Agente de la Guardia Civil jubilado: "Es mejor perdonar a cien culpables que denunciar a un inocente"

Tras casi 40 años de servicio en la agrupación de Tráfico, ahora a Antonio Castro Dafonte le ha llegado el retiro

Antonio Castro Dafonte junto a su motocicleta de la agrupación de Tráfico.

Antonio Castro Dafonte junto a su motocicleta de la agrupación de Tráfico. / Bernabé

Ángel Graña

Hace ahora una década que con motivo de la celebración del Pilar, patrona de la Benemérita, Antonio Castro Dafonte fue distinguido por su labor profesional. Ahora, diez años después, este agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Lalín (Pontevedra) dice adiós a una trayectoria de casi 50 años formando parte de la Guardia Civil.

-Echando la vista atrás, ¿qué valoración hace de tantos años de servicio en el cuerpo?

-Desde luego, es positiva porque además yo soy hijo de guardia civil. He vivido en cuarteles y entonces es algo que llevo arraigado desde que eres joven porque lo vives en casa. Además, tengo hermanos que también han sido del cuerpo ya jubilados porque yo era el más pequeño de nueve y el más joven de los cinco que entramos en la Guardia Civil. Así que, la valoración siempre es positiva.

-¿Cómo calificaría su trabajo en la agrupación de Tráfico?

-Hace muchos años que le escuché a un jefe que decía que nuestra labor no es mejor ni peor que otra, es un trabajo más pero distinto. Se trata de un trabajo vocacional en el que algunas veces tienes que denunciar a una persona y eso es desagradable. Puede ser con mayor o menor motivo pero no es bonito quitarle a una persona el dinero del bolsillo y más aún como están las cosas y las denuncias. Además, yo siempre digo que tuve la gran suerte de que en tantos años nunca tuve una nota desfavorable, ningún problema con los compañeros y lo que es aún más difícil, no tener ningún problema salvo cosas de poca importancia en la calle.

-¿Se considera un motero o la moto sólo fue una herramienta más para hacer su trabajo?

-Siempre me gustaron mucho las motos y por eso hice la especialidad de Tráfico. Mis hermanos mayores ya tenían moto y yo siempre me quedaba mirando para ellos o para los motoristas. Me acuerdo de verlos con las famosas Sanglas. Por cierto, cuando yo entré en la Guardia Civil en el año 76 los de Tráfico tenían BMW 350 y Sanglas 400. Yo escuchaba una moto con 14 o 15 años y ya me llamaba la atención. Mis hermanos también hicieron la especialidad y yo veía a mis hermanos de servicio y para mí era el orgullo más grande que podía haber. Son cosas que llevas dentro y como lo vives en casa, termina por influirte en toda tu vida.

-¿Se arrepintió alguna vez de haber multado a alguien?

-Nosotros no somos implacables. Claro que he tenido momentos de denunciar a una persona donde después más tranquilamente piensas que no lo tenía que haber denunciado. Y al contrario también te pasa. ¿Cuántos árbitros habrán pensado después de un partido que se habían equivocado? Es parecido, no digo que sea lo mismo. De todas formas, no ha sido muchas veces pero sí me ha sucedido. Hay una frase que suelo decir a menudo y que siempre me gustó mucho y que dice que es mejor perdonar a cien culpables que denunciar a un inocente. Esto es algo que en alguna ocasión le comenté a algún compañero con la intención de inculcarle algo positivo y que fue siempre mi norma.

-¿Es verdad que conducimos mejor cuando vemos a una patrulla de la Guardia Civil?

-No lo sé. Hoy en día salen menos las patrullas que antes y ves a un motorista a cada lado de la carretera. Entonces, tú te cruzas con un coche de Tráfico y sólo dices que por ahí van los de Tráfico. Sin embargo, si ves a cada lado de la carretera a motoristas bien puestos como se veían antes claro que te recuerda muchas cosas. Lo primero es echar mano al cinturón y después todo lo demás. Yo creo que la simple presencia ayuda y evita accidentes. Date cuenta de que apenas reparamos en las señales de la carretera porque vamos a lo nuestro, peo si te cruzas con un agente de Tráfico, es otra cosa.

-Sobre todo por miedo.

-No deberíamos tener tanto miedo a la denuncia porque se paga mejor o peor. Es algo que sucede y ya está. Pero acabar en el hospital o en un tanatorio es mucho peor.

-¿Nos falta conciencia vial?

-Sobre todo en las cosas importantes. Yo creo que en el tema del alcohol nos falta todavía mucho. Es un problema que tenemos ahí, que está presente en un porcentaje muy elevado de accidentes. La gente suele decir que salimos a la carretera a hacer caja y eso no es vedad. Cuando se hace un atestado no es para decidir quién tiene la culpa, pero la estadística de positivos en los test de alcoholemia es muy alta. Un mínimo de alcohol puede ser influyente porque te puede dar somnolencia o porque nos parece que tenemos los mismos reflejos y no los tenemos. Y quiero destacar que esto sucede sobre todo en la juventud. Todos hemos sido jóvenes y cuando hay mezcla de alcohol y fiesta nocturna en grupo es cuando sientes una euforia que te hace pensar que llego antes o que conduzco mejor. Todos sabemos que cuando no hay experiencia al volante el riesgo es mayor. Incluso después de muchos años conduciendo nos parece que lo dominamos pero nunca lo sabemos todo en este tema.

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