Estas son las manchas más difíciles de limpiar y así puedes eliminarlas de tu ropa
Para eliminar manchas difíciles en la ropa, lo más importante es actuar rápido y usar remedios caseros específicos según el tipo de mancha, como vinagre, limón, leche, alcohol o desengrasantes, que pueden ser muy eficaces si se aplican correctamente

Eliminar las manchas de nuestras prendas preferidas puede suponer todo un quebradero de cabeza si no sabes cómo.
Una de las mayores preocupaciones al vestir nuestras prendas favoritas es la posibilidad de que se manchen. A veces, una simple gota o un pequeño roce pueden convertirse en un quebradero de cabeza. Aunque pueda parecer que algunas manchas son imposibles de eliminar, con la actuación a tiempo y siguiendo las indicaciones adecuadas, es posible dejar la ropa impecable con muy poco esfuerzo. Sin embargo, existen algunas manchas que tienen fama de ser especialmente complicadas.
Entre las manchas más persistentes y problemáticas se encuentran: sangre, vino tinto, chocolate, maquillaje y lápiz de labios, hierba, sudor, café, grasa y aceites, chicle, pintura, rímel, salsas, tinta y óxido. Estas manchas, debido a su composición, tienden a adherirse profundamente a las fibras del tejido, lo que dificulta su eliminación. A continuación, te presentamos algunos trucos y consejos para intentar deshacerte de ellas.
Actúa rápido: la clave para el éxito
Vino: Esta es una mancha de lo más común. Si la mancha es reciente, basta con remojar la prenda en agua caliente con vinagre unos minutos antes de meterla en la lavadora. Otra opción habitual, incluso en restaurantes, es aplicar un poco de agua con gas sobre la mancha y dejar que actúe. También se puede secar la mancha y enjuagar con agua fría o agua mineral con gas, frotando con cuidado. Otro truco es cubrir la mancha con sal para que la absorba antes de lavar.
Tinta: Considerada una de las más difíciles. Un remedio casero es sumergir la prenda en un poco de leche antes de lavarla a máquina. Este método puede tardar un poco, pero es eficaz. También se puede colocar la prenda sobre un paño seco y limpio y aplicar gotas de alcohol, frotando con otro paño hasta que la mancha desaparezca. Si el alcohol no funciona, se puede probar con acetona. Otras opciones incluyen usar alcohol isopropílico con un algodón o leche.
Ketchup y salsa de tomate: Un clásico, sobre todo si hay niños en casa. Lo mejor es usar una solución de agua y vinagre. Para manchas grandes, se puede meter la prenda entera y frotarla un poco. Para manchas pequeñas, se puede mojar un cepillo de dientes en la solución y frotar. Otra opción es dejar la prenda en remojo en un cubo de agua con detergente si la mancha es de tomate frito. Para manchas con varios días, se puede aplicar vinagre disuelto en agua y esperar algunas horas.
Barro: Algo común para deportistas y padres. Lo ideal es dejar que el barro se seque y frotarlo con un cepillo. Luego, se puede hacer una pasta con agua y detergente y extenderla sobre la mancha, o frotar con una solución de una taza de vinagre y una taza de agua, dejando actuar unos minutos antes de enjuagar y lavar.
Café: Otra de las manchas más usuales. El zumo de limón es un buen aliado. Se frota la mancha con un poco de zumo o, si es grande, se remoja la prenda en agua con el zumo de un limón. Otra opción es aplicar agua con gas, o agua oxigenada o un blanqueador suave en casa. También se puede usar yema de huevo diluida en agua, frotando la mancha y enjuagando bien.
Sangre: Lo mejor es usar agua bien fría, con hielo o del frigorífico. Se puede remojar la prenda en agua fría con un poco de agua oxigenada (asegurándose de que no decolore ni deteriore la ropa), dejar actuar unos minutos y luego lavar. Si la mancha está seca, se puede remojar en agua fría y luego frotar con jabón biliar antes de aclarar y lavar.
Aceite: Es clave actuar antes de que se seque. Se puede sumergir la prenda en agua con desengrasante de cocina, o aplicarlo directamente sobre la mancha. También se pueden usar polvos como el talco o la maicena para absorber el aceite. Para manchas recién producidas, se puede usar un paño con agua caliente y lavavajillas o detergente. También se puede usar vinagre mezclado con agua, dejando actuar durante la noche. Los desengrasantes son especialmente útiles para estas manchas.
Sudor: En ropa blanca, suelen aparecer manchas amarillas. Si la lejía no funciona, se puede probar a aplicar un poco de agua oxigenada sobre la mancha y dejar actuar antes de lavar. Para prevenir estas manchas, se puede añadir bicarbonato al detergente al lavar ropa blanca. El zumo de limón también puede ayudar en prendas claras.

Imagen de sudor. / Freepik
Cerveza: Lo más importante es actuar rápido y aplicar una mezcla de 2 tazas de vinagre y ¼ de agua bien fría, frotando hasta que la mancha desaparezca.
Hierba: Para las manchas de césped, a menudo basta con dejar la prenda en remojo unos 20 minutos y luego lavarla normalmente. Para manchas más difíciles o en tejido oscuro, se puede usar jabón biliar. En tejidos claros, la pasta de dientes con mentol y blanqueador puede ser efectiva.
Maquillaje: Si la mancha es reciente, se puede usar una toallita desmaquillante. Para manchas más antiguas, se puede sumergir la prenda en agua templada con limón y vinagre. Para manchas de pintalabios, una mezcla de amoniaco y agua oxigenada puede ser más efectiva. Los desengrasantes también pueden funcionar con el maquillaje.