El pediatra Carlos González cuenta cómo educar a los hijos como si fueran nietos: "No hace falta que les eduque nadie"

Muchos padres esperan de sus hijos que se conviertan en ingenieros, médicos, arquitectos... Es lógico querer el futuro más exitoso posible para nuestros hijos, aunque en la búsqueda de logros académicos y profesionales puede haber el riesgo de dejar a un lado algo igual o más importante: educar en valores humanos y sociales para formar personas íntegras y empáticas.

El pediatra Carlos González, autor de numerosos libros de crianza, es también padre y abuelo. Y, a través de sus conocimientos, ha llegado a la conclusión de que lo mejor es que los padres eduquen a sus hijos como si fueran nietos. "Los abuelos piensan malcriar a sus nietos todo lo que haga falta, para eso estamos", empieza diciendo en su pódcast 'Criando sin miedo'. "Algunos abuelos dicen: que les eduquen sus padres. Yo ni siquiera digo eso, porque más bien pienso que no hace falta que les eduque nadie", añade.

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Cuidar a los hijos como si fueran nietos

"Pienso más bien que ojalá mis hijos puedan empezar antes a cuidar a sus propios hijos como si ya fueran nietos. Y veo con tremenda alegría que más o menos es lo que están haciendo", explica sobre su familia.

González ha hablado en varias ocasiones sobre los abuelos y su papel en la crianza, explicando la 'teoría de la abuela'. Las largas jornadas laborales y la dificultad para conciliar ha alterado el rol de los abuelos en la crianza de los hijos, que a su juicio debería ser más ocasional y, muchas veces, "de malcriadores".

"Veo que mis hijos y mis hijas son más pacientes y más respetuosos de lo que yo pude ser, veo que no se asombran de nada, se extrañan de nada, no se desesperan con nada", expresa el pediatra.

El pediatra Carlos González explica la teoría de la abuela: "Es normal que algunos padres sientan celos o frustración..."

Fomentar valores y principios como la amabilidad o el respeto, ser buenas personas al fin y al cabo, es lo más importante para Carlos González, más allá de las profesiones más o menos exitosas que puedan desempeñar en su edad adulta. "Mi nieto mayor tenía quizá tres o cuatro años cuando oí a mi hijo decir: "Yo lo único que espero es que sea buena persona". Y claro, tenía razón. No esperaba que fuera ingeniero o abogado, tampoco que triunfase en no sé qué... esperaba que fuera buena persona, eso es lo realmente importante. Lo será, casi seguro lo será si sus padres son buenas personas, que lo son", concluye.