A Charo ayer por la mañana le dió un vuelco el corazón. Su hija mayor la llamaba para contarle que había pasado algo en la clase de tercero de Primaria, a la que va su hermana pequeña, Lledó López, y que no la encontraba por todo el colegio. "Me he llevado un susto muy fuerte", recordaba después de que todo pasara y de saber que Lledó no estaba entre los 15 alumnos de su aula afectados.

"Terminaban de hacer gimnasia y ha hecho mucho calor, pensamos que ha podido ser por eso, pero los niños cuentan que han olido a algo, pintura, pero no saben qué era", relataba Charo que comentaba con Bienve, la madre de otra compañera de clase, lo sucedido.

Su hija, Carolina Fernández, sí que tuvo síntomas: "Se ha mareado, pero no ha hecho falta trasladarla al hospital", decía Bienve preocupada después de asustarse "cuando he visto la ambulancia en la puerta del colegio".

"He preguntado a los policías que han venido y me han dicho que los bomberos han estado midiendo y que no hay motivos para preocuparse", relataba esta madre, más tranquila, después de saber que su hija, también de ocho años, estaba bien.