Tres trucos para acabar definitivamente con los pececillos de plata en casa

Se trata de unos pequeños insectos que habitan sobre todo en el baño y de los que te puedes deshacer fácilmente con estos remedios

Imagen de este insecto habitual en los hogares

Imagen de este insecto habitual en los hogares

Víctor Meseguer

Hay unos pequeños seres que conviven con los humanos en cualquier casa; da igual lo nueva que sea, lo limpia o no que esté, lo ordenada o curiosa que se encuentre: ahí están siempre (o casi siempre). Son los llamados pececillos de plata o bichos del polvo, de la pared o de la humedad (lespima saccharina en su nombre científico), unos pequeños insectos de color gris plateado y con forma alargada y angulosa que adoran las zonas húmedas y la oscuridad.

Es habitual ver pececillos de plata en el baño, el zócalo del suelo y la moldura de las puertas porque se alimentan de materia orgánica y, sobre todo, les encanta el almidón, los restos de tejido, de piel, azúcar y silicona, algo que hay que tener muy en cuenta si quieres deshacerte de ellos.

Remedios para eliminar los pececillos de plata

Aunque se trata de unos insectos diminutos e inofensivos, a nadie le gusta ver cómo estos pequeños animalillos corretean por las paredes o el suelo de su hogar, escondiéndose a la mínima señal de presencia humana. Son díficiles de exterminar porque son huidizos, se refugian en pequeñas grietas y es complicado hallar sus nidos, pero con un poco de paciencia y cualquiera de estos tres métodos puedes acabar con ellos o al menos reducir notablemente su número y, por tanto, su presencia en tu hogar.

  1.  Rocíalos con alcohol etílico cuando los encuentres y, si das con el nido, haz lo mismo.
  2.  Espolvorea ácido bórico sobre grietas, fisuras y esquinas de allí donde hallas visto pececillos de plata. Se trata de un producto inofensivo para los seres humanos aunque debes manipularlo con cuidado y evitar (por precaución) que lo toquen niños y mascotas. No actúa de forma inmediata, pero al cabo de unos días, observarás cómo ha disminuido su número.
  3.  Insecticida para insectos rastreros. Acabará con todos los que pasen por encima y, si no friegas el suelo en unos cuantos días, potenciarás su efecto al no eliminar el producto.

Trucos caseros contra los pececillos de plata

Además de los tres métodos que te acabamos de contar, hay una serie de trucos caseros que puedes poner en marcha contra los incómodos lespima saccharina para evitar que estén tan presentes en casa. Son los siguientes:

Lavanda

Es un repelente natural para muchos insectos, entre ellos los pececillos de plata. Bastará con aplicar unas gotas de aceite esencial de esta planta aromática en los sitios donde suelen aparecer. También es posible utilizar aceites cítricos, de naranja o limón por ejemplo, para ahuyentar a estos animalillos: disuelve unas gotas en agua y pulveriza la mezcla sobre el suelo del baño, los zócalos y los marcos de las puertas.

Canela

Es uno de los grandes repelentes que se utilizan contra los pececillos de plata. Puedes espolvorearla en aquellos lugares que frecuenten estos insectos o bien guardarla en rama en algunos rincones de la casa.

Virutas de cedro

Son otro producto que los pececillos de plata odian, así que nada mejor que introducir virutas y hojas de cedro en pequeños saquitos repartidos por casa, sobre todo por aquellos lugares donde haya visto más pececillos de plata. Con este truco, además de deshacerte de estos pequeños insectos, podrás además perfumar la casa, puesto que las virutas de cedro desprenden un agradable y fresco aroma.

Trampa casera

Sí, como lo oyes. Una trampa casera que puedes fabricar en un santiamén con un bote de cristal y algunos copos de avena. Es tan sencillo como fijar un bote de cristal al suelo mediante cinta de carrocero (por ejemplo) para que no se mueva y permita que los pececillos de plata lleguen hasta el recipiente. En su interior colocarás unos copos de avena, uno de los alimentos favoritos de los lepisma saccharina, y sólo te quedará aguardar toda la noche a que estos diminutos insectos salgan cuando adviertan que están solos y no hay peligro. Una vez que entren al bote de cristal, no podrán salir porque se resbalarán.