Los robos en cabinas telefónicas, una práctica llevada a cabo en todo el territorio español y por el que hasta la fecha han sido detenidas 77 personas, 15 de ellas en Castellón, ya se han extendido a la capital de Els Ports.

Las tres cabinas telefónicas públicas instaladas en las calles de Morella fueron desvalijadas el lunes por el procedimiento conocido como método del taladro. Se trata de un hecho delictivo que coincide con la desarticulación de parte de una red que opera en toda España y que supuso la detención entre el 13 y el 17 de enero de este año de 15 ciudadanos rumanos que forzaron cabinas desde Vinar²s hasta Onda, y que podrían haberse apropiado de 1,2 millones de euros (200 millones de pesetas). Nueve de los arrestados ingresaron en prisión y se ha propuesto su expulsión del país, mientras que el resto disponía de documentación en regla o de tarjeta de residencia.

Además de esta operación, otros dos individuos, de nacionalidad lituana e italiana, fueron sorprendidos recientemente cometiendo el mismo delito en cabinas instaladas en la playa de Moncofa, donde fueron detenidos por la Policía Local.

No obstante, estas acciones policiales no desanimaron a los delincuentes, que el lunes operaron en Morella con total impunidad y a plena luz del día, sin despertar las sospechas de los vecinos.

Según explicaron fuentes municipales, no es la primera vez que las instalaciones telefónicas sufren el asalto de los ladrones, ni tampoco es la primera ocasión que han sido robadas por el método del taladro. Éste consiste en hacer un agujero con esta herramienta en la parte superior derecha de la tapa del arca de la cabina elegida después de comprobar, con la introducción de unas monedas, que la hucha estuviera suficientemente llena.

Una vez hecho el orificio, los delincuentes introducen un alambre en forma de gancho para desbloquear el dispositivo de seguridad y lograr la apertura de la cerradura lateral.

A continuación, se procede a la apertura del arca utilizando una llave original sustraída a algún recaudador de la compañía telefónica, aunque últimamente, y siempre según fuentes policiales, se había observado que estaban utilizando llaves de vehículo Ford acopladas a tal fin.

TAPANDO AGUJEROS

Una vez llevaba a cabo la sustracción de la hucha, los ladrones intentan que no se detecte la manipulación de la cabina tapando los agujeros realizados con el taladro con masilla o plastilina de color negro o gris, dependiendo del color de la tapa.

Posteriormente, estos individuos entregan su recaudación a los cabecillas de la red mafiosa, así como una relación de las cabinas abiertas por este sistema y con esto en su poder, se mandan a los recaudadores cada cierto tiempo para desvalijar las mismas, aprovechando el agujero que ya ha sido practicado, logrando así recaudar gran cantidad de dinero en efectivo.

Cada uno de los 15 detenidos en la provincia por el Cuerpo Nacional de Policía --a quienes se les intervino material y herramientas del tipo antes mencionado-- tenía asignada una zona y siempre se encargaba de la misma. Cada 21 días, vaciaba el cambio de cabinas y se apoderaba de entre 120 y 180 euros.