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Cita de Sharm el-Sheikh

¿Quién debe pagar la factura del caos climático? 5 claves para entender el gran escollo de la cumbre

Las negociaciones siguen encalladas en cómo hacer frente a las pérdidas y daños causados por la crisis climática en las zonas más vulnerables del planeta

Un policía egipcio frente al Centro Internacional de Congresos durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27 en Sharm El-Sheikh. EFE

La huella de la crisis climática ya se extiende en todo el mundo. El aumento de las temperaturas, los extremos climáticos y la llegada de cada vez más temporales, inundaciones y sequías ya afectan a todos los rincones del planeta. Pero aunque sí es cierto que el caos climático ya invade todo el mundo, no todos lo viven por igual. Mientras que países como España pueden recuperarse del paso de una tormenta extrema (como la borrasca 'Gloria' de hace unos años), en otras zonas del planeta este mismo tipo de fenómenos extremos pueden poner en jaque a toda una comunidad. ¿Pero quién se hace cargo de pagar la factura de todos estos desastres climáticos?

La cumbre del clima de Sharm el-Sheikh ha colocado este debate en la agenda oficial de las negociaciones. Es la primera vez que la discusión sobre pérdidas y daños de la crisis climática se eleva de esta manera. Los países constatan de forma unánime la gravedad del problema y la necesidad de recaudar fondos para sufragar los estragos climáticos. El debate se centra ahora en determinar quién, cómo y cuándo debe movilizar estos fondos. Este es el punto que, en estos momentos, mantiene atascadas las negociaciones de la cumbre egipcia. 

Estas son las claves para entender el debate sobre pérdidas y daños que ahora mismo protagoniza el cierre de la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh y que, hoy por hoy, destaca como el mayor escollo. 

¿Qué son las pérdidas y daños?

El concepto de pérdidas y daños se utiliza para señalar tanto las "pérdidas permanentes" causadas por el avance de la crisis climática (como los territorios que se han convertido en un desierto) como los "daños reparables" derivados del caos climático (como un temporal o una inundación). Estos días, desde Sharm el-Sheikh, los países del sur global han alertado de que el avance de la crisis climática está causando verdaderos estragos en sus territorios y que ahora mismo no pueden hacer frente a las pérdidas y daños causados por el caos climático.

En muchas zonas de Sudaméríca, los temporales extremos derrumban casas, destruyen carreteras y causan muchas pérdidas humanas. Las comunidades africanas denuncian que el aumento de las sequías y del calor extremo están diezmando sus cultivos, agotando sus fuentes de agua y exponiendo a su población a la desnutrición. Las islas del Pacífico alertan de que el aumento del nivel del mar amenaza con borrarlas del mapa. Según explican los países más vulnerables a estos fenómenos, para ellos, poder hacer frente a las pérdidas y daños de la crisis climática es una "cuestión de supervivencia"

¿Quiénes son los responsables de la crisis climática?

El primer punto del debate tiene que ver con determinar quiénes son los responsables de la crisis climática. Y es aquí donde, desde un buen principio, se pueden encontrar opiniones opuestas. Hay quien argumenta que la factura de la crisis climática debe recaer en los países que históricamente han emitido más gases de efecto invernadero y que, por lo tanto, son los culpables de haber primero desencadenado el calentamiento global y después alimentado el aumento global de las temperaturas. Bajo este prisma entrarían prácticamente todos los países desarrollados del norte global: desde Estados Unidos hasta Europa.

También hay quien amplía el foco y argumenta que, más allá de los países que históricamente han contaminado más, habría que incluir a los mayores emisores de la actualidad. En este sentido, países como India, China y Brasil podrían señalarse dentro de los 'culpables de la crisis climática' y, por tanto, entrarían a formar parte de los estados que deben pagar parte de la factura del caos climático

¿Quiénes son las víctimas de la crisis climática?

El segundo gran debate tiene que ver con cómo se define exactamente quiénes son las víctimas de la crisis climática. La definición más amplia del término incluye gran parte de los países del sur global. Pero, en cuanto se empieza a hilar más fino sobre quién entra exactamente en esta lista, la discusión se vuelve más compleja ya que, en cierto modo, resulta problemático incluir bajo el mismo paraguas países como Guinea ecuatorial, Honduras y Sri Lanka junto a un gran emisor como India o a grandes exportadores de petróleo como Irak.

En estos momentos, en la cumbre del clima de Sharm el-Sheikh, los países que más están presionando para crear un mecanismo para hacer frente a pérdidas y daños son los del conocido como G77 (en el que se incluyen países en vías de desarrollo) y la alianza de pequeños estados insulares (en la que se incluyen una coalición de islas en riesgo de extinción por la subida del nivel del mar y los extremos climáticos). 

Según ha trascendido este viernes, Europa aceptaría incluir en la lista de "países especialmente vulnerables" a los pequeños estados insulares en vías de desarrollo, pero no todos los estados del sur global. Esta definición, pues, dejaría fuera a países como Pakistán de la lista de posibles beneficiarios de las ayudas por desastres climáticos. 

¿Cómo se recauda el dinero?

El gran quid de la cumbre de Sharm el-Sheikh es cómo establecer un mecanismo económico para financiar las pérdidas y daños de la crisis climática en las zonas más vulnerables del planeta. Hasta ahora, los países se han pronunciado de forma unánime sobre la necesidad de recaudar más fondos para hacer frente a los estragos climáticos. Lo que no está claro exactamente es cómo y cuándo crearlo, cómo debería funcionar, quién debería sufragarlo (y en qué proporción) y quiénes deberían ser los principales beneficiarios. 

En estos momentos hay tres grandes propuestas sobre la mesa: crear un nuevo fondo de pérdidas y daños en Sharm el-Sheikh, acordar la creación de esta iniciativa de cara a la siguiente cumbre de Dubai o reforzar las iniciativas financieras existentes. Según explican fuentes cercanas a las negociaciones, todas estas opciones tienen sus claroscuros. La creación de un nuevo fondo, por ejemplo, ayudaría a centralizar las finanzas pero tardaría un tiempo en desplegarse oficialmente. El refuerzo de otras iniciativas financieras, por su parte, ayudaría a agilizar el flujo de dinero pero podría ser más complicada de gestionar a largo plazo.

¿Cuánto dinero se necesita?

En el telón de fondo de esta discusión hay una cifra que se repite una y otra vez: los 100.000 millones de dólares anuales que hace hace ya una década los países más ricos (y contaminantes) del planeta se comprometieron a movilizar para hacer frente a las pérdidas y daños de la crisis climática y que, hoy por hoy, todavía no se ha conseguido reunir. Y es aquí, alrededor de esta cifra, donde confluyen todos los anteriores debates. ¿Quién debe movilizar estos fondos? ¿En qué proporción cada país debería aportar a la causa? ¿Deben aportar más los que históricamente han contribuído más al problema los que más emiten ahora?

Según un análisis de la plataforma 'Carbon Brief', si pusiéramos en una balanza los mayores emisores de la historia y su contribución al fondo de financiación climática veríamos que los grandes responsables de esta crisis no están aportando suficiente dinero para mitigar sus consecuencias más graves. Estados Unidos, considerado el mayor emisor de la historia, ha aportado 8.000 millones a esta iniciativa frente a los más de 40.000 que le correspondería pagar. Al menos según el balance de responsabilidad histórica.

Un informe de Naciones Unidas estima que, conforme la crisis climática vaya avanzando, los desastres climáticos también irán a más. Para 2030, se calcula que harán falta recaudar entre 140.000 y 300.000 millones de dólares anuales para hacer frente a las pérdidas y daños del caos climático en las zonas más vulnerables del planeta. 

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