Juguetes

El juguete inclusivo: un aliado hacia la integración

Solo una de cada diez familias afirma tener algún juguete inclusivo y tan solo el 39 % de las familias europeas sabe reconocer este tipo de juguetes

Los expertos advierten que los estereotipos étnicos y de género están presentes en la mayoría de los juguetes que reciben los menores por estas fechas

Nenucos con síndrome de Down y con implante coclear.

Nenucos con síndrome de Down y con implante coclear. / Gema García

M. González

Vigo

El Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU) ha llevado a cabo un estudio, analizando más de 300 juguetes, en el que llegó a la conclusión de que menos de la mitad, únicamente el 49 % de los examinados, podían considerarse realmente inclusivos y que dentro de las categorías más inclusivas están los peluches y los juguetes de primera infancia; mientras que las construcciones, los puzles y los montajes serían los menos inclusivos.

Por otra parte, uno de cada tres padres británicos (un 32%) considera que los juguetes no reflejan la diversidad étnica y cuatro de cada cinco (el 80%) cree que es importante que sus hijos tengan acceso a los mismos. Además, un 90% de los padres europeos considera que la publicidad acentúa los estereotipos de género, según un estudio de COFACE Families Europe.

De este modo, el principal síntoma que demuestra que la industria no está avanzando en la dirección adecuada es que los juguetes inclusivos todavía constituyen una categoría propia. "Si la mayoría fueran inclusivos, esta categoría no existiría", indica Vanessa Rodríguez, psicóloga general sanitaria y profesora colaboradora en la Universitat Oberta de Catalunya, en la publicación de la UOC ¿Regalaría a su hijo o hija una muñeca con síndrome de Down por Navidad?, donde se indica que los juguetes inclusivos siguen siendo todavía "una asignatura pendiente": "Si hay doscientas Barbies blancas y solo una negra, esto subraya la diferencia, no la normaliza; necesitamos un equilibrio representativo de la diversidad existente".

Hoy en día, existen marcas como Famosa, que apuesta por una línea de diversidad e inclusión con su famoso Nenuco; o Mattel, creador de Barbie, que recientemente anunciaba la incorporación de dos nuevas muñecas inclusivas: una ciega y otra Barbie negra con síndrome de Down, creadas, según la marca, para "permitir que aún más niños encuentren una muñeca que les represente e inspirar a todos los niños a contar más historias a través del juego". Estos modelos se unen a los ya existentes de muñecas con vitíligo, que utilizan una silla de ruedas o una prótesis, con audífonos, ciegas o sin pelo.

La psicóloga Maruxa Fernández Hermelo califica este tipo de juguetes como "un acierto" a la hora de normalizar la diversidad, "otra cosa es que haya mucho dónde elegir o no". "El juego es muy importante para los niños y niñas y, depende de cómo se lo traslademos (qué tipo de juguetes les compramos, si jugamos con ellos o no...), van aprendiendo todo el rato, por lo que es una buena oportunidad para educar en valores y concienciar". Sin embargo, también apunta que "viendo algunos catálogos, siento que nos queda mucho por recorrer".

Según los expertos, los juguetes inclusivos no solo sirven para que los menores con diversidad se sientan identificados y aceptados, ya que representan su propia realidad, sino también para normalizar esta realidad y fomentar una actitud de respeto hacia la diversidad entre los demás. En este punto, Fernández Hermelo destaca que existen dos ideas que están relacionadas a la hora de hablar de juguetes inclusivos. "Estarían los que muestran diferente color de piel, con implante cloquear o con gafas, con prótesis o en silla de ruedas...; o aquellos que favorecen la inclusión en el sentido de que los pueden usar personas con discapacidad intelectual, visual auditiva o con movilidad reducida, como por ejemplo una pelota con sonido o cartas que incluyan braile", subraya. En definitiva, "el juego o juguete inclusivo es aquel que ayuda a los niños y niñas a relacionarse socialmente sin discriminar y normalizando la diversidad, que es algo que me parece fundamental", apunta. Se trata también de mostrarles a través del juego la realidad en la que viven. "Se está haciendo una apuesta, sobre todo a nivel de género, y, aunque se está haciendo este esfuerzo, al final algo queda", reflexiona Fernández Hermelo.

El juego o juguete inclusivo es aquel que ayuda a los niños y niñas a relacionarse socialmente sin discriminar y normalizando la diversidad

Maruxa Fernández Hermelo

— Psicóloga general sanitaria

Aunque existe un código de autorregulación sobre la publicidad infantil de juguetes, la psicóloga, especializada en terapia familiar sistémica, mediación familiar y psicoeducación, destaca que "aunque hay una evolución tanto a nivel de industria como social", todavía queda mucho camino para desarrollar una actitud crítica: "Si ya desde pequeños normalizamos que hay de todo y que está bien yo creo que se asienta mucho mejor en sus valores para que luego sean adultos que tienen esta capacidad de aceptar y valorar la diversidad como algo maravilloso".

Otra reflexión que apunta es que "a algunos fabricantes de juguetes a veces les preocupa que se limite el público final al que se dirige". Sin embargo, se trata de apostar por juguetes "que cualquier niño o niña pueda disfrutarlo, que sean versátiles... Que haya variedad, y que sea adaptado a la edad por supuesto, también hace que un juguete sea inclusivo".

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