Pierde su casa tras firmar una permuta y ahora teme ser desahuciada por la Sareb
María del Pino Molina firmó un contrato para cambiar su casa por dos viviendas de obra nueva que no llegaron a construirse
La empresa quebró, el inmueble entró a concurso de acreedores y fue adquirido por una constructora que la derribó
Ahora reside en un piso que el banco malo compró en diciembre de 2022

PI Studio
Nayra Bajo de Vera
La casa de María del Pino Molina ya no existe: hace pocos meses, una constructora la derribó para levantar un nuevo edificio. Pino pasa frente a las obras todos los días, puesto que se encuentran a tan solo una calle de su residencia actual, ubicada en el barrio de Guanarteme de Las Palmas de Gran Canaria. Ese piso pertenece a la Sareb (también conocido como el banco malo), que ya ha mostrado intenciones de desahuciarla pronto. Lleva años tratando con distintos abogados para que la ayuden con su caso, que no es el único de la zona, pero ahora, a sus 67 años, asegura que ha llegado a un momento crítico.
La historia de cómo perdió su vivienda se remonta al año 2007, cuando Estudios y Proyectos Canarios SL comenzó a adquirir viviendas en este barrio a través de permutas, un tipo de transacción en el que se intercambian inmuebles. No se trata de un negocio nocivo por sí mismo, pero es bastante usual que algunas sociedades dejen parcelas a medio construir, perjudicando a los particulares que pactaron darles sus casas a cambio de obras nuevas.
Yo no estaba de acuerdo en dar la casa, pero la necesidad te hace cambiar
"Empezaron a venir aquí puerta por puerta. Yo no estaba de acuerdo en dar la casa, pero la necesidad te hace cambiar. Yo no estaba trabajando, tenía un niño pequeño, era separada y el padre de mi hijo no me pasaba la manutención. Ahí vi la salida. Me ofrecieron un dinero que sí me dieron y dos viviendas con sus plazas de garaje y trasteros, y dije: por lo menos ahí tengo un futuro porque puedo vivir en una y alquilar la otra", relata Pino.
La empresa quiebra
Mientras las obras estaban pendientes de realizarse, la empresa se hizo cargo de alojarla en una de sus propiedades, aunque no había contrato formal. Cuando esta quebró todavía no se habían empezado las construcciones, pero la casa de Pino ya constaba como parte de su patrimonio. Entonces la entidad entró a concurso de acreedores y los inmuebles fueron comprados por distintas sociedades. Concretamente, su residencia actual fue adquirida por la Sareb, mientras que su casa la compró una empresa constructora.
"Esa era mi casa de toda la vida. Se metieron en mi casa, yo la tenía llena de mis muebles y mis cosas, y me las han tirado o se las han quedado. Yo no tenía sitio donde poner mis cosas porque la casa donde estoy es muy pequeña. Les dije que necesitaba tiempo. Se metieron y me hicieron un desastre. Dos o tres cosas pude coger a tiempo. Echaron mis gatos a la calle, solo recuperé una", lamenta.
Un movimiento especulativo en Guanarteme
Ángel Luis Calonge Ramírez, uno de sus abogados, apunta que lo normal en los contratos de permuta es tomar un seguro para proteger a los propietarios en caso de que finalmente no se construya la nueva casa. Sin embargo, no se llegó a gestionar cuando la empresa entró a concurso porque no tenía la suficiente solvencia económica.
Tal y como explica Calonge, "en Guanarteme hay un movimiento especulativo de constructoras presionando a los pequeños propietarios. Se meten sociedades poco profesionales a intentar edificar llegando a acuerdos de esta manera". El letrado matiza que desconoce cuáles fueron las intenciones de esta entidad en concreto, pero que, muchas veces, los damnificados son "gente mayor que todo su patrimonio era su casa". De hecho, ya ha tenido otros casos similares, aunque este es el primero que lleva por la vía penal con una querella que presentó en 2024.

María del Pino frente a la puerta del edificio en el que reside, donde hay varios pisos vacacionales. / Andrés Cruz
Irregularidades en las cuentas
El letrado apunta que la entidad había estado "desviando dinero" a otras sociedades, según pudo ver en su contabilidad. Al hallarse estas irregularidades en sus cuentas, los administradores debían responsabilizarse sobre las deudas y, por tanto, indemnizar a Pino. El problema es que la empresa no tenía liquidez, por lo que no recibió ningún pago.
A este panorama se suma el problema de su residencia actual, que pertenece a la Sareb desde diciembre de 2022. Javier Perdomo Hernández es el abogado que lleva ese caso. Aclara que hay concursos que "pueden llevar hasta 10 años", lo cual explica por qué tardó tanto en adquirirse el inmueble.
Retrasar el desahucio
Como Pino no tenía un contrato de alquiler, Perdomo cuenta que el Sareb tiene derecho jurídicamente a reclamar la casa, procediendo por tanto a su desahucio. El año pasado fueron a juicio para evitarlo, pero la sentencia fue desfavorable. Lo mismo ocurrió con el recurso que presentaron y que fue desestimado en febrero de 2025.
El siguiente paso que van a dar es intentar retrasar el desahucio a través de un informe de vulnerabilidad social. Por otro lado, Perdomo tratará de negociar con el Sareb un alquiler social, teniendo también en cuenta que Guanarteme, donde ha vivido Pino toda la vida, es actualmente una zona de gran especulación donde los precios han subido mucho, tal y como expone el letrado.
En cualquier caso, Perdomo insiste en que, desde el principio, se le tendría que haber dado una indemnización a Pino, así como proceder a la devolución de su vivienda. Si no, en caso de insolvencia, que al menos le devolvieran la casa, dado que "el derecho de permuta es anterior". Por eso, reflexiona que "es extraño que no haya podido recuperar su vivienda".
6.000 euros por metro cuadrado no construido
Calonge apunta que después de los años que han pasado es bastante complicado que Pino consiga algún tipo de compensación, si bien, por contrato, le corresponden "6.000 euros por cada metro cuadrado no construido o recibido de menos", según aparece en el documento al que ha tenido acceso La Provincia. La única forma de sacar el caso adelante, explica el abogado, es que se reconozca por la vía penal que hubo delito de alzamiento de bienes y los dueños de la sociedad respondan personalmente a la deuda, como particulares, y no en nombre de la empresa.
La diferencia es que por la vía penal existe riesgo de entrar en prisión, por lo que "podrían buscar la manera de pagar" ante ese riesgo. En cualquier caso, Calonge apunta que la querella es "la última oportunidad" que ha encontrado.
Guanarteme es lo único que conozco. Yo nací aquí, yo soy de aquí
"He seguido y he seguido, pero estoy muy cansada", cuenta Pino. "Todo el mundo me dice que tendrían que haberme dado mi casa, pero ha quedado ahí. Nosotros somos gente humilde. Por ejemplo, yo no he tenido nunca un trabajo fijo. A lo mejor estaba seis meses en el Ayuntamiento de barrendera o de peón de obra. Yo me casé dos veces y tristemente las dos veces no me dejaba mi marido trabajar, porque eran unos machistas ellos. Yo me casé muy jovencita, con 15 años, y tuve a mi hija con 16. Entonces, como te hace falta el dinero, ellos te los ponen tan bonito. ¿Ahora me voy a tener que ir de Guanarteme? Es lo único que conozco, de toda mi vida. Yo nací aquí, yo soy de aquí".
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