Sanidad
Incertidumbre y preocupación por el futuro de Muface: “He estado con ansiedad estos días”
Las crisis entre las aseguradoras y el Gobierno mantiene en vilo a casi 60.000 malagueños funcionarios y a sus familias que temen perder su cobertura sanitaria privada y ver interrumpidos sus tratamientos

De izq. a fecha. Mari Carmen, Federico y Paola, funcionarios en Málaga / REDACCIÓN
Arancha Tejero
“Mi preocupación es que tengo cáncer de mama. Me lo diagnosticaron el año pasado, me operaron, recibí el tratamiento de quimio y de radio y ahora me encuentro en el tratamiento durante cinco años de una pastilla y los controles al respecto cada seis meses”, relata Mari Carmen Mena, una de los miles de funcionarias malagueñas que lleva meses preocupada por la posible desaparición de Muface (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado) y, en concreto, por el futuro de su tratamiento.
La siguiente revisión con la oncóloga le toca en enero y “por los pelos” ha podido coger la cita, ya que el actual concierto, que da asistencia sanitaria a través de la sanidad privada a 1,5 millones funcionarios de toda España, caduca el próximo 31 de enero si las aseguradoras y el Gobierno no llegan antes a un acuerdo para renovarlo.
“Pero aparte de la cita, necesito pedir una mamografía y una ecografía y veremos ahí que no haya problemas. Todavía no la he pedido porque queda un mes, pero en cierto modo sí que tengo miedo de que ahora no me quieran hacer esas pruebas y yo las necesito para la oncóloga”, comparte Mari Carmen, que se pregunta qué va a ser de ella y de los miles de funcionarios que, desde hace semanas, viven con la incertidumbre de qué pasará con sus coberturas sanitarias a partir del 1 de febrero.
Afectados en Málaga
Solo en la provincia de Málaga, son casi 60.000 personas, entre titulares y familiares, las que están en vilo al no saber si continuarán siendo atendidos por la sanidad privada, o si serán traspasados a la sanidad pública, ya de por sí “colapsada” como denuncian los mutualistas que ponen en duda que el sistema sanitario puedan absorberlos a todos.
El pasado 5 de noviembre las tres aseguradoras (Adeslas, Asisa y DKV) que actualmente prestan la asistencia sanitaria dentro de Muface renunciaron a presentarse a la nueva licitación al considerar que les generaba muchas pérdidas. Ahora, el Gobierno está trabajando en una nueva, pero continúa la duda de si cumplirá con las exigencias de las compañías y si estas querrán presentarse.
Mientras tanto, la tensión y la angustia crece entre los mutualistas, especialmente, entre aquellos que, como Mari Carmen, se encuentran en tratamiento o en seguimiento por una enfermedad. En su caso, afirma que no le preocupa tanto perder a su oncóloga, como la dificultad para conseguir cita con otros especialistas a los que necesita acudir por los efectos secundarios de su patología.
“Nosotros necesitamos un seguimiento y unos controles, ¿cómo nos lo van a hacer en la seguridad social con las listas de espera que hay?”, se pregunta la profesora de secundaria, que, a día de hoy, continúa de baja y necesita acudir al médico de familia cada 15 días para que se la renueven. “Si mi marido que está en la sanidad pública tarda 20 días en conseguir cita con la doctora de cabecera ¿cómo me la van a dar a mí en 15 días?”, añade.
Carmen, bronquitis asmática grave
Carmen también es profesora en Málaga y lleva semanas angustiada por culpa de la crisis de Muface. “Yo he estado con ansiedad estos días porque esta situación, para mí en concreto, es muy complicada al ser enferma crónica de riesgo”, confiesa la docente, que explica que padece una bronquitis asmática grave que la obliga todavía a llevar mascarilla y a tomar dos medicaciones para poder respirar bien. “Una de ellas es anual y no sé si me van a firmar o no el visado de la medicación, porque no sabemos lo que va a pasar y el problema es que yo sin esa medicación no puedo seguir adelante”, señala con una notable inquietud.
Además de la medicación, le preocupa que, en el caso de tener que cambiarse a la sanidad pública, le tengan que reiniciar todos los estudios y tratamiento de su enfermedad. “Eso supondría estar uno o dos meses sin la medicación y para mí eso es tener que estar con la bombona de oxígeno”, subraya Carmen, que también está intranquila por las revisiones a las que tiene que someterse cada uno o tres meses en función de su estado.
Federico y Paola, preocupación por sus hijos
En el caso de Federico (39 años), lleva siendo atendido por los mismos profesionales de la sanidad privada desde que sacó la oposición de profesor en 2019. Y, aunque tiene artrosis en ambas caderas, insiste en que su mayor preocupación es perder a la pediatra que ha estado atendiendo a sus dos hijos pequeños desde que nacieron. “Ahora me veo en la tesitura de que probablemente el próximo 31 de enero tenga que desprenderme de su servicio y mi hija, que tiene un año y medio, está en la guardería y es una edad en la que se ponen malos con frecuencia”, sostiene el docente, que, debido a la incertidumbre del futuro de Muface se ha visto obligado a posponer una operación por su enfermedad.
“Teníamos previsto hacer una pequeña intervención, una artroscopia que es una intervención que se hace para retrasar lo máximo posible la prótesis, pero ahora mismo lo tengo paralizado porque no sé lo que va a ocurrir y si voy a seguir con ellos”, cuenta Federico, que decidió llamar a su traumatólogo tras recibir una carta de DKV, en la que le informaban de que a partir del 31 de enero dejaría de pertenecer a la aseguradora.
Seguros privados
El funcionario lamenta el poco tiempo con el que se ha avisado de este cambio tan grande y afirma que, debido a su enfermedad, está preocupado por el precio que un seguro privado pueda exigirle, si es que le acepta alguna compañía. “Tengo el miedo de que con mi patología y el informe que yo ahora tengo si un seguro privado me va a querer cubrir”.
Paola, funcionaria del Interior en Málaga, se encuentra en una problemática similar. Es madre soltera y a su hijo le están haciendo unas pruebas y estudios porque creen que puede tener algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). “Si al final hubiese algún problema y necesitase terapia de cualquier tipo, imagínese la diferencia entre estar dentro de Muface y no estarlo”, resalta Paola, que asegura que, en caso de que se disolviese el modelo de mutualidad, no podría permitirse pagar un seguro privado.
Suscríbete para seguir leyendo
- Niño Becerra asusta a los españoles con su predicción: 'Llegará antes de lo que se piensa
- Una discusión en una panadería por pedir una barra de pan en catalán acaba en los juzgados
- Incendio en una empresa cerámica de Castellón
- Aviso del Banco de España: a partir de julio, adiós a estos billetes
- De película: un ladrón se echa a un pantano de Castellón para huir pero acaba atrapado y rescatado
- La nueva letra que tendrán las matrículas de los coches en España a partir del próximo mes
- Castellón registra fuertes lluvias mientras el interior valenciano sufre granizadas
- Alerta amarilla en Castellón por lluvia y granizo