Omar Hatamleh, experto en IA de la NASA: "Estamos a punto de alumbrar una nueva especie"

Nació en Granada hace 55 años, es uno de los 100 mayores expertos en inteligencia artificial del mundo y sostiene que esta tecnología va a cambiar por completo nuestra forma de vivir. Dentro de unos años, asegura, será imposible distinguir a un androide de un humano

Omar Hatamleh, experto en IA de la NASA

Omar Hatamleh, experto en IA de la NASA / José Luis Roca

Juan Fernández

Omar Hatamleh tiene un curioso deje en el habla, mitad granadino mitad guiri, que da pistas sobre su origen y su biografía. Hijo de un jordano y una granadina, nació en la ciudad de la Alhambra en 1969 y a los cinco años su familia se mudó a Oriente Próximo, aunque todos los años vuelve de visita por la tierra de su madre. Pero lo llamativo en él no es el acento, sino lo que cuenta. Trabaja para la NASA, donde se dedica a integrar la inteligencia artificial (IA) en los proyectos aeroespaciales, y está considerado uno de los 100 máximos expertos del mundo en esta tecnología. Escucharle es como oír hablar al genuino hombre del futuro. En ‘Esta vez es diferente’ (Deusto) explica el mundo que nos espera a la vuelta de la esquina. 

Inteligencia artificial (IA)

¿Diferente a qué?

A todos cambios que la Humanidad ha conocido en el pasado. La inteligencia artificial no va a ser un avance más, como fue la revolución industrial o la llegada de la digitalización, esto va a ser una transformación absoluta de nuestra forma de vivir. Cuando se habla de IA, se suele poner el acento en la tecnología o en la economía, pero se habla poco de lo humano. Sin embargo, su impacto va a ser brutal en nuestra forma de ser, pensar, sentir y relacionarnos. Hay campos donde hoy cuesta verlo. Otros son más evidentes, como el de la salud.

De momento, estamos aprendiendo a hablar con el Chat GPT.

Eso es solo el principio, estamos viendo a un bebé que acaba de empezar a gatear. Alrededor de 2030 estará ya implantada la inteligencia artificial avanzada, que va a suponer un cambio tremendo en multitud de ámbitos. Y el siguiente será aún mayor. Debemos acostumbrarnos a pensar de forma exponencial. El salto que habrá entre la generación de su hijo y la de su nieto será infinitamente mayor que la que hay entre usted y su hijo. Pero es que el cambio de la siguiente generación será aún mucho mayor. Debemos prepararnos para el mundo que nos espera.

Cuénteme.

Le pondré un ejemplo: hasta ahora, explicar la estructura de una proteína requería un lustro de investigación y estudio. Sin embargo, hoy un programa de inteligencia artificial AlphaFold ya es capaz, en cuestión de segundos, de explicar el funcionamiento de los 200 millones de proteínas que hay en nuestro organismo. Cuando combinemos esa información con la computación cuántica, podremos tener gemelos digitales que cambiarán absolutamente nuestra forma de relacionarnos con la salud.

¿Gemelos digitales?

En el futuro, una aplicación tendrá toda su información genética, su historial médico, los datos de su alimentación y de sus hábitos de vida, y podrá decirle, por ejemplo, si va a tener colesterol con varios meses de antelación, o le avisará de un cáncer antes de que empiece a desarrollarse. No cuando el tumor esté en sus fases iniciales, sino mucho antes de que surja.

"En el futuro, un gemelo digital nos avisará de un cáncer antes de que este empiece a desarrollarse"

Suena a ciencia ficción.

Pues parte de esta tecnología ya existe. Hoy ya hay aplicaciones que pueden decirle, a través de una conversación telefónica, si usted tiene diabetes y en qué grado. Solo por la voz. ¿Cómo? Resulta que la diabetes afecta a varias partes del organismo, entre ellas las cuerdas vocales, donde causa una leve alteración que nuestro oído no detecta, pero la IA sí. También detecta si el día de mañana tendremos párkinson viendo nuestra forma de caminar. Y puede avisarnos de una arritmia o de un infarto una hora antes de que se produzca. Sin margen de error. Imagine el impacto que todo esto puede tener en términos de prevención. Un niño que nazca hoy, vivirá 120 o 130 años gracias a estos avances.

¿Cómo lo hace?

Procesando información. En nuestra expresión corporal, en nuestra voz, en la pupila de nuestros ojos, hay miles de detalles que no percibimos, pero la IA sí. Combinando esa información con toda la que tiene de otros humanos, puede acabar sabiendo cosas de nosotros que nosotros mismos desconocemos. Fíjese: hoy ya hay sistemas que pueden analizar su personalidad a través de su voz y decirle a si está deprimido, si padece ansiedad, si tiene algún otro problema mental…

Omar Hatamleh, experto en IA de la NASA.

Omar Hatamleh, experto en IA de la NASA. / José Luis Roca

¿Puede llegar a leer la mente?

Cada pensamiento, cada sensación, responde a un patrón neuronal. Cuando vemos una foto, nuestro cerebro activa y desactiva determinadas áreas y no otras. La Resonancia Magnética Funcional, apoyada en la inteligencia artificial, hoy ya es capaz de leer ese patrón neuronal, codificarlo y reproducirlo. Eso, multiplicado por miles de millones de estímulos, le permitirá saber lo que estamos pensando. Ahora lo hace con códigos binarios, de ceros y unos, pero cuando la IA se combine con la computación cuántica, las posibilidades se dispararán. Permitirá hacer ordenadores y robots que imitarán a la perfección el comportamiento humano. 

¿Hasta qué extremo?

Hasta el extremo de que dentro de unos años, quizá 50, quizá antes, será imposible distinguir a un androide de un humano cuando nos lo crucemos por la calle. Las personas siempre van a ser personas, es imposible copiarlas, pero vamos a crear entes muy parecidos a nosotros que en muchos aspectos nos van a superar. En realidad, estamos a punto de alumbrar una nueva especie. 

¿Cómo nos relacionaremos con ella?

Conviviremos con ellos Por ejemplo, en casa tendremos androides que actuarán en función de la suscripción que tengamos contratada. Podremos pedirle que sea nuestro médico, nuestro cuidador, que nos cocine como un cocinero con varias estrellas Michelín o que nos cante como el mejor cantante del mundo, y lo hará a la perfección. Podremos elegir su aspecto, su sexo, su personalidad, y programarlo para que nos entienda mejor que como lo haría ningún otro humano. Esto, obviamente, tiene consecuencias morales que deberemos discutir.  

¿Llegaremos a redactar la declaración universal de los derechos de los androides?

Hoy puede parecernos ridículo, pero ese debate tendremos que afrontarlo, y ya hemos empezado a discutirlo. En mis conferencias, a veces muestro imágenes de humanos abusando de humanoides y lo habitual es que la gente reaccione mal. Esos seres estarán hechos de cables y material sintético, pero estableceremos con ellos relaciones humanas cargadas de sentimientos humanos. 

Si todo lo hace la IA, ¿qué haremos los humanos?

El impacto de la Inteligencia Artificial en el campo laboral va a ser brutal. Piense que el 60% de los trabajos que habrá dentro de 10 años, hoy no existen. Los trabajos manuales o mecánicos perderán relevancia. Yo soy ingeniero, pero mi trabajo no tiene futuro, porque los cálculos y proyectos que yo hago en un mes, los hará pronto la IA en cuestión de segundos. En cambio, seguirá haciendo falta gente creativa que sea capaz de innovar, que tenga pensamiento crítico, que sepa adaptarse al cambio y que tenga inteligencia emocional. Las disciplinas artísticas, por ejemplo, seguirán existiendo.

El 60% de los trabajos que habrá dentro de 10 años, hoy no existen

¿Sí?

Sí. Por ejemplo, en la música, dentro de unos años habrá música hecha por humanos de forma totalmente humana, música hecha por humanos usando inteligencia artificial, y música hecha totalmente por la inteligencia artificial, sin contar con humanos. Y habrá público para las tres. 

Transporte

¿Cómo impactará esta tecnología en el transporte?

Pronto veremos coches autónomos volando por nuestras ciudades y drones de reparto llevando paquetes hasta nuestras casas, y la IA gestionará todo ese tráfico aéreo sin el menor riesgo de colisión. Sé que suena extraño, pero las nuevas generaciones crecerán en ese entorno y lo verán normal. Piense que hoy ya circulan por San Francisco taxis autónomos que son más seguros que un taxi normal.

Pinta un futuro idílico, pero la IA genera rechazo en mucha gente.

Es normal, porque el cambio que se avecina va a ser muy grande y es difícil de entender, y lo que no entendemos ni controlamos nos causa miedo. Por eso, es urgente que empecemos a explicarla y que lleguemos a acuerdos para que podamos controlar esta tecnología en beneficio de la Humanidad. De entrada, hay que conseguir que esté al alcance de todos, no solo de una minoría de gran poder adquisitivo. 

Pero también podría tener un mal uso.

Sí, por supuesto, la tecnología no es buena ni mala, depende del uso que hagamos de ella. Por eso es fundamental que lleguemos a acuerdos para controlarla. Y esa regulación tendrá que ser flexible, porque lo que acordemos hoy no servirá en pocos años, porque la tecnología habrá cambiado tan rápido que el escenario será totalmente distinto. Ese futuro no está escrito, tenemos que escribirlo. Y es muy importante que lo escribamos bien. 

¿Qué opina sobre los tecnólogos que han abandonado el proyecto del Chat GPT horrorizados por lo que augura?

La IA no tiene vuelta atrás, este tren está ya en marcha, y por mucha gente que se baje, nadie lo va a poder parar. Lo que tenemos que hacer es trabajar colectivamente para controlarlo, reducir los riesgos, que existen, y potenciar los enormes beneficios que esta tecnología podría aportar a la especie humana. Porque los beneficios, las oportunidades y las ventajas van a ser muchísimo más grandes que nada que hayamos inventado hasta ahora.

Hay quien piensa que estamos jugando a ser dioses.

No comparto esa opinión. Yo creo en Dios y pienso que los humanos son una realidad que nunca podremos imitar. Esto es otra cosa.

¿La inteligencia artificial podría acabar con la especie humana?

Ese escenario no lo veo en el horizonte. Yo confío en ella.

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