Los cadáveres de la mujer y de sus dos hijos, de 6 y 2 años, que fueron asesinados el miércoles en Elx presuntamente por el marido y padre, J.M.M., presentaban golpes en la cabeza, propinados, al parecer, con un objeto contundente, según informaron ayer fuentes de la investigación.

La policía logró hallar una maza con la que presuntamente fueron golpeadas las víctimas.

Para facilitar la instrucción, la titular del juzgado de Instrucción número 3 de Elx ha decretado el secreto del sumario, a la espera de que el supuesto autor del triple crimen, de 35 años, pase a disposición judicial.

Este hombre permanece en dependencias de la Comisaría de Elx, donde está siendo interrogado como único sospechoso por el triple parricidio, y confesó ser el autor material de los crímenes en las primeras declaraciones que realizó ese día a los agentes.

El Instituto Anatómico Forense de Alicante finalizó ayer las autopsias de los cadáveres.

El detenido, quien carecía hasta la fecha de antecedentes policiales por violencia doméstica, era adicto a la cocaína y al alcohol. En sus primeras declaraciones a la policía, J.M.M. admitió que había consumido cocaína y alcohol antes de perpetrar supuestamente los asesinatos, cuyos motivos por el momento no han trascendido.

Fuentes de la investigación confirmaron que los cadáveres de la mujer y del hijo mayor se encontraban tendidos sobre la cama de la habitación del matrimonio, mientras que el del menor de 2 años estaba tapado con una manta dentro de una cuna, situada en otro dormitorio.

Uno de los agentes de la Policía Local de Elx que entró en la vivienda donde se hallaban los cadáveres declaró ayer que la escena del triple crimen "jamás" se le borrará de la mente.

Afirmó no haber podido dormir por la noche, ya que este caso le ha dejado huella, para agregar a continuación que ayer todavía se notaba la tensión en el barrio por el trágico suceso.

El suceso ha conmocionado a la ciudad ilicitana y, sobre todo, al barrio donde vivía la familia, cuyos vecinos mostraban su inquietud y rabia por lo sucedido.

Por otra parte, el médico forense José Antonio García Andrade consideró que el perfil del parricida corresponde más al de un consumidor habitual de alcohol y cocaína, mezcla que calificó de "cóctel terrible", que al de un maltratador.