La dirección de la Fundación Jiménez Díaz decidió ayer abrir un expediente informativo paralelo a la investigación judicial para estudiar los sucesos ocurridos el jueves en el centro, cuando una médico residente mató a dos personas e hirió a siete. La dirección asegura que la residente no había dejado de tratar a pacientes y que su jefe no había recibido quejas sobre su comportamiento.

Los familiares de las dos fallecidas, la médico residente Leilah el Ouammari y la paciente Jacinta Gómez, anunciaron que emprenderán acciones judiciales contra el centro, al que responsabilizan del suceso por conocer la situación psicológica de la agresora.

Los cuatro heridos ingresados en la UCI del centro van paulatinamente mejorando y uno de ellos ha pasado a planta, aunque el hombre herido de 76 años continúa en estado crítico, informó ayer el hospital.

La agresora fue trasladada por orden judicial a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, donde está bajo custodia policial y acceso restringido.

Según fuentes de la dirección de la Fundación Jiménez Díaz, la agresora, Noelia M. N., residente de tercer año, había rotado en varios servicios antes de Reumatología, donde trabajaba ahora. Frente a las versiones que circulan sobre su estado de salud o de comportamiento, aseguraron que en ninguna de las unidades había surgido problema alguno.

Noelia M. N, según las fuentes, cogió baja por depresión en agosto de 2002 "por enfermedad común", según el parte médico, pero no recientemente.

El juez llamó ayer a declarar como testigos a varias enfermeras y auxiliares y el caso está bajo secreto sumarial.

Los restos mortales de Jacinta Gómez fueron trasladados al Tanatorio Sur, donde ayer quedó instalada la capilla ardiente.