El matrimonio y su hijo de 12 años encontrados muertos a puñaladas en su domicilio del centro de la capital burgalesa recibieron sepultura ayer tarde después de una misa funeral.

Los expertos, algunos de ellos miembros de la Policía Científica de Madrid, centran las averiguaciones en una persona conocida de las víctimas, sin descartar otras posibilidades, y trabajan en la reconstrucción de la sucesión de los hechos.

Al parecer, la primera persona que falleció fue Salvador Crisanto Barrio, encontrado en la cocina de la casa con numerosas puñaladas, y posteriormente la mujer, que fue hallada en el dormitorio, y el menor, quien estaba en el pasillo de la vivienda.

Especialistas del Cuerpo Nacional de Policía efectuaron una inspección minuciosa de la vivienda para intentar encontrar huellas que ayuden a esclarecer el caso. La investigación abarca el entorno de la familia, ya que se supone que el autor pudo ser un conocido porque no se forzó la puerta de acceso a la vivienda y los tres cadáveres se encontraban con pijama, por lo que se presume que estaban dormidos o a punto de acostarse.

La policía sitúa la muerte entre la noche del pasado domingo y la madrugada del lunes, sin que haya sido encontrado en el lugar del suceso el arma homicida, un objeto punzante, al parecer de grandes dimensiones.