Abandonado al nacer

"Mi madre me abandonó en la calle, pero no tengo que perdonarla: debió ser lo más duro que hizo"

A principios de noviembre de 1979, la policía rescató de la calle a Albert Aixalà cuando apenas tenía uno o dos meses de vida

Albert Aixalà, trabajador del Ayuntamiento de Barcelona.

Albert Aixalà, trabajador del Ayuntamiento de Barcelona. / FERRAN NADEU

Elisenda Colell

"Resulta incomprensible que la persona que más te tiene que querer, tu madre, te deje en la calle. Impacta. Pero siempre pienso en sus circunstancias. Debe de haber sido de las cosas más duras que ha hecho en la vida. Yo no tengo que perdonarle de nada", explica Albert Aixalà, un trabajador del Ayuntamiento de Barcelona que esta semana ha querido hacer pública su historia en EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. Lo ha hecho después de conocer la noticia de un bebé de apenas un mes de vida que fue localizado en una bolsa deportiva en la noche más fría del año en el carrer Begur, en el barrio de Sants de la capital catalana. Los Mossos investigan a la madre de ese bebé por un delito de intento de homicidio. "Me parece exagerado", dice el hombre, que al conocer este caso ha revivido el suyo. "A este niño, cuando crezca, le diría que no mire atrás, sino adelante: hay una vida plena para vivir", añade.

Aixalà siempre supo que era un niño adoptado, que su madre biológica fue otra persona a la que jamás conoció. Pero lo que descubrió con 10 años le ha dejado un vacío que reconoce, aún hoy persiste. "Mirando unos papeles descubrí que me habían abandonado en la calle". Sucedió a principios de noviembre de 1979. "Es evidente que en el primer momento te deja en shock. De joven lo puedes vivir con más rabia o incomprensión, pero con los años aprendes a entenderlo, la desesperación a la que puede llegar una mujer para hacer esto, cuáles eran sus circunstancias", explica.

No sabe quién lo encontró ni como sucedió. Con 28 años, revisando la hemeroteca de la prensa, encontró un breve publicado en 'La Vanguardia'. "Me dejaron en la calle Bonaventura Pollés, en Sants. Es muy curioso porque yo me he criado en este barrio. Está muy cerca de mi casa, de donde vivíamos con mis padres (adoptivos)". Y muy cerca también de donde apareció el bebé hallado esta semana. "En invierno, en la misma zona... es evidente que te remueve. Y supongo que por esto lo quise contar. Pasó, sigue pasando, y esperemos que no pase más...", cuenta.

No saber el día de tu cumpleaños

Cuando fue rescatado, Aixalà ingresó en el Hospital Clínic. "Por los informes que he ido leyendo, yo estaba muy enfermo. Estuve incluso en cuidados intensivos...". Después le trasladaron a La Maternitat, y a los pocos meses un matrimonio que no podía tener hijos le adoptó. Son sus padres y los que le han brindado la vida que ha podido tener. Pasó un 20 de marzo. "Para mí es un día muy especial: también está la casualidad que fueron las primeras elecciones en Cataluña. De joven pensé que me hubiera gustado que ése fuera mi cumpleaños. Fue el día que empezó mi vida, en el fondo".

Esta es una de las cosas más curiosas de su historia: Aixalà no sabe su fecha de nacimiento. "Calculamos que es entre septiembre y octubre, pero no lo sé. No sé donde nací, cuanto pesé... no sabemos nada. Y mi madre decidió que mi cumpleaños sería el 21 de octubre, el día de su santo".

También comparte, con muchas personas adoptadas, una duda inmensa sobre su herencia. "No sé a qué enfermedades estoy más predispuesto... no sé antecedentes de nada", sigue. De hecho, esto fue lo que le llevó a contarle su historia a su hijo. "No quería que se enterara en el médico", explica. El niño, cuenta el padre, se quedó ojiplático al saberlo. "Pero bueno, ya se ha acostumbrado. Al final hay que normalizarlo", sugiere.

Tiene ideas y reflexiones claras sobre el aborto. "Lo más importante son los derechos de los niños. Que sean queridos. Y en los lugares donde se restringe el aborto, las mujeres tienen más hijos no deseados. Y lo que me pasó a mí, le pasa a más gente", dice. También se pregunta por qué las madres como la suya deciden hacer estos actos a la desesperada. "Me imagino que dar un niño en adopción debe de ser todo un proceso complicadísimo... te deben hacer sentir muy culpable".

Pero la historia de Aixalà es una historia de vida con mayúsculas. "Para mí es lo más importante: uno elige la vida que quiere. El inicio no depende de ti, pero sí lo que haces después. Es evidente que esto te genera problemas de identidad, te torturas... pero aprendes a pensar que tú eres lo que quieres hacer". Es lo que le diría al bebé hallado esta semana, si de mayor da con este artículo. ¿Y si lo ve la que fue su madre biológica? "Nunca he querido saber quién era. A veces he escrito sobre ella, me la imagino una madre muy joven, adolescente, desesperada... pero no lo sé. Y está bien que sea así. No le tengo que perdonar nada. Al final he tenido una buena vida".