Crisis del coronavirus

El coronavirus se contagia ‘por los pelos’

Científicos de EEUU muestran cómo el coronavirus penetra en las células del epitelio nasal a través de los cilios, proyecciones similares a cabellos

Una sanitaria realiza un test COVID.

Una sanitaria realiza un test COVID.

Rafa López | @Garcio72

Aunque a veces se le llame “cubrebocas”, la mascarilla debe cubrir bien la nariz. Nuestras fosas nasales son la vía de entrada fundamental del SARS-CoV-2, como acaba de remarcar un estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford (California) y otras instituciones científicas de Estados Unidos y publicado en la revista “Cell”. La investigación demuestra en el laboratorio cómo el coronavirus virus penetra en las células de la nariz a través de los cilios, unas minúsculas proyecciones similares a cabellos. De esta forma salvan la capa de moco, la primera barrera de defensa contra los patógenos.

Las células epiteliales ciliadas abarcan el 80% del epitelio nasal y cada una expresa alrededor de 300 cilios que “bailan” al unísono, empujando la mucosidad en una dirección. Como explica el médico indio Rajeev Jayadevan, que no participó en el estudio, los cilios pueden sobrepasar la capa de moco que normalmente es impenetrable para el virus, como una hoja de loto que atraviesa el agua en un estanque. El virus se adhiere a los cilios y entra en la célula sin tocar la mucosidad, ya que ésta lo destruiría.

Cuando el coronavirus entra en las células del epitelio, secuestra la maquinaria celular para agrandar y ramificar las microvellosidades, estructuras diminutas que ayudan a la célula a absorber y secretar sustancias. Los virus liberados flotan luego en la mucosidad hasta que encuentran otras “hojas de loto” (cilios), y el proceso se repite.

Ómicron infecta mejor el epitelio nasal. Las subvariantes de ómicron “se unen con mayor afinidad a los cilios y muestran una entrada viral acelerada”, destaca el estudio. Arriba, gráfico de la infección en los cilios (pelillos largos) y microvellosidades (pelillos cortos) con las variantes de Wuhan y Delta. Abajo, el mismo proceso con ómicron.

Ómicron infecta mejor el epitelio nasal. Las subvariantes de ómicron “se unen con mayor afinidad a los cilios y muestran una entrada viral acelerada”, destaca el estudio. Arriba, gráfico de la infección en los cilios (pelillos largos) y microvellosidades (pelillos cortos) con las variantes de Wuhan y Delta. Abajo, el mismo proceso con ómicron.

Dos receptores celulares de los cilios, ACE-2 y TMPRSS2, ayudan a entrar al virus, que “viaja en un ascensor gigante hasta el fondo del océano sin mojarse”, explica Jayadevan para ilustrar cómo el coronavirus elude la barrera de moco. “La mucosidad, a menudo considerada asquerosa, es un componente crítico de nuestra inmunidad innata. Ayuda a evitar numerosas amenazas cotidianas”, subraya el médico hindú en un hilo de Twitter.

Por otra parte, el estudio reafirma la transmisión aérea –por aerosoles– del COVID, ya que los cilios están en la parte posterior de la cavidad nasal, donde no llegarían los virus mediante gotas.

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