OBITUARIO | Más sobre Salvador Bellés, por Henri Bouché

Salvador Bellés tenía aquello que llamamos "don de gentes". Algún día, quizá, en una dimensión distinta, podremos tener una última conversación

El fallecido, Salvador Bellés.

El fallecido, Salvador Bellés. / Mediterráneo

Henri Bouché

Henri Bouché

Castellón

Durante su reclusión por motivos de salud hablábamos alguna vez por teléfono y nada me hacía predecir su marcha. Hace unos días le llamé y al día siguiente recibí la sorprendente noticia por parte de su querida esposa, Anitín: Salvador acaba de morir.

Pensaba en este desenlace, pero no tan pronto. Me conecté con él mediante una breve oración y un largo silencio.

Una larga relación

Con Salvador tuvimos una larga relación por motivos de amistad, especialmente, y también profesionales. Decía que era autodidacta, pero sus dotes sorprendían para decir y entender de cuanto se hablaba. Era, además, vendedor de ideas y hacedor de proyectos, aparte de una cordialidad entrañable siempre presente en su conversación, acompañada de una constante simpatía. Tenía aquello que llamamos “don de gentes”.

Yo quería presentarlo siempre como “presentador” de actos y eventos, como se dice ahora; pero este concepto, en su caso, resulta pobre. Era mucho más denso.

Escribió y habló mucho, y bien

Escribió, y mucho, en prensa, sobre todo. Habló mucho, y bien. Incluso traspasó los límites normales escribiendo sobre muchas cosas: deporte, ciclismo, teatro, música, seres humanos... Fue un tertuliano incansable, asesor cultural del Ayuntamiento, colaborador de este periódico y también de una serie de publicaciones de carácter local.

Sentí mucho no poder tener una última conversación con él. Algún día, quizá, en una dimensión distinta, la podremos tener. Un buen corazón y un buen amigo, nunca se pierden. Ahora, descansa en paz, pues te lo mereces, creo yo.

Tracking Pixel Contents