Llucena vivió ayer uno de sus días más trágicos. A primera hora de la tarde, un joven, que podría padecer una enfermedad mental, presuntamente le clavaba un cuchillo a su propio padre en su casa causándole la muerte. El parricidio provocó una gran consternación entre los vecinos, aunque a muchos no llegó a sorprenderles, ya que últimamente decían que el presunto agresor "daba miedo".

La víctima se llamaba José Seguer, tenía 58 años y trabajaba en el campo. El hijo, del mismo nombre, cuenta con 32 años y se dedicaba también a cuidar sus cultivos al tiempo que realizaba algunas faenas para el Ayuntamiento, según comentaron los vecinos. La madre, Guadalupe G., trabaja en una céntrica panadería de la población.

POR LA VENTANA "Sobre las dos de la tarde, estaba yo durmiendo la siesta y he oído escándalo, me he asomado y he visto a la policía en la casa de José", contaba uno de los vecinos de la calle Médico Nebot. Y es que a esta hora regresaba la madre del trabajo encontrándose la puerta de la casa cerrada. Al no poder abrirla y saber que tanto su marido como su hijo se encontraban dentro de la vivienda avisó a la policía local, relataba ayer el alcalde, Vicente Nebot.

Entonces, uno de los agentes accedió al domicilio por una pequeña ventana y abrió la puerta desde el interior. "La madre se encontró a su hijo rezando pidiendo que quería morirse igual que su padre y a su marido en la cama tumbado, muerto y con sangre", contaban los vecinos a Mediterráneo.

Según el alcalde, en las ropas del hijo habían también manchas de sangre. "Me han contado que José, después de clavarle el cuchillo en el cuello, arrastró el cuerpo hasta la cama y lo acostó", decían los vecinos. En la población vieron por última vez a la víctima con vida sobre las 11 de la mañana, por lo que entre esta hora y las dos de la tarde sucedió el trágico suceso.

El alcalde confirmó que el hijo estaba siendo tratado por una enfermedad mental y algunos de los vecinos precisaron que sufría "esquizofrenia o era bipolar". "La verdad es que, desde hace un año, José se iba mucho de la cabeza, a mí me daba incluso miedo, pero nunca pensaba que pudiera llegar a tanto", apuntaban sus conocidos sin creerse todavía los hechos. Según las descripciones de éstos, el presunto agresor es de complexión fuerte y corpulento, ya que mide 1,80 metros de altura y pesa alrededor de 110 kilos. Aun así, los más allegados califican al joven como una "bellísima persona, inteligente y poco agresiva".

José S. G. fue detenido por la Guardia Civil tras reconocer haber sido el autor de los hechos. Unos hechos que conmocionaron a la población ya que, además, se trataba de una familia del pueblo de toda la vida.

Alrededor de las 19.30 horas el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Castellón, cuyos forenses le practicarán la autopsia que determinará la causa y el momento de la muerte.