Medio ambiente

El Ministerio para la Transición Ecológica diseñará un segundo plan para el Mar Menor en 2026

El próximo año se podrá elaborar un avance de qué medidas serán necesarias crear o mantener dentro de cuatro años, cuando se cierre la primera hoja de ruta prevista por Transición Ecológica para la laguna

La ministra Teresa Ribera, acompañada de Paca Baraza (MTC) y Mario Urrea (CHS).

La ministra Teresa Ribera, acompañada de Paca Baraza (MTC) y Mario Urrea (CHS). / LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

Alberto Sánchez | @asanchez777

Queda tiempo y todavía hay que cumplir el primer plan para recuperar el Mar Menor, pero el Ministerio para la Transición Ecológica avanza que preparará una segunda hoja de ruta para recuperar el Mar Menor a partir de 2026 en función de cómo hayan de resultado eficaces las medidas que se implanten hasta ahora. El cinturón verde, la restauración de las zonas mineras degradadas, la renaturalización de grandes parcelas de regadío o las obras de saneamiento en los municipios ribereños, un plan de 484 millones de euros a invertir durante los próximos cuatro años, es la primera fase para salir del escenario de riesgo en el que vive permanentemente la laguna salada.

En unas jornadas organizadas ayer por la Oficina Técnica del Mar Menor, Francisca Baraza, responsable de las actuaciones que acometerá el Gobierno central en el Mar Menor, señaló que durante el próximo año se llevarán a cabo los estudios necesarios y la caracterización de la cuenca vertiente, así como del acuífero cuaternario del Campo de Cartagena, para determinar un primer avance de lo que haya que hacer a partir de 2026. Entre medias también estará quién gobierne en España a partir de diciembre del próximo año.

«Nuestro foco está puesto en la cuenca, el Mar Menor es el sumidero y hay que reducir o eliminar la aportación de contaminantes», subrayó Baraza. La presidenta de la Mancomunidad de Canales del Taibilla estuvo acompaña del investigador del Instituto Español de Oceanografía de San Pedro del Pinatar, Juan Manuel Ruiz, y el científico del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, Gonzalo Barberá, ambos expertos en el Mar Menor y quienes coincidieron en que una nuevo modelo agrícola más sostenible es necesario para la cuenca de la laguna.

Ruiz recordó que el 85% de las presiones de sustancias que degradan este ecosistema proceden de las agricultura intensiva de regadío y un 15% de las aguas residuales originadas en los entornos urbanos frente a la laguna. El experto en ecosistemas marinos detalló los impactos que ha recibido el Mar Menor en las últimas décadas y que han logrado transformar la comunidad biológica de sus aguas y favorecer la entrada de especies oportunistas: la apertura del canal del Estacio, la transformación al regadío de gran parte de la cuenca, la minería, el trafico marítimo o la expansión urbanística.

Barberá pidió por su parte dejar el «diálogo abierto» con los agricultores para saber qué hacer en el futuro con el acuífero ante la previsión de que resulte difícil rebajar el nivel freático de las aguas subterráneas pese a los bombeos que quiere realizar el Ministerio a través de seis filtros verdes en el entorno del borde litoral.

Aguas depuradas que no quieren los regantes

El investigador del Cebas, Gonzalo Barberá, puso de manifiesto ayer el problema que implica los vertidos de aguas depuradas con altos niveles de salinidad desde las plantas de tratamiento a los canales que desembocan en el Mar Menor. El científico reclamó una respuesta ante esta situación que se da últimamente cada vez más, ya que los regantes rechazan reutilizar estos recursos por su baja calidad. En enero se conocerá el primer borrador de ayudas para los agricultores, que contarán con 20 millones de euros.

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