Derecho de los menores

Rusia interviene para que una expresentadora de TV recupere a sus hijas en Barcelona

La DGAI otorga la tutela a la abuela de las pequeñas, aunque la batalla legal continúa en España

La expresentadora de televisión rusa Lena Lang en Sant Petersburgo.

La expresentadora de televisión rusa Lena Lang en Sant Petersburgo.

Las dos hijas de la expresentadora de televisión rusa residente en Cataluña Lena Lang, a la que se le retiró su custodia de las niñas, viven desde antes de Navidades en San Petersburgo, ciudad natal de la comunicadora. La intervención de las autoridades de Rusia, a través de su consulado en Barcelona, ha sido crucial para que la dos niñas estén bajo la supervisión de la abuela materna, tal como acordó, finalmente, la Direcció General d'Atenció a la Infància (DGAIA) de la Generalitat . Ahora toda la familia vive junta en esa ciudad. Sin embargo, la batalla legal en España continúa. La abogada de la mujer, Silvia Giménez Salinas, ha requerido de nuevo que se revoque el desamparo que activó la medida de protección y la Administración cese en las funciones tutelares, siendo retornada la potestad a los padres.

Tres días antes de Navidad, el 22 de diciembre, la DGAIA concedió a la abuela materna la tutela, en vez de al progenitor, Thomas, que trabaja en la banca y vive en Suiza, o a la madre, a la que se le retiró el cuidado de sus hijas el 17 de junio del año pasado. Según las fuentes consultadas por este diario, fue el colegio al que iban las pequeñas el que presentó las acusaciones ante la entidad de defensa de la infancia, que, a su vez, comunicó las sospechas a la justicia y, de forma paralela, acordó la retirada de la custodia a la madre, que reside de forma continuada desde 2021 en Arenys de Mar (antes ya había vivido en Cataluña).

En la resolución de la DGAI se duda, incluso, de que Lena sea la madre de las niñas, a pesar de que se han aportado certificados de nacimiento del Registro de Costa Rica (donde nació una de ellas) y de Arenys de Mar (población en la que se inscribió la otra). Las acusaciones eran de entrada graves: presunto maltrato, abandono de menores e indemnidad sexual.

De Mataró a San Petersburgo

En diciembre, tras otorgar la DGAI la tutela a la abuela, la mujer permaneció junto con las niñas durante unos días en un hotel de Mataró y después viajaron a San Petersburgo, donde llegaron el 31 de ese mes vía Turquía. Antes de ir al aeropuerto, las menores fueron al médico. “En el hotel no podía visitar a mis hijas”, asegura Lena, que viajó separada de su familia para que no hubiera problemas. “Tenía miedo de perderlas y no me arriesgué”, explica a través de una videoconferencia desde Rusia. “Las niñas están bien. No había razón para quitármelas”, insiste.

En San Petersburgo viven todos en la casa de la abuela de las pequeñas, que está jubilada. Lena no trabaja por ahora, aunque le han prometido un puesto como colaboradora científica en un museo de la ciudad. “Yo no contaba con volver a Rusia. Quería quedarme en España”, sostiene. Las menores, precisa, ya están escolarizadas ‘on line’ y llevan una vida normal.

Informe de los Mossos

A raíz de la denuncia de la DGAI, un juzgado de Arenys de Mar abrió unas diligencias. En este sentido, en la causa se ha incluido un informe de los Mossos d’Esquadra en el que se concluye que, desde un punto de vista penal, no se ha detectado ningún acto por acción ni omisión que puedan o probar “fehacientemente” los presuntos delitos que se atribuían a Lena. La canguro de las pequeñas, por ejemplo, declaró que no había presenciado ningún acto de violencia sobre las mismas, a la vez que se aportaron certificados de nacimiento, entre otras pruebas.

Para la abogada de Lena, Silvia Giménez Salinas, “no puede entenderse que existiera un grave riesgo para las menores que exigiera una intervención inmediata y la declaración provisional de desamparo”, como “atentados contra la integridad física o psíquica” que hicieran necesaria la asunción de su tutela. 

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