Dormir con aire acondicionado puede enfermarte: esto es lo que recomiendan los expertos

El frescor nocturno puede salir caro si no tomas estas precauciones

Dormir con aire acondicionado puede enfermarte: lo que recomiendan los expertos

Dormir con aire acondicionado puede enfermarte: lo que recomiendan los expertos / Pexels

Néstor Marín

Néstor Marín

Cuando el calor aprieta, dormir sin aire acondicionado puede parecer una locura. Ese fresquito que llega en mitad de la noche se siente como un regalo. Pero, ojo, porque también puede traer consigo algún que otro susto.

En la medida de lo posible, hay que evitar dejar el aire acondicionado puesto toda la noche, porque incrementa el riesgo de sufrir un resfriado u otro problema de salud, o en su defecto, poner un temporizador.

¿Cuál es médicamente la temperatura ideal?

Y es que el aire acondicionado, aunque nos salva de noches sofocantes, puede convertirse en un enemigo silencioso si no lo usamos bien. Un neumólogo lo resume con claridad: hay tres claves para evitar sustos.

  • La primera, no pasarse con la temperatura: lo ideal es que esté entre 24 y 26 grados.
  • La segunda, no apuntar el chorro directo al cuerpo.
  • Y la tercera, beber más agua de lo habitual para compensar la sequedad que provoca el ambiente frío.

La verdad es que no es raro que, con el aire a tope, las vías respiratorias se resequen y queden más expuestas a virus y bacterias. Lo dicen las estadísticas y lo confirman en consulta: en verano aumentan los casos de faringitis, sinusitis y otras infecciones que, muchas veces, podrían evitarse.

Riesgos ocultos y a quién afectan más

Si además se tiene asma o alguna alergia, la cosa se complica. Los sistemas de climatización acumulan polvo y ácaros si no se limpian bien, y eso es justo lo que puede desencadenar una crisis. Por eso, hacer un buen mantenimiento del aparato no es un lujo, sino una necesidad.

Las personas mayores, por su parte, son especialmente sensibles a los cambios bruscos de temperatura. Pasar de un salón con aire a la calle a 40 grados no es nada recomendable. Lo mejor es mantener el aire en niveles suaves y, sobre todo, evitar que les dé directamente.

¿Y qué pasa con el coche? Pues algo parecido. Antes de encender el aire, conviene abrir un momento las ventanillas para que el calor acumulado salga. Así, el cuerpo no sufre un impacto tan fuerte. Y no olvides revisar el sistema: si no se limpia con frecuencia, puede convertirse en un pequeño ecosistema de microorganismos.

En resumen: el aire acondicionado no es el enemigo. Pero, como casi todo, mal usado puede darnos más de un quebradero de cabeza. Y más vale dormir frescos... que terminar con la garganta en llamas.

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