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Día internacional contra el 'bullying'

La plaga del 'ciberbullying': el 15% de los escolares sufre acoso en redes sociales

La mitad de los alumnos y alumnas de 5 a 18 años tienen perfil propio en aplicaciones digitales, según un nuevo estudio | Brian Giner, víctima de 'bullying' durante primaria y secundaria, se convierte a sus 23 años en un divulgador 'online' contra el hostigamiento escolar

Brian Giner, víctima de bullying y divulgador contra el acoso, fotografiado en Barcelona la semana pasada. Elisenda Pons

Insultos, burlas, agresiones y acoso psicológico. No solo en el espacio físico -el colegio o el instituto- sino en el digital. Los teléfonos móviles, las aplicaciones, los servicios de mensajería y las redes sociales elevan a la enésima potencia la pesadilla del 'bullying'. La plaga es de tal calibre que el 15% de los alumnos y alumnas de toda España de 5 a 18 años afirman que han sufrido burlas en redes sociales, según el último informe de la plataforma Educar es Todo y la marca Totto con motivo del día internacional contra el acoso escolar, que se celebra el primer jueves de noviembre.

El estudio destaca que uno de cada cinco niños y niñas admite que ha sufrido 'bullying' en su centro educativo. El 10% de las víctimas especifican que su infierno se debió al 'ciberbullying', que duele -más si cabe- que el presencial.  Según la fundación Anar, el 24’4% de los alumnos reconoce que ha podido participar sin darse cuenta en una situación de bullying o ciberbullying”.

Una pista para padres y madres: si los hijos no quieren ir al colegio, contestan mal, están apáticos o no desean conectarse a su móvil pueden ser síntomas de estar sufriendo algún tipo de humillación digital.

La mitad de los menores (51%) tiene perfil propio en redes sociales, con TikTok a la cabeza

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La estrella del 'ciberbullying' es el móvil. Ocho de cada diez padres y madres explican que los teléfonos -y los contenidos violentos no apropiados que se ven en las pantallas- potencian el acoso escolar. Tres de cada diez padres no están pendientes de lo que sus hijos e hijas ven en las pantallas. El 40% de los progenitores no tiene control parental y el 64% admite que sus hijos van al centro educativo con su móvil.

El tiempo que pasan los menores delante del móvil es especialmente alarmante: más de seis horas entre semana y casi nueve el fin de semana. Están incluidas las horas de estudio delante de una pantalla. Además, hay que subrayar, que el segmento de población incluye desde los 5 años a los 18, un abanico de edad importante. La mitad de los menores encuestados (51%) tiene perfil en redes sociales, con Tik Tok e Instagram a la cabeza, seguidos en menor medida por Youtube, Facebook y Twitter.

“El bullying no para porque ahora se lleva ahora en el móvil”

Brian Giner - víctima y divulgador contra el acoso

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Las redes sociales, efectivamente, fueron el infierno de Brian Giner (Barcelona, 1999). El brutal acoso al que fue sometido durante toda primaria y secundaria en centros de educación pública en Catalunya (se cambió en tres ocasiones) se multiplicó debido a la digitalización. “Se expande todo. Es una manera muy rápida de hacer daño”, explica el joven, que hoy, a sus 23 años, ha conseguido revertir la situación. 

Giner utiliza las redes sociales, esas que en le destrozaron en su infancia, para erigirse en divulgador 'anti-bullying'. Apasionado de la radio y creador de contenidos en internet, el joven ha convertido su perfil de Instagram en un altavoz de la lucha contra el acoso en las aulas. 

24 horas al día

Las humillaciones le perseguían las 24 horas al día de la mano de los móviles y las redes sociales. “El bullying no para porque ahora se lleva en el móvil”, lamenta. Autor del libro 'Golpeado pero no derrotado', Giner exige que de una vez por todas las escuelas dejen de lanzar el argumento de “son cosas de niños” para atajar un problema que deja secuelas psicológicas en la etapa adulta, donde se arrastran injustos estigmas. Así trata de explicarlo cada vez que, acompañado por los Mossos d’Esquadra, imparte conferencias en colegios catalanes.

'Golpeado pero no derrotado' (Punto rojo) es la manera que tiene de decirles a todos los chavales que si él pudo salir del infierno, ellos y ellas también. El primer paso es que los colegios y los institutos den un paso al frente y asuman lo que hasta ahora no quieren asumir: que existe la violencia en sus centros. “Las direcciones escolares huyen de la mala fama y la mala imagen. Por eso, no admiten que existe en un problema”, se queja.

"Me llegué a creer todos los insultos", afirma Brian Giner, que fue acosado en el colegio

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El estudio de Educar es Todo confirma las declaraciones de Giner. El 70% de los padres y madres consideran que los colegios y los institutos no están preparados para afrontar el 'bullying'. Mientras, un 30% de los docentes admiten que no tienen formación suficiente para resolver este tipo de conflictos. Los progenitores están convencidos (un 70% de ellos) de que las direcciones escolares ocultan los casos de acoso. Ese porcentaje se reduce al 45% si se pregunta a los docentes. Solo 3 de cada 10 niños o niñas que han sufrido acoso escolar admiten que han recibido apoyo por parte del colegio o instituto.

Estrabismo y sobrepeso

Los compañeros de Giner utilizaron su estrabismo y sobrepeso para ponerlo en la diana. El estudio 'La opinión de los estudiantes', el cuarto realizado por la Fundación ANAR y Mutua Madrileña y publicado en septiembre, ya desveló que en más de la mitad de casos de acoso escolar opera el aspecto físico de la víctima. Los acosadores anularon a Giner. “Me llegué a creer todos los insultos. Me sentía muy pequeño, no sabía cómo salir hacia adelante. Te convences de que no sirves para nada”, recuerda.

A Giner le daban palizas con frecuencia. Le intentaron tirar por las escaleras y le dieron bofetadas en el lavabo del colegio. “Intenté pedir ayuda y me llamaron chivato. Uno de los responsables del colegio en el que estudiaba me dijo que devolviera los golpes”, explica.

A pesar del infierno que sufrió, Giner está convencido de que los verdugos “no son monstruos” sino que son chavales y chavalas que se limitan a repetir situaciones violentas que viven en sus propias casas. “La educación se da en las escuelas, pero también en casa”, repite.

Cuando se encuentra alguno de sus acosadores por la calle, Giner revive su dura infancia. Algunos le piden perdón y otros le giran la cara.

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