Escándalo en un vuelo de Ryanair: una pareja escoltada por la policía tras no poder pagar unas Pringles

Lo que comenzó como un simple pedido de snacks en pleno vuelo terminó en una humillación pública para una pareja británica en Tenerife

Vídeo: Escándalo en un vuelo de Ryanair a Tenerife

La Provincia

Diego R. Moreno

Lo que debía ser el broche de oro de unas vacaciones idílicas en Tenerife se convirtió en una auténtica pesadilla para Ann-Marie Murray, de 55 años, y su pareja. Al tomar el vuelo de regreso a Bristol con la aerolínea Ryanair, jamás imaginaron que acabarían siendo escoltados por la policía, humillados delante de decenas de pasajeros, todo por un malentendido con el pago de unos simples snacks.

La pareja pidió una Coca-Cola, una botella de agua y unas Pringles, con la idea de montar un pequeño picnic a bordo. El precio: apenas 7 libras -unos 8 euros al cambio-. Pero cuando intentaron pagar, la tarjeta falló, y ya no les quedaba efectivo tras agotar sus euros durante el viaje, según informa el periódico inglés The Daily Mail.

Ann-Marie, trabajadora en residencias de mayores, explicó que se ofreció a pagar al aterrizar en el aeropuerto, retirando dinero en un cajero. Sin embargo, el personal de vuelo rechazó la propuesta y les retiró las tarjetas de embarque, acusándolos de negarse a pagar. La tensión subió rápidamente: la tripulación advirtió que la policía los esperaría en tierra.

“El bochorno fue indescriptible”, relató. “Pararon la salida de todos los pasajeros solo para que nos escoltaran como si hubiéramos cometido un delito. Les vacié el bolso para demostrar que no tenía más dinero, pero no quisieron escucharnos”.

La pasajera Ann-Marie Murray vivió un momento dramático a 10 mil metros de altura.

La pasajera Ann-Marie Murray vivió un momento dramático a 10 mil metros de altura. / La Provincia

Incluso otras personas a bordo intervinieron en defensa de la pareja, asegurando que el problema era del sistema de pago, no de ellos. “Una azafata llegó a ofrecerse a pagar ella misma y que luego le devolviéramos el dinero, pero ya no teníamos euros”, explicó Ann-Marie. Aun así, la acusación de comportamiento “disruptivo” prevaleció.

Un recibimiento en tierra aún más amargo

El infortunio no terminó al tocar suelo británico. Ya en el aparcamiento del Bristol Airport, lo que parecía el final de una mala experiencia empeoró: su coche había sido dañado gravemente mientras estaban de vacaciones. El parachoques delantero estaba completamente roto y el vehículo resultaba inservible.

“Nos subimos y escuchamos un ruido horrible. Al bajarnos, vimos que el frontal del coche estaba destrozado”, contó la mujer. Tuvieron que llamar a una grúa para remolcarlo y finalmente fueron enviados a casa en taxi. Al pedir las grabaciones de seguridad, la respuesta fue aún más frustrante: no se las darían y nadie asumiría responsabilidades.

La versión de Ryanair: tolerancia cero

Desde Ryanair, un portavoz confirmó que se pidió la intervención policial por el comportamiento de la pasajera. Alegan que consumió productos sin haber abonado el coste y que ignoró las instrucciones del personal. “Aplicamos una política de cero tolerancia frente a comportamientos inapropiados para proteger a nuestros pasajeros y tripulación”, afirmaron.

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