Los niños que nacen hoy podrían vivir entre dos y siete veces más extremos climáticos que sus abuelos

Mientras sus abuelos vivieron olas de calor, inundaciones o incendios forestales como fenómenos ocasionales y extraordinarios, las generaciones más jóvenes tendrán que convivir con ellos de manera cada vez más "frecuente, intensa y prolongada". Y es que, tal y como advierten varios estudios, con el avance de la crisis climática lo que antes ocurría una vez cada 100 o 500 años ahora ya ocurre cada pocas décadas y, de esta manera, corre el riesgo de afectar varias veces a una misma persona. Según apunta un análisis publicado este miércoles en la revista Nature, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, los nacidos en 2020 podrían vivir entre dos y siete veces más eventos climáticos extremos que sus abuelos. La cifra, afirman los expertos, supone un llamado de atención para acelerar las políticas climáticas y salvaguardar así el futuro de las generaciones venideras.

El estudio, liderado por un equipo internacional de investigadores, combina datos climáticos, demográficos y económicos para proyectar cuántos fenómenos extremos experimentará una persona a lo largo de su vida dependiendo de su año de nacimiento, su lugar de residencia y el rumbo que tomen las políticas climáticas globales. El análisis concluye que, hasta ahora, mientras solo un 16% de las personas nacidas en 1960 han vivido olas de calor extremas pero que, de seguir el rumbo actual de emisiones, el 52% de los niños nacidos a partir de 2020, el equivalente a 62 millones de de personas, "una exposición sin precedentes a las olas de calor a lo largo de su vida". Esto se traduce a que un niño europeo, por ejemplo, podría vivir cerca de una veintena de olas de calor extremas a lo largo de su vida frente a las cinco que vivió su abuelo. 

Un niño europeo podría vivir cerca de una veintena de olas de calor extremas a lo largo de su vida frente a las cinco que vivió su abuelo

Si el calentamiento escala hasta los 3,5 grados de media, los modelos indican que el 92 % de los actuales infantes podrían vivir este tipo de situaciones extremas.En los casos más extremos, hacia finales de siglo podría haber personas que vivan más de 25 olas de calor exorbitadas a lo largo de su vida.  Esto no solo implica que vivirán con temperaturas más elevadas sino que, además, estarán expuestos a episodios de calor más extremos, prolongados y frecuentes.

El análisis estima que si el calentamiento global supera los 2,5 grados habrá al menos 62 millones de personas que sufrirán "una exposición sin precedentes" al calor extremo a lo largo de su vida

Los modelos también indican que, de seguir así, un niño nacido en 2020 experimentaría 4 veces más sequías que alguien nacido en 1960. También vería 3 veces más incendios forestales, sufriría 2,5 veces más pérdidas a gran escala de cosechas y se enfrentaría a casi el doble de ciclones tropicales durante su vida. Estos riesgos podrían ser aún más significativos para los niños que crecen en contextos de mayor vulnerabilidad socioeconómica y que, por ejemplo, tienen un acceso a viviendas más precarias, un acceso limitado a recursos económicos y una menor capacidad para hacer frente a las inclemencias del clima. "Estas cifras resaltan la necesidad de estrategias eficaces para mitigar las futuras emisiones de gases de efecto invernadero y proteger a las generaciones futuras", destacan los autores del análisis, liderado Wim Thiery, de la Vrije Universiteit de Bruselas.

Medidas climáticas

El análisis se publica junto a un informe de Save The Children en que, más allá de señalar el problema, se reivindican soluciones para esquivar estos escenarios. En este sentido, la plataforma afirma que si logramos limitar el aumento de temperatura por debajo del umbral de los 1,5 grados se podría minimizar la exposición a extremos climáticos para casi un tercio de los niños. Según cálculos de la entidad, si el mundo lograra cumplir el Acuerdo de París y esquivar el calentamiento global extremo, al menos 38 millones de personas se salvarían de una exposición sin precedentes a las olas de calor a lo largo de su vida, 8 millones evitarían una exposición a las malas cosechas y a situaciones de inseguridad alimentaria, 5 millones se salvarían de inundaciones y los ciclones tropicales extremos, 2 millones evitarían una exposición a sequías extremas y aproximadamente 1,5 millones se salvarían de los incendios forestales de gran magnitud.

Si el mundo logra limitar el calentamiento global, al menos 38 millones de personas se salvarían de una exposición sin precedentes a las olas de calor 

Para lograr estos escenarios, la oenegé recoge las peticiones avaladas por la comunidad científica y reclama, por ejemplo, adoptar medidas ambiciosas y urgentes ahora para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados, entre las que destaca "eliminar de forma gradual, rápida y equitativa el uso de los combustibles fósiles". También se pide acelerar las medidas de adaptación para preparar a los hábitats humanos frente a los extremos climáticos y, en general, poner en el centro del debate "los derechos, las voces, las necesidades y las vulnerabilidades de la infancia". "Sabemos que aún hay esperanza, pero solo si actuamos con urgencia y ambición", afirma Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children International, tras la publicación de este trabajo. 

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