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Entrevista

Ana de Miguel: "La prostitución es una escuela de desigualdad humana"

La experta en feminismo y movimientos sociales considera que los jóvenes aprenden una doble verdad, "en el colegio les enseñan que las mujeres son sus iguales y la pornografía les muestra que son un cuerpo con el que disfrutar"

Ana de Miguel: “Con la Ley Trans el Estado crea etiquetas, lo que va en contra de una sociedad libre”

Ana de Miguel: “Con la Ley Trans el Estado crea etiquetas, lo que va en contra de una sociedad libre” Pere Joan Oliver

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Ana de Miguel: “Con la Ley Trans el Estado crea etiquetas, lo que va en contra de una sociedad libre” Nair Cuéllar

Ana de Miguel es doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y profesora titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos. Es experta en teorías de la democracia, feminismo y movimientos sociales y autora de libros como Ética para Celia, una obra que tiene como objetivo "hablar del sentido de la vida a las nuevas generaciones".

Su conferencia en la UIB lleva el título de 'Feminismo y Democracia. Contra la doble verdad', ¿a qué se refiere con este concepto?

Me refiero a que la democracia significa que todas las palabras tienen derecho a ser escuchadas, sin embargo, la realidad es que las mujeres, la mitad de la raza humana, todavía hoy no hemos podido expresar cómo queremos organizar las sociedades democráticas. Hemos accedido a ellas tal como estaban organizadas, sin nosotras, o con nosotras encerradas en el espacio de lo privado. Teniendo esto en cuenta, si alguien pensaba que las mujeres podríamos incluirnos en la esfera de lo público de las democracias sin que esto supusiera que todo tiene que cambiar, se equivocaba. La doble verdad, por lo tanto, es que las mujeres nunca hemos podido tener voz y ahora que la tenemos, queremos es ser escuchadas.

Esa idea aparece destacada en su libro Ética para Celia, ¿cuál ha sido su principal objetivo con este libro?

El objetivo principal era hablar del sentido de la vida a las nuevas generaciones, porque mi generación hemos tenido hijas e hijos a los que no hemos educado en ninguna revelación religiosa, justamente para que ellos pudieran dar sentido a su vida, pero me di cuenta de que se me había pasado hablar a mi hijo y a mi hija de cuál es el sentido de la vida. No les hemos dicho por qué les hemos traído aquí, por qué merece la pena vivir, traer nuevas personas a este mundo cuando nuestra razón nos dice que es un mundo que está atravesando turbulencias. 

Parece que se nace ya con la idea de que las mujeres son inferiores a los hombres, ¿por qué?

Para explicarlo es mejor recurrir a las religiones. Son lo que ha dado sentido a la vida del ser humano durante miles y miles de años, y todas ellas coinciden en que todos los creyentes se imaginan a Dios como un varón. En las religiones monoteístas Dios implica ‘lo más’, todo lo sabe, es el más bueno, el más listo de todos...todos los críos y crías del planeta saben que es un varón y si no lo saben van al Museo del Prado o a la Capilla Sixtina y ya ven dibujado claramente cómo Dios es un varón. Con Alá también lo tenemos muy claro. ¿Cómo interioriza así una niña la doble verdad de que todos somos iguales, si ve que Dios es un hombre?, ¿ella dónde se ubica al tener que tragarse esa irracionalidad?, porque a Dios nadie lo ha visto nunca. La huella es muy fuerte, incluso los niños y niñas lo ven en los regalos de Reyes, ven que todo lo bueno y lo valioso viene de los varones, de los hombres. 

¿Es comprensible que muchas mujeres no entiendan el feminismo e incluso carguen contra él?

Es comprensible que la mayor parte de la sociedad no sea feminista incluso ahora que ser feminista se ha puesto de moda, ya que al estar de moda se banaliza y neutraliza la carga de cambio que trae el feminismo. Hay que reorganizar toda la sociedad, porque ahora estamos las mujeres arreglándonos como buenamente podemos para llegar a ser «como los hombres», que tienen mujeres que les cuidan para que lleguen a ser grandes deportistas, grandes empresarios, pero como el feminismo trae una carga de cambio que va a la raíz de cómo se ha organizado la sociedad sobre los cuidados y demás...esa carga de cambio no la puede aceptar quien más poder tiene en la sociedad y entonces se banaliza como si simplemente decir soy feminista fuera llevar una camiseta. Pero les comprendo, no les puedo pedir que piensen como yo y sé que el feminismo es una realidad muy incómoda.

La sociedad ha avanzado mucho en la lucha contra el machismo y sin embargo las investigaciones reflejan que cada vez son más jóvenes quienes maltratan a las mujeres, ¿a qué se debe?

Es una constante de la historia humana, solucionamos unos problemas, como que las mujeres no teníamos derechos políticos, ni al trabajo asalariado, ahora tenemos derecho a la educación...y sin embargo surgen otros problemas que ni te imaginabas. Lo que no pensábamos es que sobre las nuevas generaciones fuera a caer la sexualización de las chicas -los chicos serán los siguientes-, que surgiera esta manera tan fuerte de decirles a los críos y a las crías que su cuerpo es su mejor recurso. No sabíamos que esta presión tan fuerte para mercantilizar a las nuevas generaciones iba a ser uno de los grandes problemas a los que enfrentarse. Basta con ir a la pornografía, a la que se tiene acceso desde pequeños, es ahí cuando aprenden que se erotiza la violencia. La pornografía actual es sumamente violenta con las chicas. Ver en el pornografía cómo se grita a una mujer «guarra, zorra, cerda», algo que ningún chico le diría hoy a una chica en su pupitre, porque la considera su igual, está aprendiendo a través de la pornografía que si hay sexo por en medio ya le puede dar unas bofetadas y decirle «traga cerda babosa». Además, la sociedad capitalista y patriarcal acaba llevando a los chicos a los prostíbulos, porque es un negocio enorme y el chico no ve a una igual allí. Qué diferencia se va conformando así en la relación entre mujeres y hombres.

Como docente, cree que en los centros educativos se podría hacer más?

Espere que me voy a reír un poco ja, ja ja. Pues no, a los centros educativos les podemos poner todo el peso de lo social si queremos, pero hace unos años me llamó la Comisión de Igualdad al Congreso de los Diputados, a raíz del pacto de Estado contra la violencia para ver qué podemos hacer porque está aumentando la violencia entre jóvenes, y yo les dije que había que comenzar por impedir que la pornografía llegue en abierto no solo a los niños y niñas, a nadie. Me contestaron que no se pueden bloquear los contenidos de internet y claro que se puede hacer. Todos los dirigentes políticos, me da igual de qué partido, lo saben y nadie tiene interés en cambiar esa situación, y el acceso a la pornografía está desarrollando una cultura de violencia contra las mujeres.

¿Qué hay de los progenitores?

Si el Estado no hace nada, ¿qué pueden hacer los progenitores? El Estado cuando quiere dice: educación obligatoria, cinturón de seguridad obligatorio. Es el que legisla como le da la gana en la vida cotidiana de los niños y niñas pequeños, pasando de las familias. Si no llevas a tu hijo al colegio te dice que te van a quitar la custodia, pero luego dice que sobre la pornografía no puede hacer nada. El estado es nuestra representación soberana y es a quien le tenemos que exigir las cosas, no a las familias. Que hay que decir que ni las muy conservadoras reclaman que se ponga puertas a la pornografía, ni siquiera la Conferencia Episcopal. Todos hacen la ola a la industria del sexo patriarcal.

Entonces la pornografía, al alcance de todo el mundo y a cualquier edad, ¿qué impacto tiene?

La pornografía es la manera que tienen hoy las nuevas generaciones de aprender e interiorizar la doble verdad de lo que es una chica y lo que hacer con ella. Por un lado, en la vida oficial, en el colegio, aprenden que tienen que tener en cuenta la igualdad, y por otro lado, en este mundo de la creación, del arte, del consumo, los videoclips y de la pornografía a la que acceden desde su móvil, aprenden que esa chica también es un mero cuerpo entre los miles que están ahí, como decía Rousseau, para que nuestra vida sea fácil y agradable. Es decir, que por un lado aprenden que son sus iguales y por otro, que son material para follar. Esta doble verdad está generando un desencuentro entre chicas y chicos muy grande. Entre los vídeos más vistos cada día hay violaciones grupales, violaciones a la madre, a la hermana...la pornografía está pasando todos los límites que la humanidad se ha puesto, en el sentido de ponerse en el lugar de las otras personas, no hacer con ellas lo que a uno le dé la gana.

En cuanto a la prostitución, ¿hay que abolirla o regularla?

Soy abolicionista, que es la creencia muy fuerte de que los burdeles son una escuela de desigualdad humana, donde chicas y chicos aprenden a tener la relación más rancia y desigual posible. En el fondo la prostitución introduce, a sangre y fuego en el corazón de los chicos la idea de que las chicas tienen sexo por dinero. La prostitución es la metáfora del capitalismo sin límites, que te dice que con dinero lo tienes todo.

El Gobierno no llega a un acuerdo para aprobar la nueva Ley Trans. El movimiento feminista está dividido. ¿Es la autodeterminación de género un «borrado de las mujeres»?

Como filósofa y como feminista te puedo decir que el concepto de género ha sido para nosotras siempre un instrumento de análisis de la realidad, con el que analizábamos cómo se definía socialmente y culturalmente lo que era una mujer y lo que era un hombre. El género es una perspectiva para estudiar la sociedad, una herramienta analítica, y que haya una ley que hable de identidades de género...¿El Estado va a definir lo que es el género masculino o femenino? Así creará etiquetas, y contra eso es contra lo que ha luchado el feminismo. Esa ley va en contra de lo que busca una sociedad libre y abierta. Es impactante que una ley consista en crear etiquetas desde el Estado.

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