El Vaticano

Tan liberal como Francisco, pero más frío e inteligente, un enemigo feroz: el análisis de Javier Morán sobre el nombramiento de León XIV

Un recordatorio al anterior papa del mismo nombre y otro a Lutero, el agustino más revoltoso de la historia de la Iglesia

Católicos defensores de los migrantes en EE.UU. celebran la elección del nuevo papa

Católicos defensores de los migrantes en EE.UU. celebran la elección del nuevo papa / EFE

Javier Morán

Primero, el nombre. Que suma una unidad más al de León XIII, que gobernó la Iglesia de 1878 a 1903 y fue creador de la Doctrina Social De la Iglesia con su encíclica "Rerum Novarum", "Sobre las cosas nuevas", en la que rechazaba la esclavitud, proponía salarios justos y sindicatos católicos y denostaba el liberalismo, el comunismo y el socialismo al tiempo que defendía la propiedad privada y admitía la existencia de clases o diferencias sociales. Aún con algunas ambigüedades (que deberían resolverse ya a favor de las víctimas y descartados por el progreso técnico y por la codicia económica), sigue siendo el código más completo y razonado y el que cualquier persona pediría para sí mismo, salvo que prefiera que lo devore el código financiero, el liberal, el capitalista o el científico, todos ellos auténticos fundamentalismos.

Pues bien, imponerse el nombre de León XIV significa una declaración de intenciones muy seria, una continuidad con el pensamientos social y económico de Francisco y su forma de trabajar por los excluidos. Alguien que ha estado en territorio de misión en Perú sabe lo que es el mundo de los que poco o nada tienen frente al avaricioso Occidente.

Segundo, la vestimenta. Retornó al balcón de la logia de San Pedro el gran estolón de las presentaciones de nuevos papas. De Benedicto XV a Benedicto XVI todos los pontífices utilizaron con gran orgullo esa banda larga que se coloca alrededor del cuello, sobre los hombros, y se deja caer hasta las rodillas. Particularmente la utilizada por los papas se denomina la "Estola de los Cuatro Evangelistas", pues sus cabezas están bordadas en oro junto a otros elementos decorativos.

Francisco fue el primer Papa que no la utilizó en la logia, por lo cual algunos dementes pronosticaron que rompería la tradición de los pontífices. Prevost la ha utilizado, junto con una capa corta o muceta roja, pero ambos elementos no aseguran que sea un engolfado con las vestimentas.

Tercero, Lutero. Prevost (OSA), agustino, hijo de San Agustín, comparte estirpe con el agustino más revoltoso de todos los tiempos, que ciertamente cambió radicalmente la historia del Cristianismo a partir de 1521. Hay una frase que se repite y que describe cómo el Catolicismo, desde comienzos del siglo XX y más a partir de Concilio Vaticano II, se ha ido protestizando, o luteranizándose. Francisco celebró en 2021 el quingentésimo centenario de la Reforma, por lo cual le arrojaron venablos desde muchos rincones. Pero, como decía un escriturista jesuita de gran prestigio, Manuel Iglesias, fallecido hace unos año y muy conservador, todas herejías de estos 20 siglos, incluida la herejía luterana, se han basado en San Pablo.

Cuarto, sombras. A Prevost le han echado en cara encubrimientos de pederastas, lo cual ha de ser inmediatamente dilucidado, como en 2013 sucedió con la cuestión de si Bergoglio había colaborado con la dictadura militar argentina a partir de 1976. Para darle una mayor tensión a los supuestos errores del americano, se le ha comparado con el cardenal emérito de Lima Cipriani Thorne, del Opus Dei. A Thorne se la acusó de un abuso sexual y la Santa Sede le impuso penalizaciones como la de no mostrar sus insignias cardenalicias. Pues bien, días atrás se presentó con gran distinción, vistiendo de perfecto cardenal, en alguna jornada del precónclave. No ha sido cardenal elector. Así pues, se ha afirmado que mientras Thorne sufría un castigo duro, a Prevost se le pasaban cosas por alto. Esperaremos acontecimientos.

Quinto, de las musas al teatro. Prevost se encontrará con una mesa de despacho que cruje, pues entre los temas que deberá abordar figuran algunos que produjeron gran debate con Francisco, a saber, la moral y los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, las bendiciones de parejas de hecho homosexuales, la homosexualidad en su conjunto, las mujeres en la Iglesia y su gobierno, la sinodalidad o gobierno colegiado de la Iglesia incluyendo a los laicos, los acuerdos con China, la reforma de los estatutos del Opus Dei, etcétera. Cada uno de ellos puede provocar que le caigan chuzos de punta en todo momento.

Sexto, americano. Es estadounidense, pero no parece gañán. Es más Americano, de toda América, que víctima de EEUU y de su conservadurismo religioso.

Séptimo, feroz. Ya le han definido como un liberal de las mismas dimensiones que Francisco, pero mucho más frío e inteligente, es decir, un enemigo feroz. Cara de zorro sí que tiene, de hermano zorro, hermano león, por supuesto.

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