Igualdad

Decálogo contra la cosificación

El Instituto de las Mujeres elabora una línea de actuaciones para cambiar los estereotipos de género que sostienen las discriminaciones relacionadas con la imagen corporal de las mujeres

María Calado, con un ejemplar del informe del que nace el decálogo elaborado por el Instituto de las Mujeres.

María Calado, con un ejemplar del informe del que nace el decálogo elaborado por el Instituto de las Mujeres. / José Lores

M. González

El Instituto de las Mujeres ha elaborado un decálogo de actuaciones para cambiar los estereotipos de género que sostienen la cosificación y las discriminaciones relacionadas con la imagen corporal de las mujeres.

Lo ha hecho a partir del estudio de la psicóloga, investigadora, formadora y docente viguesa María Calado, titulado 'Informe sobre mujeres jóvenes y trastornos de la conducta alimentaria: impacto de los roles y estereotipos de género'.

“Es hora de proponer cambios sociales sobre aquellos factores de riesgo implicados en el desarrollo y mantenimiento de la insatisfacción corporal y trastornos alimentarios en las mujeres”, sostiene María Calado. “Sobre una base científica, elaborar políticas públicas que nos permitan vivir en una sociedad que no genere malestares estructurales e interacciones interpersonales con familias, profesionales salud y educación que no generen daño social”.

“La necesidad social está ahí, no solo en analizar los datos obtenidos durante décadas de investigación, sino de empezar a proponer qué medidas tenemos que llevar a cabo en los diferentes ámbitos, tanto en las relaciones interpersonales de las adolescentes, con sus familias y desde los ámbitos sanitario y educativo; hasta medios de comunicación, redes sociales o industria audiovisual. Es preciso generar una sociedad más sana”, reflexiona: “Está claro que ahora estamos generando una sociedad que lo único que hace es provocar malestares en las mujeres; sociedades que generan las condiciones para que se desarrollen y mantengan enfermedades mentales como los trastornos alimentarios”.

De este modo, la transformación social no puede darse en un único frente ni en un único nivel. Desde un punto de vista psicologicista, “debe trabajarse en tratamientos más respetuosos con las mujeres de todas las formas y tallas corporales e intervenciones con peso neutro”, y “desde un punto de vista estructural, es preciso abordar desde una perspectiva interdisciplinar y colaborativa los cambios estructurales necesarios en los agentes de socialización de referencia y pertenencia”, indica.

En su estudio, María Calado apunta que “es cuestión de justicia social” para alcanzar la igualdad de género “que se lleven a cabo intervenciones para transformar la sociedad en aquellos factores de riesgo vinculados a la cosificación de las mujeres y del estigma del peso, superando las desigualdades de género y el negocio instaurado entorno al cuerpo de las mujeres”.

De este modo, este decálogo, desarrollado a raíz de su estudio “refleja la necesidad de trabajar con una perspectiva interdisciplinar y colaborativa”. “Hasta el momento los trastornos de la conducta alimentaria se han visto casi exclusivamente desde el punto de vista sanitario, y claro que tenemos que avanzar en prevención y tratamientos, pero también tenemos que trabajar en promoción de la salud, en políticas públicas y en saber qué tenemos que hacer a nivel social, cómo tenemos que sensibilizar y concienciar a la sociedad para que. tanto en diferentes ámbitos profesionales como nosotras en nuestras relaciones sociales, tengamos unas interacciones sanas”, analiza María Calado.

El deseo de la investigadora es que este decálogo no se quede aquí. “Es necesario, por un lado, que se respeten y que se cumplan las leyes que ya están en vigor, como las que tienen que ver con el sexismo y con la cosificación de las mujeres en la publicidad, o como la reciente ley de influencers; y, para continuar, que sigamos en esa línea de legislar en aquellas cuestiones en las que veamos que podemos promover la salud en este ámbito”.

En el contexto actual, María Calado propone actuar en dos direcciones: “Por un lado, concienciar, sensibilizar y formar en diferentes ámbitos de la sociedad con actuaciones como este decálogo; y, por otro, intervenciones formativas en familias o profesionales de educación que estén en contacto con personas con trastornos con conducta alimentaria: trabajando en guías para abordar de qué forma hay que actuar, llevando a cabo interacciones beneficiosas en el proceso de recuperación del trastorno alimentario”, apunta.

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A raíz del Estudio 136. Informe sobre mujeres jóvenes y trastornos de la conducta alimentaria: impacto de los roles y estereotipos de género” [Calado, M. (2024)], financiado por el Instituto de las Mujeres, adscrito al Ministerio de Igualdad, a través de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, se ha elaborado este decálogo para cambiar los estereotipos de género que sostienen la cosificación y las discriminaciones relacionadas con la imagen corporal de las mujeres. Dicho decálogo incluye los siguientes puntos:

  1. Campañas de concienciación en contra de las discriminaciones por la imagen corporal y la cosificación del cuerpo de las mujeres.
  2. Formación sobre la huella digital en las redes sociales.
  3. Convertir a la comunidad educativa en un agente de prevención y actuación.
  4. Recursos para las víctimas de situaciones de cosificación y discriminación por la imagen corporal.
  5. Dotar a la infancia y juventud de conocimientos y herramientas para identificar y prevenir situaciones de discriminación.
  6. Detener la difusión de contenidos discriminatorios en las redes sociales para lograr que las mujeres no se sientan cosificadas, ni infravaloradas cuando no presentan cuerpos normativos.
  7. Implementación de la Carta de Derechos Digitales, que incluye la no discriminación algorítmica por cuestión de género.
  8. Trabajar con profesionales de la salud en su formación para eliminar el estigma del peso y abordar las situaciones de inseguridad que viven las mujeres en las consultas sanitarias.
  9. Desarrollar guías y acciones formativas dirigidas a profesionales de medios de comunicación, redes sociales, industria audiovisual, moda y publicidad.
  10. Regular, a través de leyes y normativas, aquellas industrias que se están lucrando de las inseguridades corporales de las mujeres y del estigma del peso, como las industrias farmacéuticas o alimentarias.

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