Kyle Lewis, un niño que acababa de cumplir 5 años, ha fallecido en brazos de sus padres en el Reino Unido después de tragarse una chincheta. El suceso tuvo lugar hace un mes, el pasado 28 de octubre, cuando el pequeño Kyle, que seis días antes había celebrado su quinto cumpleaños, se tragó una chincheta.

El pequeño tuvo que ser reanimado cuatro veces en un hospital de Leeds, en el condado de Yorkshire, al norte de Inglaterra, pero pese a los esfuerzos de los médicos murió tres días después por las lesiones producidas por las paradas cardiorrespiratorias. El niño tenía entre el 90 y 95% del cerebro dañado, según publica el diario británico 'The Star'.

"Rotos" de dolor

Tras múltiples convulsiones y una subida de la temperatura, falleció en brazos de sus padres, Emma y Mark Lewis, que están "rotos" de dolor.

"'Ni siquiera puedo explicar cómo me siento. Estoy rota más allá de las palabras. No parece cierto. No quiero que sea cierto. Lo mantuvieron con soporte vital hasta que estuvimos preparados para despedirnos", explica al diario. "Pero nunca se está preparado para algo así", añade.

Amigos de la familia crearon el pasado día 4 una web para recaudar fondos para el funeral de Kyle. "Ningún padre debería tener que enterrar a su hijo y luchar a la vez para encontrar el dinero para hacerlo", reza el texto que acompaña a la petición, que 24 días después de su creación tenía 2.595 libras esterlinas recaudadas (casi 3.000 euros).