Temporal

Un cuento a cambio de una donación para superar la catástrofe de la DANA en Valencia

Narradores orales valencianos impulsan una campaña de donaciones para el sector de la cultura afectado por la DANA

Campaña de Donaciones Contes per la DANA.

Campaña de Donaciones Contes per la DANA. / LP

Gretel Morales Lavandero

Las Palmas de Gran Canaria

"Un cuento es una caricia para el alma", asegura la narradora oral Eva Andújar. La riada de Valencia lo destrozó todo a su paso desde casas, negocios, coches a familias. Trece días después, los vecinos siguen trabajando a destajo para recuperar sus pueblos, ahora las botas de agua, las escobas, cubos y fregonas forman parte de su nueva rutina. En ese lodazal de barro, ¿de qué sirve un cuento? Las palabras no limpian, no recogen, es cierto que tampoco cocinan ni pueden devolver la luz o el agua potable. Pero sí consiguen transportar al oyente, aunque sea durante unos minutos, a un mundo diferente. Un grupo de narradores valencianos ponen en marcha Contes per la DANA, una iniciativa para acercarse a los afectados con cuentos gratuitos, además de abrir un canal de donaciones destinado a ayudar a los narradores orales afectados y los espacios culturales en los que trabajaban. 

"La iniciativa surgió los primeros días, muy poquito tiempo después del inicio del desastre, cuando nos dimos cuenta de que tenemos muchos compañeros afectados por la DANASomos muchos narradores en la Comunidad Valenciana y bastantes en la zona cero", explica Andújar, una de las organizadoras del proyecto. Los narradores, además de sacar el barro y ayudar a limpiar las casas, tenían claro que necesitaban ayudar con las palabras. A través de la cuenta de Instagram ‘contesperladana_valencia’ la población puede enviar donaciones a partir de 10 euros para ayudar al sector de la cultura afectada por la gota fría. A cambio del donativo un narrador llama a la persona para contarle un cuento. 

Más de 250 profesionales

Al proyecto se han unido más de 250 profesionales de la narración de toda España. El tinerfeño Diego Reinfeld no se lo pensó dos veces antes de unirse. El cuentacuentos ha trabajado con Narradores sin Fronteras, una iniciativa que pretende brindar alegría y resiliencia a las personas que más lo necesitan. Reinfeld llamó a una sanitaria de Barcelona después de que realizara una donación: "Ella estaba trabajando junto a un niño en diálisis y yo le llevé al mar, a las montañas, e incluso vino un gallo a escucharlo". "El cuento tiene una cosa fabulosa que es que nos lleva de un lugar a otro con la promesa de que volveremos al presente", opina. 

"La gente se está volcando y es maravilloso", asegura Andújar. Los cuentos los decide cada narrador con su esencia personal. "Hemos dado unas pautas, que son básicamente que esto no es una fiesta, venimos a paliar una situación muy complicada y está muy bien que la gente sepa por qué estamos aquí", detalla Andújar. "Los narradores en cuanto escuchamos a la otra persona más o menos ya sabemos lo que hay que contar, notas si la persona puede acoger una cosa más o menos graciosa. Cada narrador va a contar lo que le parezca, pero sí que hemos dado unas pautas de tener cuidado con quién hablamos porque puede haber gente muy afectada", añade.

Donaciones materiales

Los narradores implicados también cuentan historias a las personas afectadas de la zona cero. Esta narración de emergencia busca ser un refugio para los damnificados. "Un cuento es quitar un poquito de barro del corazón y no es por una cuestión económica sino de ayuda. Queremos hacer esto", defiende Andújar. Aunque han comenzado a movilizarse para acercarse a las personas afectadas por la gota fría, aún no han podido llegar todo lo que les gustaría a ese público por la falta de comunicación. "Hay localidades en las que el teléfono no ha funcionado y no han salido de allí. Vamos muy poquito a poco", comenta la narradora. 

Como parte habitual de su trabajo, los cuentacuentos usan libros, títeres, micrófonos y otros materiales que se han perdido. Por ello, también gestionan estas donaciones que han recibido. "Mucha gente está ofreciendo material como equipos de sonido, micros o libros», enumera la narradora. Aunque muchos espacios culturales no se han recuperado, los cuentacuentos mantienen su compromiso con los enclaves que suelen ser su oficina. Los narradores han hecho sesiones de cuentos en las bibliotecas a pesar de que, en muchos casos, todavía no puedan recuperar la normalidad. "Son cosas muy emocionantes, y son recibidas de una manera muy tierna y muy bonita", afirma Andújar.

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