Muere un perro por el miedo a los petardos: Se lanzó aterrorizado desde un tercer piso

El triste suceso se produjo en Canarias, mientras que otra pareja difunde cómo se encerró en Nochevieja en el baño para evitar sobresaltos a su mascota

Leyko, de 16 años, falleció tras lanzarse desde un tercer piso al no poder soportar el ruido de los petardos.

Leyko, de 16 años, falleció tras lanzarse desde un tercer piso al no poder soportar el ruido de los petardos.

F. Aznar

Para muchos perros es un auténtico suplicio tener que convivir con el ruido de los petardos o de la pirotecnia. En la provincia de Castellón la llegada de fiestas como Magdalena o Fallas supone un gran sobresalto para las mascotas, aunque en días señalados como Nochevieja también pueden suponer una gran carga de estrés para el animal. Tanto es así, que en Canarias llegó a provocar el fallecimiento de un can. 

"Ayer se lanzó de un tercer piso y murió. Tenía pánico a la pirotecnia, esa que tú tiras, esa con la que tú te diviertes. Recuerda su cara cuando vayas a tirar un petardo la próxima vez." Así anunció el coordinador provincial de Pacma en Santa Cruz de Tenerife, Cristo Gil, del fallecimiento del animal el pasado 31 de diciembre en Canarias.

El oído de muchos animales es considerablemente más sensible que el humano, por lo que las explosiones de fuegos artificiales no solo les resultan más perturbadoras, sino que les pueden dañar más gravemente su capacidad auditiva.

Encerrados en el baño

Para evitar males mayores en su perro, esta Nochevieja en España se viralizó también una imagen curiosa de Rocky y sus dueños. El año pasado, el perro “corrió al monte asustado por la pirotecnia” propia de fin de año, según han relatado sus dueños en Twitter, que tardaron una semana en localizarlo.

Para evitar que volviera a ocurrir, los dos hermanos, Olatz e Ibon, se encerraron con el animal en el baño de su hogar con la «música a tope» y entreteniéndolo bailando para que no escuchara los petardos ni los ruidos de fuegos artificiales.

Los ruidos causados por la pirotecnia pueden provocar una pérdida de audición y tinnitus (fenómeno consistente en percibir golpes o sonidos en el oído que no provienen de una fuente externa, es decir, oír ruidos que no se corresponden con ningún sonido externo). Los perros usados en la caza sufren además en ocasiones una pérdida de audición irreversible, causada por la proximidad al ruido de los disparos.