Dos vecinas de Castellón, madre e hija, se enfrentan cada una a 21 años y seis meses de prisión como presuntas autoras de dos delitos de asesinato en grado de tentativa, pues el fiscal les acusa de golpear y rociar con gasolina a dos hombres magrebíes en una caseta abandonada sita detrás del Hospital General de Castellón el 7 de mayo del 2000.

Según el escrito del fiscal, sobre las cinco de la madrugada del 7 de mayo del 2002, las dos acusadas: Erica G. F.; su madre, Encarnación F. G., (actualmente en prisión provisional por el crimen del portero de un inmueble de Castellón); y el compañero sentimental de la segunda --que se encuentra en paradero desconocido-- acudieron a un maset abandonado situado detrás del Hospital General donde dormían los dos hombres (uno de los cuales era el novio de Erica G. F., de 26 años), los golpearon y les prendieron fuego tras rociarles la caseta con gasolina. Lograron huir y acudieron al Servicio de Urgencias del Hospital General. Las víctimas, que están en paradero desconocido, presentaban quemaduras de segundo grado en la cara, manos y tórax, y les quedaron cicatrices como secuelas.

Las acusadas negaron los hechos y Encarnación F. G. acusó a su entonces compañero sentimental, en paradero desconocido, y declaró que él le dijo que había discutido con un chico y que junto a otro le quemó.

A la vista oral, celebrada ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, y que cuenta con tres suspensiones anteriores, no acudieron ni las víctimas ni un testigo. Por ello, se dio lectura a las declaraciones de los perjudicados, uno de los cuales es el único que acusó a las dos mujeres y a la pareja de una de ellas --al que conocía porque eran gorrillas en el aparcamiento situado delante del hospital-- como los presuntos agresores. Por su parte, el otro perjudicado declaró que no vio nada. Asimismo, los forenses que examinaron a las víctimas seis meses después de los hechos, declararon que las lesiones que presentaban "no eran mortales".