Los niños que ya no hablan la lengua de sus padres: decae el uso de las lenguas cooficiales
La transmisión del gallego y el valenciano se debilita según lingüistas y docentes, mientras que el catalán pierde posiciones como lengua habitual aunque aumentan quienes lo conocen y lo hablan

Manifestación a favor del uso del valenciano en la escuela celebrada el sábado 22 en Valencia. / ROBER SOLSONA (EP)
María G. San Narciso
En algún lugar de Galicia una niña, cuya familia habla gallego en casa, terminará el instituto con 18 años sin dominar la lengua. En la Comunitat Valenciana, otro pequeño dejará de estudiar algunas asignaturas en valenciano porque la mayoría de los padres de sus compañeros han votado que así sea.
Las encuestas reflejan el retroceso de algunas lenguas cooficiales en España, lo que preocupa a lingüistas, docentes y activistas. A pesar de su reconocimiento legal, su uso disminuye, especialmente entre la población más joven.
Por eso, en los últimos meses varias plataformas han alzado la voz -manifestaciones incluidas- para reivindicar que se actúe frente a lo que consideran una "emergencia lingüística extrema", y que empieza por la educación. El uso de estas lenguas en los centros educativos, que durante años constituyeron una de las herramientas clave para revertir su marginación sociopolítica y la estigmatización ideológica que habían sufrido, está en el centro del debate.
Esto ocurre, por ejemplo, en la Comunitat Valenciana. Desde el 25 de febrero hasta el 4 de marzo, las familias están llamadas a participar en la consulta de la lengua vehicular —valenciano o castellano— de la educación de sus pequeños en aras de "la libertad", según ha argumentado la Generalitat presidida por Carlos Mazón.
Libertad frente al plurilingüismo
La Ley de Plurilingüismo, que impulsó el Botànic durante su primera legislatura, establecía que todo el alumnado debía recibir al menos un 25% de enseñanza en valenciano, otro 25% en castellano, y un mínimo de un 15% en inglés.
En municipios de predominio lingüístico valenciano, la enseñanza en valenciano era mayoritaria; en los de predominio castellano, el uso del valenciano era menor, pero obligatorio. Sin embargo, el actual Gobierno consideró que "el valenciano se imponía", como mencionó Mazón. Con ese argumento, el Gobierno aprobó la llamada Ley de Libertad Educativa, que traslada a las familias la responsabilidad de elegir el valenciano o el castellano como lengua base en la enseñanza. Elimina estos porcentajes y también la posibilidad de que un centro solicitara un uso del valenciano por encima del 60%.
Tanto la comunidad educativa como los departamentos de lingüística de las universidades se han manifestado en contra y denuncian las "graves consecuencias" que esto tiene para la educación. El coordinador de Acción Sindical del STEPV, Marca Candela, critica que ya no se exija el C1 de valenciano a todo el profesorado, incluyendo conservatorios, escuelas oficiales de idiomas, enseñanzas artísticas o FP. Ahora, este requisito lingüístico se ha limitado a la educación primaria y secundaria. El objetivo, en su opinión, es siempre el mismo: minimizar el uso del valenciano en la educación.
Menos hablantes jóvenes en Galicia
Temen que cada vez menos niños lo hablen, como está ocurriendo con el gallego en Galicia. Allí, el 32% de los niños menores de 15 años dicen no saber hablarlo, frente al porcentaje del 24% hace apenas cinco años. "Y más de un 70% de los niños que llegan a la escuela hablando gallego salen sin hablarlo. Son datos realmente alarmantes", denuncia Marcos Maceira, portavoz de la Plataforma Queremos Galego.

Varios manifestantes recorren las calles de Santiago de Compostela en defensa del gallego. / EFE / LAVANDEIRA
La última Encuesta estructural a hogares del Instituto Gallego de Estadística (IGE) constata un retroceso en la competencia lingüística y comunicativa autopercibida por las hablantes. Pese a que ha aumentado el porcentaje de quienes reconocen saber "poco o nada" de esta lengua en todas las franjas de edad, los datos muestran una brecha generacional.
La situación es tal que, el pasado mes de diciembre, académicos del gallego convocaron un plenario en el que aprobaron un informe oficial y una declaración institucional señalando como "responsable principal" del desastre lingüístico a la Xunta, gobernada de manera ininterrumpida por Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda desde 2009.
El llamado Decreto del Plurilingüismo, aprobado en 2010, prescribió que la oferta de asignaturas impartidas en gallego y en castellano fuera equilibrada en todas las etapas educativas salvo Infantil. También posibilita que se imparta en lengua extranjera hasta un tercio de las horas lectivas.
Maceira resalta que las actividades extraescolares tampoco favorecen que los y las estudiantes mantengan el uso del gallego. "Y su presencia en la oferta audiovisual televisiva es solo de un 0,9%. Solo la Televisión de Galicia garantiza el gallego, pero tiene una oferta infantil y juvenil muy escasa. Además, se acaba de abrir el uso de otras lenguas", expone.
Por todo ello, el pasado fin de semana la Plataforma Queremos Galego -que agrupa a 600 colectivos sociales-, convocó una manifestación por las calles de Santiago de Compostela. Con el lema Lingua vital xa!, pretendían "dar una lección de dignidad al Gobierno gallego".
"No vamos a parar. Es básico que la Xunta tome conciencia para que se puedan producir los cambios que permitan, como mínimo, poder garantizar la posibilidad del uso del gallego; que no sea un obstáculo para la vida de nadie", añade Maceira.
Más y menos hablantes
Según la última Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 13,6% de la población en España habla catalán, la lengua cooficial más hablada en el país, seguida por el valenciano (6,3%), el gallego (5,7%) y, por último, el euskera (2,7%)
La evolución de cada una de estas lenguas ha sido distinta desde que se declaró su oficialidad. En Cataluña, la encuesta sobre usos lingüísticos realizada por la Conselleria de Política Lingüística del Govern de la Generalitat y el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) muestra que "hay más personas que conocen y hablan el catalán", aunque son menos los que la consideran su lengua "habitual única" y de "identificación".
Pese a que el catalán ha bajado como lengua habitual -del 36,1% al 32,6%-, representando un tercio de la población -un 46,5% para el castellano- la lengua ha ganado 267.600 nuevos conocedores entre 2018 y 2023. Cada vez hay más personas que lo hablan como segunda lengua.
Por su parte, el dato de hablantes habituales de euskera en el País Vasco, es decir, que hablan "tanto o más que el castellano", es del 21,9% entre los habitantes con más de 16 años. Así lo muestra la última Encuesta Sociolingüística, con datos de 2021. Además, un 11,5% utiliza el euskera, pero menos que el castellano, y un 5,7% dice utilizarlo "muy poco".
También aquí uno de los grandes condicionantes es la brecha generacional. Pero, al contrario de lo que ocurre con el valenciano o el gallego, el 74,5% de los jóvenes vascos de entre 16 y 24 años sabe euskera y otro 16% lo entiende, mientras que apenas el 22% de los mayores de 65 años conoce la lengua vasca. Muchos y muchas chavalas lo tienen como segunda lengua.
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