Que las Urgencias de los hospitales se colapsen es síntoma de que algo no está funcionando bien. Los trabajadores acusan el exceso de trabajo y todo el sistema se resiente de una u otra forma pero quiénes directamente lo sufren son los pacientes: los que están horas esperando en una sala de espera y no saben cuántas más van a tener que estar haciéndose pruebas o en observación hasta poder volver a casa o ingresar en una habitación.

Este periplo que, en principio siempre es angustioso y largo, se está convirtiendo en especialmente doloroso para los pacientes que en los últimos días están acudiendo al Hospital General de Valencia o a La Fe. Los centros están al 100 % de su capacidad y la falta de camas está haciendo que algunos de estos pacientes hayan tenido que pasar dos, tres y hasta cuatro días en Urgencias hasta poder subir a planta, según la denuncia trasladada por los sindicatos. Y, aunque técnicamente para el hospital están "ingresados", las condiciones en las que lo están distan, y mucho, de la que tienen los pacientes que sí han podido pasar a planta.

"Pasan horas en un sillón, o hacinados en camas que están literalmente pegadas las unas a las otras sin ninguna intimidad. Es totalmente inhumano", denuncia la presidenta del comité de empresa del consorcio hospitalario, Rosa Zomeño. Según explican los trabajadores del hospital, el martes por la mañana se había llegado a tener a 70 pacientes a la espera de cama. Son los "pacientes en los pasillos" de los que siempre se había hablado en años prepandemia pero "ahora parece que no existen porque no están por los pasillos, pero su situación no deja de ser muy mala", añade.

En barracones y sin familiares

Y es que, en hospitales como el General con falta de espacio, estos pacientes "de más" cuando el centro estaba colapsado terminaban en los pasillos. Ahora, tras la pandemia de covid se reparten por los nuevos módulos prefabricados que se pusieron para hacer las veces de Urgencias covid y que se han quedado. "Pero las condiciones no son buenas: en sillones, en camas pegadas las unas a las otras y así lo mismo para ser vistos por el médicos que para hacer sus necesidades", añade Zomeño.

Y todo, además sin acompañamiento de familiares porque, habitualmente en Urgencias no se permite que pasen acompañantes. Esto es especialmente difícil para los pacientes de más edad "que se desorientan muy rápido. Incluso los que llegan bien, se desorientan al pasar tantas horas" en un entorno hostil como el que se convierte las Urgencias.

Desde el comité de empresa del Hospital General se están planteando llamar a la movilización del personal como ya hacen semanalmente en el hospital de La Ribera (otro de los centros donde las Urgencias llevan días colapsadas). "Queremos atender a nuestros pacientes en mejores condiciones", recordaba la sindicalista.