Un ruido ensordecedor en el silencio de la noche. Después, gritos. En árabe. Cinco inmigrantes marroquís murieron ayer sepultados en la casa de tres plantas en la que dormían en el centro histórico de Piera (Barcelona). El derrumbe se produjo a las 2.45 horas en el número 3 de la calle de Sant Bonifaci cuando en una sola habitación descansaban 11 hombres de nacionalidad marroquí. Agentes de la policía local fueron los primeros en llegar. Después, lo hicieron los bomberos. Dos de los inmigrantes consiguieron salir por su propio pie y se marcharon, aunque después fueron localizados. Fueron ellos los que informaron de que en la vivienda dormía una docena de personas. Los equipos de rescate consiguieron sacar de los escombros a cuatro personas. Dos tenían heridas de carácter leve y los otros dos, menos grave. Los cuatro fueron evacuados a los hospitales de Igualada y Martorell. Los heridos más graves, que fueron localizados sobre las cuatro de la madrugada, tenían dificultades para respirar, por lo que fueron atendidos por la dotación de una ambulancia medicalizada. Ayer, los médicos no temían por sus vidas.

RESCATE DE CADÁVERES Los bomberos tuvieron que desescombrar la casa a mano y con precaución ya que sabían que había más personas bajo los cascotes. A las 6.10 de la madrugada encontraron el primer cadáver. Sólo cuatro minutos después, el segundo. Los tres restantes aparecieron a las 7.10, las 8.45 y las 9.52 horas. Ante la posibilidad de que hubiera un sexto fallecido, durante todo el día los equipos de bomberos continuaron retirando los cascotes de la casa. A las 19.30 horas, los bomberos finalizaron la búsqueda sin hallar ningún cuerpo más, por lo que se suponía que eran 11 las personas que estaban en la casa. Además del inmueble número 3, donde se encontraban los inmigrantes, también se hundió la casa del número 1 de la misma calle, que se encontraba deshabitada. La número 5, en la que vivía una pareja de ancianos, tuvo que ser desalojada y apuntalada por los bomberos.

Las tres casas son muy antiguas. Tienen más de 200 años y fueron construidas por tanto con materiales propios de la época, como adobe y vigas de madera. El deficiente estado de la vivienda siniestrada pudo motivar el accidente. El alcalde de Piera, el convergente Jaume Guix , rehusó pronunciarse sobre las causas, aunque explicó que sus propietarios habían pedido una licencia de obras menores para rebozar una pared y cambiar unas baldosas, pero matizó que ésta no había sido concedida.

RUIDOS DE OBRAS El propietario de la vivienda, Mustafá Afilal, negó que estuviera efectuando obras en su interior. Sin embargo, los dos vecinos que fueron desalojados explicaron lo contrario. "Desde hace un mes oíamos ruido de obras. Picaban porque querían hacer tres viviendas independientes. Siempre estaban trabajando", explicó la mujer, Paquita Gabarró. Su marido, Jaume Ribas, añadió que sus vecinos "sacaban los escombros" por la parte trasera.

Guix puntualizó que el ayuntamiento está a la espera de la investigación iniciada por los Mossos d´Esquadra y los bomberos. Para otros vecinos del pueblo la causa estaba clara. "Hacían obras en la casa, incluso de noche, y tocaron la pared maestra. Por eso debió caerse la casa", explicó Lluís Gavinés, de 70 años, mientras a su lado asentía Francisco Baena, de 63, al otro lado de la cinta colocada por la policía. La calle de Sant Bonifaci forma parte del centro histórico de la localidad con casas alineadas que desembocan en una suave pendiente que finaliza junto al ayuntamiento. "La cuestión es que son casas antiguas", explicó una vecina.