiento de Palau-Solità i Plegamans (Vallès Occidental) gestionando un teatro municipal, cayó desde el escenario apoyando todo su peso en una sola pierna.

Según él, la mutua no lo visitó de forma correcta (solo le recetó unos antiinflamatorios), después vino el confinamiento y hasta junio de 2020 no pudo ir a su CAP. Ahí le pidieron cita para unas radiografías para septiembre de 2020, que reflejaron que se había producido un desplazamiento de la cabeza del fémur izquierdo, el cual se "empotró" en la cadera izquierda. Después de más de un año andando de forma incorrecta, se había lesionado también la cadera derecha.

En noviembre de 2020, un traumatólogo vio que Lluís tenía problemas en las dos caderas y necesitaba sendas prótesis. A día de hoy, solo le han puesto una en el Hospital de Mollet, la de la derecha, y asegura que ni siquiera está aún en la lista de espera para la prótesis de la cadera izquierda. Para ello, primero tiene que recuperarse de la primera. "Me pusieron la primera prótesis el 7 de septiembre de este año. Pero, desde el accidente, la primera visita de traumatología no me la hicieron hasta noviembre de 2020. Y la primera visita con el traumatólogo especialista en caderas no fue hasta agosto de 2022. Un problema son las listas de espera, pero otro no menos importante es que hay mucha dilatación desde la primera visita hasta que realmente te visita el especialista", denuncia este hombre de casi 63 años.

"Me programaron la operación hasta cuatro veces. Por forzar tanto tiempo, desarrollé una hernia inguinal"

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Desde que tuvo el accidente y hasta que fue operado por primera vez (tres años y medio después), Lluís asegura haber vivido toda una odisea, con pandemia por el medio, en la sanidad pública para que lo atiendan los especialistas y le programen pruebas. La primera resonancia no se la hicieron hasta febrero de 2021: ahí le vieron una pequeña hernia discal. Pero las pruebas para comprobar la sensibilidad en las piernas, afectadas por las lumbares lesionadas, no se las dieron hasta noviembre de ese año. Gracias a que se quejó, la mutua se las hizo en junio. Dos meses después, en agosto de 2021, un traumatólogo lo visitó para revisarle las caderas. Pero hasta 13 meses después no lo operaron de la primera cadera.

La operación, asegura, fue bien, pero ha estado tanto tiempo "forzando", que ha acabado desarrollando una hernia inguinal. "En junio me visité y me dieron cita para operarme de ella para un año después [junio de 2023]", cuenta. Mientras espera a recuperarse, asegura que su vida está "muy limitada". Sigue de baja "por enfermedad común", cuando, según él, debiera de ser una "baja laboral por accidente" si hubiera sido visitado y diagnosticado correctamente por el médico de la mutua laboral. Lleva más de un año y medio así. "Ando con muletas. No tengo ascensor en casa y recibo rehabilitación a domicilio", zanja Lluís.

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