El mapa con los pueblos más infravalorados de España: poco conocidos, pero preciosos
Muchas de estas localidades tienen infinitos encantos que ofrecer, pero, sin embargo, no gozan de la popularidad que merecen

mapa que recorre pueblos no tan famosos que deberías conocer. / Revista Viajar
Martín Álvarez
Según el INE, en España hay un total de 8.132 municipios. Muchos gozan de una fama que traspasa nuestras fronteras, mientras que otros se encuentran relegados casi al más absoluto anonimato. Por un lado, tenemos Los Pueblos más bonitos de España, que con su belleza cautivan a todo aquel viajero que se acerca a conocerlos, mientras que, por otro, descubrimos localidades que no suelen recibir visitantes y son poco conocidas a nivel nacional. Hoy, precisamente, vamos a recorrer algunos de los pueblos más infravalorados de España.
En este mapa que te ofrecemos con los pueblos más subestimados de España hay de todo. Encontramos enclaves que son conocidos, sí, pero quedan ensombrecidos por algunas localidades aledañas. También hay otros que, sencillamente, no basan ni han basado su economía en el turismo y no cuentan con infraestructura para ello. Ahora bien, como no nos cansamos de repetir, en España no hay pueblo feo, puesto que todos, por pequeños que sean, albergan algún tesoro escondido entre sus límites territoriales.
A Coruña: Noia
Comenzamos este viaje por los pueblos más infravalorados de cada provincia española en A Coruña y nos desplazamos hasta el punto más interior de la ría de Muros y Noia. Allí, en la parte más septentrional de las Rías Bajas descubrimos Noia, una comarca que aglutina 5 parroquias y 106 entidades de población. Y, precisamente el pueblo homónimo, con algo más de 14.000 habitantes suele pasar desapercibido entre los viajeros. ¿El motivo? La fama se la llevan otras localidades aledañas como Muros, Carnota o la mismísima Santiago de Compostela.

Casco antiguo de Noia, en A Coruña. / Istock / Lux Blue
Álava: Salinas de Añana
Salinas de Añana tiene más de 6.000 años de historia relacionada con la producción de sal, lo que lo convierte en uno de los paisajes culturales más antiguos de Europa. A pesar de su relevancia histórica, no es tan conocido como otros destinos en el País Vasco. Las salinas en terrazas, que aprovechan el agua salada de los manantiales subterráneos, forman un paisaje único. Aun así, muchos viajeros se deciden por visitar otros enclaves más conocidos como Laguardia o la propia Vitoria, a tan solo 30 kilómetros.
Albacete: Yeste
Yeste está rodeado de un entorno natural privilegiado, ya que se encuentra en la Sierra del Segura, una de las zonas más bellas de Albacete. Sus paisajes de montañas, ríos y bosques son ideales para el senderismo, pero este potencial turístico no ha sido del todo explotado, lo que lo convierte en un destino tranquilo y poco masificado. Entre sus joyas más destacadas encontramos la Cueva del Niño, famosa por albergar pinturas rupestres del Paleolítico, que son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Alicante: Biar
Al estar relativamente cerca de otras localidades más populares de la Costa Blanca, como Villena o Alcoy, y no tener la misma promoción que esos destinos, Biar no recibe la atención que merece. Muchos viajeros optan por visitar pueblos más turísticos o ir directamente a la playa. Una pena teniendo en cuenta que Biar tiene un patrimonio monumental impresionante, como su castillo medieval, que ha sido testigo de episodios clave de la historia de España, como la reconquista y las guerras entre moros y cristianos.

El castillo de Biar es una joya que conviene visitar. / Istock / NTCo
Almería: Las Negras
Las Negras es un pueblo pequeño y tranquilo. A diferencia de otras localidades más grandes y turísticas de la costa de Almería, como Mojácar, no cuenta con una gran infraestructura turística ni una animada vida nocturna. Esto lo convierte en un lugar ideal para quienes buscan relajarse, pero al mismo tiempo, lo hace menos atractivo para el turismo masivo que busca más servicios o entretenimiento. ¿El motivo? A pesar de ser parte de un entorno natural privilegiado, Las Negras no ha sido tan promocionado como otros lugares en el Cabo de Gata.
Asturias: Taramundi
Aunque es un lugar emblemático del turismo rural en Asturias, Taramundi está algo alejado de las principales rutas turísticas que recorren la región. La mayoría de los viajeros que visitan Asturias tienden a dirigirse hacia la costa (como en Cudillero o Llanes) o a ciudades más conocidas como Oviedo o Gijón, lo que deja a Taramundi fuera del radar para muchos. Lugares como los Picos de Europa, la Senda del Oso, o los famosos pueblos costeros captan más la atención debido a su promoción, mientras que Taramundi se mantiene en un segundo plano, a pesar de su enorme encanto.
Ávila: Barco de Ávila
Al estar cerca de ciudades turísticas como Ávila o Salamanca, Barco de Ávila suele quedar a la sombra de estos destinos más conocidos. Y no entendemos muy bien por qué, puesto que encantos no le faltan. El castillo de Valdecorneja, de origen medieval, es uno de los principales puntos de interés, así como el puente medieval sobre el río Tormes, que constituye uno de los monumentos más emblemáticos de la localidad.

Cruza el Tormes a través de este puente medieval. / Istock / photonaj
Badajoz: Llerena
En la comarca de la Campiña Sur de Badajoz descubrimos Llerena, un municipio de unos 5.500 habitantes que llegó a convertirse en el más importante centro administrativo de la provincia de León de la Orden de Santiago en Extremadura. Su centro histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1966 y en él se reúne un relevante patrimonio artístico, en el que cabe destacar la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, el palacio de los Zapata, o la plaza de España.
Baleares: Capdepera
Mallorca es una de las islas más visitadas del Mediterráneo, y destinos como Palma de Mallorca, Magaluf, Alcudia, o Cala Millor suelen atraer a la mayoría de los viajeros. Estos lugares ofrecen grandes resorts, playas espectaculares y una amplia gama de servicios turísticos, lo que deja a pueblos más tranquilos como Capdepera fuera de los itinerarios de muchos viajeros. Sin embargo, el castillo de la localidad es uno de los mejor conservados de Mallorca y ofrece vistas espectaculares de la costa y el interior de la isla, mientras que su casco antiguo tiene un encanto medieval que es difícil encontrar en otras partes de la isla.
Barcelona: Tavertet
Tavertet está situado en un entorno natural espectacular, con acantilados que ofrecen vistas panorámicas sobre el pantano de Sau y el Parque Natural de les Guilleries-Savassona. Su zona vieja, con calles empedradas y casas de piedra, es un fiel reflejo de la arquitectura tradicional catalana pero, sin embargo, es un destino que suele pasar desapercibido. La falta de promoción turística y los muchos enclaves de interés que hay en Barcelona hacen que este bonito pueblo quede relegado a un discreto segundo plano.
Burgos: Covarrubias
Covarrubias, un pintoresco municipio situado en la burgalesa comarca del Arlanza, es conocido por su rica historia, su arquitectura medieval y su entorno natural. Los enamorados del turismo rural lo tienen fichado, pero para otros muchos viajeros pasa desapercibido. Entre sus imprescindibles destacan la iglesia de San Cosme y San Damián, construida en el siglo XVI, el Museo de las Villas de la Tierra de Covarrubias, la Casa de las Monjas o la plaza Mayor, una joya en la que nos quedaríamos toda la tarde viendo a la gente pasar.

El río Arlazón a su paso por la localidad española de Covarrubias. / Istock / Jose Miguel Sanchez
Cáceres: Villanueva de la Vera
Villanueva de la Vera está rodeado de otros destinos turísticos más populares en la región, como Plasencia, Jarandilla de la Vera o Cáceres. Estos lugares tienden a atraer a más visitantes, lo que hace que Villanueva quede en un segundo plano. Además, no cuenta con una gran cantidad de hoteles, restaurantes o servicios turísticos, lo que limita la atracción de todos aquellos viajeros que buscan comodidad y opciones de entretenimiento. Una pena teniendo en cuenta que el pueblo cuenta con una arquitectura típica de la zona, con casas de piedra, iglesias antiguas y edificios de gran valor histórico, como la iglesia de San Sebastián, que destaca por su belleza arquitectónica y su historia.
Cádiz: Alcalá de los Gazules
Alcalá de los Gazules es un pueblo pequeño y tranquilo que cuenta con un rico patrimonio histórico que incluye vestigios de su pasado árabe y medieval. Entre sus monumentos más destacados se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico, y las ruinas del castillo, que ofrecen vistas panorámicas del entorno. Situado en el corazón del Parque Natural de los Alcornocales, constituye un destino ideal para los amantes de la naturaleza, aunque muchos viajeros se acaban decantando por localidades más conocidas (y mucho más masificadas, todo sea dicho), como Tarifa, Cádiz o Jerez de la Frontera.
Cantabria: Liérganes
Cantabria está viendo como el viajero pone sus ojos en la región y está viviendo un auge sin precedentes. Santilla del Mar, Comillas, Potes, Castro Urdiales o San Vicente de la Barquera se llevan gran parte de los visitantes, mientras a Liérganes llega mucha menos gente. No entendemos muy bien el porqué. El pueblo tiene una preciosa arquitectura de estilo montañés, con casas señoriales de los siglos XVII y XVIII; un entorno natural único a los pies de los Montes de Peña Cabarga; e, incluso, su propia leyenda, la del hombre pez, una historia sobre como un joven se convirtió en un ser acuático.

Liérganes es una joya que se ve opacada por otras poblaciones mucho más turísticas. / Istock / jx1306
Castellón: Villafamés
Según la IA ‘Vilafamés ofrece una combinación única de historia, cultura, naturaleza y arte contemporáneo, pero no está en el radar turístico tanto como otros pueblos de la provincia de Castellón. Para quienes buscan lugares menos masificados y llenos de encanto, este pueblo es una excelente opción que merece más atención’. Entre sus joyas, el Museo de Arte Contemporáneo Vicente Aguilera Cerni (MACVAC), que cuenta con más de 500 obras de arte de artistas de renombre o la 'roca grossa', una roca que parece desafiar las leyes de la gravedad y está situada en medio de una calle.

Panorámica de Vilafamés. / Mediterráneo
Ciudad Real: Viso del Marqués
Viso del Marqués es un pueblo con un extraordinario patrimonio histórico y arquitectónico que pasa desapercibido para la mayoría de los turistas que visitan Ciudad Real. Su palacio del Marqués de Santa Cruz, de estilo renacentista y su conexión con la historia naval de España, deberían convertirlo en una parada imprescindible, pero sigue siendo infravalorado y poco promocionado. ¿El motivo? Debido a su ubicación en una provincia con grandes referentes turísticos como Almagro o el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, queda a veces relegado a un segundo o tercer plano.
Córdoba: Zuheros
Pese a ser un pueblo declarado Bien de Interés Cultural en la modalidad de Conjunto Histórico-Artístico o uno de los Pueblos más bonitos de España, Zuheros es bastante desconocido para aquellos viajeros que no se animan a descubrir en profundidad la provincia de Córdoba. Imprescindibles resultan la cueva de los murciélagos, un yacimiento arqueológico de gran importancia y sus museos (el Ecomuseo, el Arqueológico, el de Costumbres y Artes Populares Juan Fernández Cruz o el Museo-Estudio del pintor Francisco Poyato, ubicado en el antiguo paso a nivel del tren del aceite).

Pese a sus pequeñas dimensiones, Zuheros cuenta con 4 museos muy interesantes. / Istock / Jesnofer
Cuenca: Moya
El viajero que se desplaza hasta Cuenca lo hace mayormente para disfrutar de sus casas colgadas en su capital homónima, de la Ciudad Encantada, Belmonte, Alarcón, Priego o la Serranía de Cuenca. Moya, en cambio, es uno de los pueblos más infravalorados y desconocidos y no entendemos muy bien el porqué. Hoy luce prácticamente en ruinas, con un castillo fortaleza y una muralla de gran valor histórico y es un enclave único en el que disfrutar de espectaculares vistas panorámicas de la comarca y los valles circundantes. Además, el paisaje que rodea el pueblo es perfecto para el senderismo y el disfrute de la naturaleza.
Girona: Beget
Beget se encuentra en la comarca de La Garrotxa, pero no tiene el mismo nivel de reconocimiento que otros pueblos más turísticos de la provincia, como Cadaqués o Besalú. Sus casitas de piedra, calles estrechas y puentes medievales son enclaves únicos para los amantes de la historia, la arquitectura y la fotografía, pero sigue siendo un destino poco visitado.
Granada: Moclín
Viajamos hasta Moclín, en el extremo oriental de la comarca de Loja, para descubrir su castillo nazarí, la ruta del Gollizno, las pinturas rupestres y un ambiente rural único que convierten este pueblo en una joya por descubrir. Con menos de 4.500 habitantes, esta joya pasa desapercibida pese a estar muy ligada al nacimiento del reino nazarí de Granada.
Guadalajara: Mazarete
Mazarete es un pueblito de la provincia de Guadalajara que cuenta con algo menos de una treintena de habitantes y es conocido, entre otras cosas, por tener un yacimiento de uranio dentro de su término municipal. Entre sus monumentos destacan la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI, y las ermitas de San Mamés y de San Roque. Debido a que no cuenta con oferta de alojamiento, muchos viajeros lo pasan por alto cuando buscan un destino en las inmediaciones de las serranías del Ducado y el Señorío de Molina.
Gipuzkoa: Aretxabaleta
Aretxabaleta no suele aparecer en las rutas más conocidas de turismo de naturaleza en Gipuzkoa. La sierra de Aizkorri y los bosques de robles y hayas que lo rodean son perfectos para disfrutar de un sinfín de actividades al aire libre, pero muchos viajeros se concentran en municipios como Getaria, Hondarribia, Tolosa o Zarautz. Es una pena que se pasen por alto edificios históricos interesantes, como la iglesia de San Juan Bautista, que data del siglo XVI, o el palacio de Lardizabal, una hermosa construcción de estilo neoclásico.

Las inmediaciones de Aretxabaleta son perfectas para disfrutar de un sinfín de actividades al aire libre. / Istock / Ana del Castillo
Huelva: Alájar
Pese a estar en uno de los espacios protegidos más importantes de Huelva, el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Alájar pasa desapercibido entre la mayor parte de viajeros. Estamos ante un pueblito de cuento con un casco antiguo encantador salpicado de calles empedradas y casas blancas típicas de la región. Su núcleo urbano ha sido declarado Monumento Histórico-Artístico y uno de sus puntos más fotografiados es el arco de los novios, ya que cuenta la leyenda que, si pasas con tu pareja por debajo, acabaréis pasando por el altar.
Huesca: Aínsa
En Revista VIAJAR, del mismo grupo editorial que el Periódico Mediterráneo, os hemos hablado de Aínsa en varias ocasiones: por ser uno de los pueblos más bonitos alejados del mar, por ser Capital del Turismo Rural hace unos cuantos años o por ser el más bello refugio de montaña. Aun así, el pueblo sigue a la sombra de otros municipios que aglutinan todo el flujo de viajeros, como Canfranc, Sabiñánigo, Jaca, Graus o Benasque.
Jaén: Santiago de Calatrava
Santiago de Calatrava está situado al suroeste de la comarca de La Campiña y debe su nombre a la pertenencia, en el pasado, a la Orden de Caballeros de Calatrava. Su término es cien por cien agrícola, con predominio del olivar sobre los cultivos herbáceos, que se encuentran en clara regresión y la economía se fundamenta, casi exclusivamente, en la agricultura y en la industria almazarera. Por ello, esta joya pasa desapercibida en favor de pueblos más grandes y turísticos, como Baeza o Úbeda, conocidos por su patrimonio cultural y arquitectónico.
La Rioja: San Vicente de la Sonsierra
Viajamos hasta San Vicente de la Sonsierra para descubrir su impresionante castillo que data del siglo XII, así como varias iglesias, como la de Santa María, San Andrés o San Vicente Mártir. Pese a estar muy cerca de Logroño y en una de las regiones vitivinícolas más importantes de España, este pueblo es poco visitado, ya que son enclaves como Haro o la propia capital los que aglutinan el mayor número de viajeros. Eso sí, es perfecto para quienes buscan una experiencia auténtica y alejada de multitudes en La Rioja.

San Vicente de la Sonsierra, enclave perfecto para disfrutar de una desconexión entre viñedos. / Istock / Sima_ha
Las Palmas: Ayagaures
Ayagaures, esta pequeña villa oculta entre barrancos en el sur de Gran Canaria, está formada por preciosas casas tradicionales de piedra que se mimetizan con el paisaje árido. Destaca por su presa, uno de los embalses más importantes de la isla, rodeada de palmeras, dragos y pinos.

Pequeña casa de piedra en valle de Ayagaures de Gran Canaria, España. / Istock / SimonDannhauer
León: Boñar
Boñar, en la provincia de León, es un pintoresco pueblo con un rico patrimonio cultural y natural. Destacan la Iglesia de San Pedro, de estilo gótico tardío, y el Puente Viejo, de origen medieval, que cruza el río Porma. En la Plaza Mayor se encuentra la emblemática fuente del Maragato de Boñar, símbolo del pueblo. Además, la Antigua Fábrica de Harinas es un ejemplo de su legado industrial. Rodeado de paisajes montañosos y naturales, Boñar es ideal para disfrutar de multidud de rutas por la naturaleza.

Puente Viejo de Boñar, León. / Istock / conchitinarp
Lérida: Durro
Durro es un encantador pueblo del Pirineo catalán, ubicado en el Valle de Boí, en la provincia de Lérida. Su principal atractivo es la Iglesia de la Natividad de Durro, una joya del románico lombardo declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Junto a esta, la Ermita de Sant Quirc de Durro, situada en una colina cercana, ofrece vistas espectaculares del valle. Durro conserva su encanto rural con calles empedradas y casas de piedra tradicionales, siendo un punto de interés cultural e histórico dentro de un entorno natural privilegiado en los Pirineos.

Pueblo de Durro, Valle de Boí, Cataluña. / Istock / Yvan Tessier
Lugo: Samos
Samos, en la provincia de Lugo, Galicia, es conocido por su impresionante Monasterio de San Julián de Samos, uno de los más antiguos de España y un importante enclave en el Camino de Santiago. Fundado en el siglo VI, este monasterio benedictino destaca por su imponente claustro y su iglesia barroca, con una historia vinculada a la vida monástica y al peregrinaje. Además de su riqueza histórica, Samos está rodeado de un entorno natural privilegiado, con el río Sarria y verdes paisajes que invitan al senderismo, lo que lo convierte en un lugar de gran valor cultural y natural.

El benedictino monasterio de San julián de Samos. / Istock / LuisVilanova
Madrid: Campo Real
Campo Real, situado en la Comunidad de Madrid, es un municipio con un notable patrimonio histórico y cultural. Destaca la Iglesia Parroquial de Santa María del Castillo, de origen medieval y estilo gótico-renacentista, que alberga importantes retablos. El municipio es conocido también por su producción de aceitunas y quesos, siendo famoso el Queso de Campo Real con Denominación de Origen. Su entorno natural, con paisajes de dehesas y olivares, invita a realizar rutas senderistas y disfrutar de la tranquilidad rural a poca distancia de la capital.
Málaga: Torre del Mar
Torre del Mar es una localidad costera situada en la provincia de Málaga, Andalucía, conocida por sus extensas playas y su ambiente turístico animado. Destaca el Paseo Marítimo, que se extiende a lo largo de la costa y está rodeado de chiringuitos y restaurantes, ofreciendo una gran variedad de opciones gastronómicas. El Faro de Torre del Mar, un ícono de la zona que también atrae a muchos visitantes.

Playa de Torre del Mar. / Istock / CaronB
Murcia: Mula
Mula, un encantador pueblo en la región de Murcia, que destaca por su rica historia y patrimonio cultural. Entre sus principales atracciones se encuentra la iglesia de San Miguel, una joya arquitectónica de estilo gótico-mudéjar, que alberga bellas obras de arte religioso. El castillo de Mula, que ofrece impresionantes vistas panorámicas del paisaje circundante, es otro punto de interés que remonta a los siglos XV y XVI. Además, el antiguo convento de Santa Clara, con su impresionante claustro, refleja la influencia religiosa en la arquitectura del lugar. Para los amantes de la naturaleza, el Parque Regional de Sierra Espuña, cercano a Mula, ofrece rutas de senderismo y una rica biodiversidad. Mula es, sin duda, un destino que combina historia, cultura y naturaleza.

Plaza de armas del casco antiguo de Mula, en la región de Murcia, España. / Istock / Antonio Lopez Velasco
Navarra: Areso
Areso, rodeado de montañas y con caseríos de piedra, ofrece un paisaje pintoresco con calles adoquinadas y huertas. Su arquitectura, mayormente del siglo XVIII, se vio afectada por un incendio en 1794. La iglesia de la Asunción, situada en lo alto, y el río Astomela, que cruza la llanura, son puntos destacados del pueblo, donde las casas, en su mayoría de dos o tres plantas, se distribuyen en las pendientes. Entre sus monumentos, destacan el Ayuntamiento de estilo rococó, las casas de los indianos que regresaron de América y un lavadero octogonal de 1916. La iglesia, renovada recientemente, conserva un baptisterio medieval y una torre donada por un indiano. Además, Areso cuenta con rutas históricas como la de las Cañadas y la Vía Verde, ideales para disfrutar de la naturaleza.

Pueblo de Areso rodeado de bosques en otoño, Navarra. / Istock / poliki
Ourense: Parada de Sil
Un pueblo poco conocido de la provincia de Ourense es Parada de Sil. Se encuentra en la región de la Ribeira Sacra, famosa por sus paisajes de cañones y viñedos en terrazas. Aunque la Ribeira Sacra es un destino cada vez más popular, Parada de Sil sigue siendo uno de los rincones menos conocidos y tranquilos de esta zona. Uno de sus principales atractivos es el Monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, un monasterio románico del siglo XII rodeado de un bosque de castaños. También es un buen punto de partida para explorar los Cañones del Sil, con miradores impresionantes como el de Balcóns de Madrid, que ofrece vistas espectaculares de los cañones.

Vista del Cañón del Sil desde Belesar en Parada de Sil en Galicia, España. / Istock / Rudolf Ernst
Palencia: Villalcázar de Sirga
Un pueblo poco conocido de la provincia de Palencia es Villalcázar de Sirga. Aunque discreto, este pueblo es notable por su patrimonio histórico, especialmente por la Iglesia de Santa María la Blanca, un impresionante templo gótico del siglo XIII vinculado a los Templarios. Villalcázar de Sirga se encuentra en el Camino de Santiago francés, por lo que tiene un profundo legado jacobeo, aunque a menudo es pasado por alto en favor de localidades más grandes cercanas. La iglesia alberga tumbas de nobles medievales y es famosa por su belleza arquitectónica, con impresionantes relieves y esculturas.
Pontevedra: Catoira
Este pequeño pueblo está situado a orillas del río Ulla, cerca de su desembocadura en la ría de Arousa. Aunque no es un destino turístico masivo, tiene un gran valor histórico y cultural. Catoira es conocido por las Torres de Oeste, antiguas fortificaciones medievales que defendían Galicia de las incursiones vikingas. Cada año, el primer domingo de agosto, se celebra la famosa Romería Vikinga, en la que se recrea el desembarco de vikingos en la zona, atrayendo a visitantes curiosos por esta tradición única. El pueblo también cuenta con paisajes fluviales y rutas naturales para disfrutar de paseos tranquilos a lo largo del río y la ría. Catoira combina historia, naturaleza y una cultura rica, pero aún es un lugar relativamente desconocido fuera de su entorno más cercano.

Barco de Vikingos en Catoira, Pontevedra. / Istock / Antonio Ortega
Salamanca: Candelario
Candelario es un encantador pueblo de montaña situado en la Sierra de Béjar, famoso por sus calles empedradas, casas tradicionales con balcones de madera y las características "batipuertas" (puertas de madera a media altura que se usaban para proteger las casas de la nieve). El pueblo ha conservado su arquitectura tradicional y su aire tranquilo, lo que lo convierte en un lugar ideal para quienes buscan paz y autenticidad. Además, se encuentra cerca de la estación de esquí de La Covatilla y ofrece diversas rutas de senderismo por la sierra, con paisajes naturales espectaculares.

Turista sentado en un banco contemplando los balcones llenos de macetas, Candelario, Salamanca, España. / Istock / Miguel Habano
Segovia: Fuentidueña
Este pequeño pueblo de apenas 150 habitantes es una de las joyas escondidas de la provincia. Desde 2008, buena parte de la ciudad fue declarada Conjunto Histórico. Se trata de una villa con abundantes manantiales naturales y cuenta con un sinfín de monumentos que visitar, entre los que destacan el Palacio, la Casa de la Comunidad de Villa y Tierra y el Ayuntamiento, antigua casa señorial de la familia Lara. Para los amantes de la historia, la Necrópolis medieval de Fuentidueña, que se encuentra en la parte superior del recinto amurallado, excavado en la piedra y con esculturas antropomorfas con cientos de años de antigüedad. Sin duda, un destino que debería tenerse más en cuenta.

Una ciudad medieval que no te puedes perder. / Istock / apgestoso
Sevilla: Aznalcázar
25 kilómetros separan a Aznalcázar de la capital de provincia; un factor que de por sí debería ser suficiente para darle una oportunidad. Pero con este lugar darían igual 20 que 80, pues se trata de uno de los enclaves más bonitos de la provincia. A través de él transcurre el espacio natural de la Doñana, de la cual sus pinares son la primera parada, con un laberinto de caminos que se abren paso a través del ecosistema. En su interior, es obligatorio visitar la plaza del Cabildo y la Iglesia de San Pablo, entre otros enclaves que hacen de este un sitio único del que se debería hablar más a menudo.
Soria: Morón de Almazán
Sin lugar a dudas, una de las plazas más hermosas y desconocidas de Castilla y León, ya no solo por su monumentalidad. Detrás de algunas edificaciones de Morón de Almazán como la Casa Consistorial o el Palacio Renacentista de los Hurtado Mendoza, ubicado un poco más arriba, se esconden siglos de historia de este lugar, que fue clave durante la confección del país durante unas de sus épocas más turbulentas. La Capilla de la Virgen del Rosario, con más de 500 años de antigüedad, ha sido declarada como Bien de Interés Cultural y destaca por sus frescos interiores y por el sepulcro de los Mendoza. Pero lo más increíble de este lugar es el porqué no lo conoce más gente.
Tarragona: Mont-roig del Camp
Es una de las paradas de la Autopista del Mediterráneo a escasos 30 kilómetros de Tarragona y con sus casi 800 años de historia, este lugar tiene mucho que ofrecer. Solo la vista panorámica que se puede disfrutar desde la ermita de la Mare de Deu de la Roca debería ser suficiente para convencer hasta los más escépticos, aunque no es más que la punta del iceberg. Cicloturismo, actividades náuticas, gastronomía…, la lista continúa. Si el famoso pintor Joan Miró hizo de Mont-roig del Camp su casa de vacaciones, ¿por qué no le das una oportunidad?

El pueblo de veraneo de Joan Miró. / Istock / Gerold Grotelueschen
Santa Cruz de Tenerife: Los Silos
En un lugar como Tenerife, donde cada playa es un paraíso, la arbitrariedad que hace de algunos pueblos más conocidos que otros, no parece seguir ninguna lógica. Quien habla de este lugar, lo recomienda como un sitio para disfrutar de la paz y el sosiego, lo que tiene sentido teniendo en cuenta que es uno de los lugares de la isla que siguen sin llenarse de turistas: un lugar perfecto para relajarse. Por otra parte, Los Silos es un lugar increíble, rodeado de montañas y cuya costa la custodian las playas de Puertito y la playa de Agua Dulce, que aunque no sean las mejores para pasar el día, siguen la rúbrica del resto del pueblo, por lo que son ideales para dar un paseo.
Teruel: Mirambel
Escondida entre sus murallas, esta joya del maestrazgo turolense puede llegar a convertirse en tu descubrimiento del año. Su arquitectura medieval se demuestra con portales de piedra abovedados y balcones de madera con filigranas que podrían hacer pasar a este lugar por un parque temático sobre los caballeros templarios. Mirambel se encuentra a buena distancia de cualquier ciudad a su alrededor, tardando una hora y media en llegar desde Teruel, lo que puede ser el motivo por el que no es tan visitado como debería.

Mirambel es es todos los sentidos un verdader pueblo medieval. / Istock / KarSol
Toledo: Consuegra
Este pudo ser perfectamente el lugar de la Mancha del que no se quiso acordarse Cervantes, al escribir el libro más famoso de todos los tiempos. Pensar en un paisaje de la mancha es pensar en Consuegra, pues en sus inmediaciones se encuentran las infinitas planicies doradas, caseríos de piedra con masilla blanca y los clásicos molinos blancos, con 12 en total, que son ya una atracción turística que podrás alquilar para pasar la noche. El castillo de la Muela, situado en una loma alejada del pueblo, es un lugar impresionante para mirar la ciudad.

Los molinos y el castillo de Consuegra. / Istock / Freeartist
Valencia: Chelva
Chelva es un entramado de historias y cultura que hoy toma la forma de un tranquilo pueblo en la provincia de Valencia, en la comarca de Los Serranos. Con un rico patrimonio histórico, destaca su casco antiguo con calles estrechas y empedradas, testimonio de su pasado morisco, judío y cristiano. Entre sus joyas arquitectónicas se encuentra la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de los Ángeles y los vestigios del castillo árabe. Chelva es también conocida por sus rutas de senderismo, como la Ruta del Agua, que permite disfrutar de la belleza natural de sus alrededores. Además, ofrece un ambiente tranquilo y pintoresco ideal para el turismo rural.

El enclave valenciano que fue un importante centro para varias culturas. / Istock / LUNAMARINA
Valladolid: Simancas
Un enclave vallisoletano, bañado por el Pisuerga cuando apenas surge el Duero. Esto da pie a sus impresionantes puentes, que conectan el centro del pueblo con la zona al otro lado del afluente. Su nombre proviene de una leyenda del antiguo rey de la ciudad, el rey Ramiro, que se originó tras la rebelión de las doncellas que se mutilaron para evitar ser entregadas como tributo a los caudillos árabes. En el castillo de Simancas se encuentra uno de los archivos históricos más importantes de Europa, toda una institución en materia de documentos históricos.
Vizcaya: Ea
Ea es un pequeño municipio de la provincia de Vizcaya, en el País Vasco, España. Se caracteriza por su pintoresca ubicación junto al mar Cantábrico, rodeado de montañas y naturaleza. El río Ea atraviesa el pueblo y desemboca en una pequeña playa, formando un encantador paisaje. Su casco histórico, con calles estrechas y casas tradicionales, refleja su pasado como puerto pesquero. El pueblo es conocido por su ambiente tranquilo, ideal para quienes buscan disfrutar de la costa vasca y el senderismo en un entorno rural. Un sitio precioso, al igual que otros de la región, al que deberías echar un vistazo.

Un pueblo que esconde miles de encantos. / Istock / MarioGuti
Zamora: Camarzana de Tera
Se encuentra en la comarca de Benavente y Los Valles, a orillas del río Tera, lo que le proporciona un entorno natural privilegiado. De él se destaca su agricultura, especialmente en la producción de maíz y otros cultivos de regadío. El pueblo también cuenta con un importante yacimiento arqueológico de época romana, lo que revela su relevancia histórica. Camarzana de Tera ofrece una combinación de paisaje rural y patrimonio cultural, ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza.
Zaragoza: Biel
Situado en la comarca de las Cinco Villas, Biel se encuentra en un entorno montañoso, rodeado de bosques y paisajes naturales, convirtiéndolo en un lugar ideal para el senderismo. Su monumento más destacado es el castillo de Biel, una fortaleza medieval que domina la localidad desde lo alto de una colina. Además, su casco antiguo conserva calles empedradas y casas de piedra que reflejan su pasado histórico. Biel es un lugar que destaca por su tranquilidad y encanto rural, ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza y el patrimonio aragonés.
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