León XIV

El obispo gallego amigo del nuevo papa: "Es un hombre inteligente, humilde y muy equilibrado"

León XIV tiene un gran amigo gallego: Gilberto Gómez González, obispo de Abancay, en Perú, país en el que ambos desarrollaron su labor apostólica desde mediados de la convulsa década de los 80 en el país andino. "Estoy muy contento", señaló ayer a FARO minutos después de conocer la "gran noticia"

Monseñor Gilberto Gómez, en el parque de O Castro, en Vigo.

Monseñor Gilberto Gómez, en el parque de O Castro, en Vigo.

Rafa López

Vigo

"Es un buen amigo. No le escribí antes del cónclave, pero estuve a punto", revela a FARO Gilberto Gómez, natural de Crecente, del mismo lugar de esta localidad pontevedresa donde nació San Paio, la parroquia de San Xoán de Albeos. El obispo de Abancay, que de joven fue atleta y cultiva la poesía –iba a presentar su libro en Club FARO el día del apagón– habla maravillas de Robert Francis Prevost Martínez, con el que coincidió muchos años en Perú, y del que destaca su inteligencia, su cercanía y su formación canónica. "Tengo muchos whatsapps con él y hace poco que nos escribimos", dice de don Roberto, como lo conocían en Perú, el obispo gallego, que ayer se encontraba de visita en La Rioja y después volverá a Vigo por unos días antes de regresar a su diócesis.

-¿Cómo ha recibido la noticia?

-Estoy muy contento, es una gran noticia. Es un hombre inteligente, humilde, muy equilibrado y un gran canonista también. Era el canonista de la Conferencia Episcopal [de Perú]. Le elegimos vicepresidente porque no era peruano de nacimiento, para presidente siempre elegimos un peruano. Estuve en su casa en Roma varias veces y coincidimos en muchas ocasiones, hasta que se lo llevaron para Roma.

-Robert Francis Prevost comenzó su labor en Perú en 1985, y usted en 1986…

-Sí, en Perú, como misionero… Él fue obispo mucho más tarde que yo, no llevaba muchos años. Fue rápido obispo de Chiclayo y después cardenal. Es más, le nombraron cardenal diácono y el papa Francisco lo nombró cardenal obispo sin pasar por cardenal presbítero. Yo lo felicité y le dije que tenía una gran confianza del papa. Me contestó y me lo agradeció. Mantuvo el número de teléfono del Perú y siempre contestaba, aunque fuera con unas palabras, a cualquier sacerdote de su diócesis que le escribía. Y hoy les saludó [por ayer, al salir al balcón en la plaza de San Pedro].

-Además, en español.

-Sí, sí. Yo le di los servicios espirituales este año precisamente a los sacerdotes de Chiclayo. El nuevo obispo es también un agustino y amigo mío. Todos guardan un gran recuerdo de él. Él había trabajado como sacerdote y como asesor de derecho canónico en la Archidiócesis de Trujillo.

-¿Qué cualidades del nuevo papa destacaría, en lo personal?

-Primero, que es muy inteligente, muy equilibrado, humilde, y tiene una gran formación, también canónica, que es muy importante. Era el asesor de la Conferencia Episcopal de Perú en estos temas, está muy preparado. Coincidí en muchos lugares con él y lo conocí antes de que él fuera obispo. Me alojaba en su casa en Roma, cuando él era el director de la casa de los Agustinos, al lado mismo de la columnata de la plaza de San Pedro. Fue superior general de los Agustinos. Cuando venía para Vigo, al día siguiente de Pascua, venía conversando con un obispo peruano que viajaba a Roma. Y yo le decía: "Oye, yo firmaba por Prevost [para papa]". Y él me contestó: "Yo también" [risas].

-Pero ha sido una sorpresa, no figuraba entre los principales "papables"...

-Nunca he hecho ningún caso a las quinielas. Firmaba porque fuera él, pero tampoco sabía que iba a salir. Me molestaba oír que alguien estaba bien posicionado, como si fuera una carrera de caballos [risas]. Nunca aciertan. Solo acerté una vez en mi vida, y tengo 73 años: con Benedicto XVI, y porque fue algo muy destacado. Las otras veces siempre había esas quinielas y no aciertan nunca, porque están hechas con otros criterios, y no es eso.

-La trayectoria de Prevost ha sido fulgurante.

-Sí, pero había sido superior general de los Agustinos, que ya era algo importante en Roma.

-¿Considera que seguirá la línea de Francisco?

-Francisco tenía mucha confianza en él, le nombró primero obispo de Chiclayo, después cardenal… Por eso creo que sí, que seguirá en esa línea, aunque cada uno tiene su estilo y su formación, que seguramente es distinta. Pero, en lo sustancial, seguirá. Los papas son sucesores de Pedro, no del papa anterior [ríe]. El Espíritu Santo va suscitando lo que la Iglesia necesita. Y que se hayan puesto 133 cardenales de acuerdo en dos terceras partes, el segundo día, es muy importante. Creo que lo han pensado muy bien.

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