Gracias a los datos recopilados

Una herramienta predice el recorrido de la lava de los futuros volcanes de Canarias

Un grupo de investigadores de la ULL perfeccionan esta técnica utilizada durante la erupción de La Palma y logran que prevea con antelación los daños de un nuevo volcán

Una gigantesca colada arrasa una vivienda en el Valle de Aridane.

Una gigantesca colada arrasa una vivienda en el Valle de Aridane. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Canarias ya cuenta con una herramienta capaz de predecir cómo se van a mover las lenguas de lava de los futuros volcanes por el territorio antes incluso de que emerja del interior de la Tierra. Haciendo uso de los datos recopilados de las erupciones históricas acaecidas en el Archipiélago y de la reciente erupción de La Palma en 2021, esta técnica es capaz de concluir, con una importante precisión, hacia dónde se moverá la lava que brote de un lugar concreto, cuántas casas podría arrasar e, incluso, cuánta población estaría en riesgo.

Se trata de la misma técnica utilizada durante la erupción del Tajogaite para determinar la trayectoria de la lava, pero con ciertas mejoras que permiten utilizarla en volcanes que aún no existen y adaptarla a distintos territorios dentro de Canarias. La Cátedra de Reducción de Riesgos y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna (ULL) puso esta herramienta, basada en un programa informático, a disposición del Pevolca durante la emergencia. Con ella se pudo determinar con exactitud cuál sería el recorrido estimado de la lava y la ‘mancha’ que dejaría en el terreno. Gracias a ella se pudo saber con la suficiente antelación qué infraestructuras estaban en peligro por el paso de la roca incandescente, y tener preparadas distintos posibles escenarios de evacuación de la población. 

Dos niños contemplan el volcán de La Palma, en erupción.

Dos niños contemplan el volcán de La Palma, en erupción. / EL DÍA

Los exhaustivos datos científicos recopilados en La Palma han venido a completar y perfeccionar el algoritmo utilizado por estos investigadores en la herramienta Q-LavHA, que hasta el momento solo se nutría de los escasos datos de las erupciones históricas. Los resultados se han publicado esta semana en la revista Natural Hazards. "Los datos que recabamos durante la erupción de 2021 con los que funciona la aplicación son fáciles de adaptar a otros contextos", asegura Nerea Martín, investigadora predoctoral y autora principal de este artículo. 

El algoritmo se puede adaptar a la idiosincrasia de cada isla en apenas unas horas

Para hacer funcionar este algoritmo específico para Canarias, los investigadores introducen distintos parámetros entre los que se encuentran la elevación del terreno, el espesor esperado de las coladas, la altura máxima que puede llegar a tener una colada y la longitud máxima esperada. "En La Palma la longitud máxima era de 10 kilómetros, que era el espacio que separaba la boca del volcán del mar", revela Martín. 

Gestión de la emergencia

Contar con esta información, como insiste la investigadora de la ULL, "es muy útil desde el punto de vista de la gestión de la emergencia". "Los días previos a que se produzca una erupción, con la información referente a los signos preeruptivos, podríamos crear un mapa sobre la dirección más probable de lava", resalta Martín. Esta simulación sería preliminar y orientativa dado que en Canarias, debido a su tipo de vulcanismo monogenético –los volcanes solo entran una vez en erupción–, existe un margen de error en cuanto al lugar donde emergen las bocas eruptivas. En La Palma, por ejemplo, aunque todos los signos parecían anunciar que el volcán rompería la tierra en Jedey, finalmente lo hizo cuatro o cinco kilómetros más al norte. Pese a la incertidumbre, la investigadora defiende las posibilidades que abre el uso de esta herramienta para la protección de la población. "Tendríamos una imagen clara sobre qué infraestructuras y población puede estar en peligro antes incluso de que ocurra la erupción", resalta. 

El volcán de Tajogaite en erupción.

El volcán de Tajogaite en erupción. / AGENCIAS

Además, la simulación podría estar disponible en muy poco tiempo. En apenas una hora podría concluirse cuáles son las trayectorias de la lava más probables según el lugar en el que puedan salir las bocas eruptivas. "Si tenemos acotada la zona, se puede prever las zonas afectadas y tomar mejores decisiones con respecto a la evacuación", insiste. 

Esta herramienta ya se utiliza en otros lugares del mundo como Cabo Verde o Italia, pero en esos casos se modelan volcanes poligenéticos –que entran en erupción más de una vez–. "Allí es más sencillo porque saben de dónde va a salir la lava", resalta. Con la herramienta se pueden incluso crear varios escenarios en torno a distintas posibilidades de bocas eruptivas.

La herramienta puede ayudar a mejorar la toma de decisiones en cuanto a la evacuación de la población

Algunas limitaciones

Pese a las bondades de esta herramienta, la geógrafa admite que también tiene sus limitaciones. "Sería genial poder tener más información en tiempo real", señala. Y es que la información que se proporciona es la del impacto final de la lava. Una foto fija sobre la parte del territorio que cubriría la lava. "No te arroja resultados sobre cómo avanza la lava a través del tiempo y tampoco puedes conseguir videos interactivos", relata.

Nerea Martín ha estado perfeccionando esta técnica desde que realizó su trabajo de fin de grado entre 2019 y 2020. En él analizaba cómo podrían discurrir diferentes coladas de lava en Cumbre Vieja y alertaba que la zona con más posibilidad de que se produjera una erupción era justamente la vertiente oeste de La Palma. "Una de las simulaciones que realicé estaba tan solo a unos metros de donde finalmente ocurrió", explica Martín, que señala que el punto eruptivo de esta colada de lava generada por ordenador se encontraba en Jedey, el barrio donde se pensaba que, por la intensidad en la que el pueblo notó los movimientos sísmicos, iba a ser el que finalmente viera emerger el volcán. Para concluir en qué puntos la erupción era más probable realizó un análisis de todas las bocas eruptivas históricas y calculó la densidad de los puntos más calientes. Ahora, mientras comienza su tesis doctoral, espera que el algoritmo que ha diseñado pueda ser un revulsivo dentro del control de los volcanes de Canarias.

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