Trastorno obsesivo compulsivo
La vida con TOC: "No puedo pisar las líneas del suelo; siento que si lo hago pasará algo malo"
Francisco Ferrando, diagnosticado hace 12 años, vive en un estado de perfección constante

Francisco Farrando, de 36 años y que tiene un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). / Ferran Nadeu
Beatriz Pérez
Hace 12 años que a Francisco Ferrando, que ahora tiene 36 años, le diagnosticaron un trastorno obsesivo compulsivo (TOC). A raíz de un accidente de tráfico que sufrió en Argentina, su país natal, desarrolló estrés postraumático. Y después vinieron el resto de secuelas: el tartamudeo, el repetir muchas veces una cosa. Los médicos comenzaron a medicarlo. Francisco está diagnosticado de TOC y de depresión crónica. Esta última es consecuencia del trastorno inicial.
"Mi TOC es básicamente mental, de pensamientos muy repetitivos. Por ejemplo, me despierto por la mañana con una estrofa o una canción y estoy todo el día con ella. Cuando camino, no piso las líneas o las grietas del suelo. Me echaron del trabajo por esto, porque en vez de 15 minutos tardaba 40 en llegar", explica Francisco, que hace tres años que vive en Barcelona. Aquí enseguida se puso en contacto con la Associació TOC Catalunya, de la que forma parte.
El TOC, una de las 10 patologías más incapacitantes según la OMS y que afecta entre a un 2% y un 3% de la población, le hace vivir en un estado de perfección constante. "No cojo las cosas en el primer intento, sino en el tercero. No hago una determinada cosa porque, si no, siento que me puede traer mala suerte. El TOC es estar todo el día pensando sin que la cabeza frene. Si en la calle piso una línea, siento que va a pasar algo malo. Es como que pierdo el juego y viene la frustración... Y todo esto me lo llevo al trabajo", cuenta.
Otros síntomas
En su empresa, donde trabaja como técnico, los compañeros de Francisco ya saben qué tienen que hacer si sufre una crisis grave de las que le dan a veces. "A veces se me entumecen los pies y toda la parte derecha del cuerpo. Y después empieza la otra parte del cuerpo. Empiezo a apretar los brazos muy fuerte... Mis compañeros saben que tienen que llamar al 112 y que me tienen que poner un diazepam intravenoso", cuenta. Además, cada cierto tiempo tiene episodios con ideaciones suicidas. "Este año ha habido dos veces que casi llamo al teléfono de ayuda al suicidio".
Teléfonos de ayuda
El suicidio tiene un origen multifactorial, no una única causa. Es una muerte prevenible y hay espacios donde encontrar ayuda. Algunos teléfonos gratuitos en caso de conducta suicida son, en Catalunya, el 061 y, en toda España, el 024. El Ayuntamiento de Barcelona cuenta con una línea de atención al suicidio (900 925 555) que atiende llamadas de otras comunidades. El Teléfono de la Esperanza (717 003 717) también ofrece asistencia.
Al TOC le acompañan, además, la fobia social y la sensibilidad auditiva. Otro síntoma que Francisco sufre es el de la sensibilidad a la luz. Coger el metro, por ejemplo, le resulta muy difícil porque hay "mucho estímulo". "Estoy súper alerta porque además tengo mucho miedo de que me roben".
Para superar la fobia social hace terapia en exposición y prevención de respuesta (terapia EPR), que consiste en enfrentarse a eso que le da miedo. Y dice que funciona. "Una forma para evitar la fobia que tenía al metro y a los lugares concurridos fue meterme en una colla castellera. Al principio lo pasé fatal y tuve ataques de ansiedad, pero he mejorado", asegura.
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