Los niños que resultaron heridos graves como consecuencia del incendio de la caseta que habían construido con plásticos y palets en un solar en Benicarló, acusaron del fuego a Silverio Pellicer, el anciano de esa localidad del Baix Maestrat (propietario del solar donde ocurrieron los hechos) que ayer se sentó en el banquillo de los acusados y para quien el fiscal solicita una pena de 42 años de prisión como presunto autor de tres delitos de asesinato en grado de tentativa.

Así quedó constatado en la declaración de los padres de los menores (éstos dieron su testimonio a puerta cerrada), pues uno de ellos aseguró que su hijo le dijo que "estaban dentro de la caseta jugando y Silverio les acosó y les prendió fuego".

El progenitor de otro de los niños manifestó que cuando su hijo se despertó en el hospital, la primera vez le preguntó "si Silverio estaba en la cárcel".

Según el escrito de calificación provisional del representante del Ministerio Público, los hechos sucedieron el 5 de septiembre de 2002, cuando los niños, de entre 12 y 13 años, estaban jugando dentro de una caseta de madera construida con palets en un solar propiedad del acusado, éste se acercó y les dijo que se marcharan. Uno de los menores salió y, tras increparles para que se marcharan, les impidió la salida de la cabaña, a la que golpeó varias veces con un bastón que llevaba y, posteriormente, "arrojó una cerilla dentro de la caseta lo que provocó un incendio", que afectó a los tres niños.

Por estos hechos, dos de las víctimas no pudieron abandonar la UCI hasta noviembre del 2002 y la más grave lo hizo en abril del 2003. A los menores les han quedado graves secuelas y, según los padres, dos de ellos no pueden usar la mano derecha y uno de los niños "ya ha entrado al menos 60 veces en el quirófano y aún le quedan otras".

Por ello, el fiscal solicita que el acusado indemnice a las tres víctimas con 318.000, 393.000 y 358.000 euros, respectivamente, mientras que la acusación particular reclama una indemnización que asciende a 1.500.000 euros para cada uno y acusa a Silverio Pellicer de tres delitos de lesiones graves por los que solicita 36 años de prisión en total.

Por contra, la defensa del acusado, que niega que prendiera fuego a la caseta ni que pegara a los niños, solicita la libre absolución. A este respecto, el anciano declaró que no le gustaba que los niños tuvieran la caseta allí, pero que no le pegó fuego y que cuando vio las llamas avisó a un vecino, ayudó a apagarlo y sacó a uno de los niños del interior de la caseta incendiada.

UN TESTIGO DICE QUE NO AYUDÓ No obstante, la declaración de uno de los testigos contradijo la del acusado. "Estaba al lado de la caseta, agachado delante de la puerta y, al momento, salió un poco de humo y le dije: qué hace, dijo el testigo, que le dijo al niño que salió antes de la cabaña que fuera a pedir ayuda a un taller cercano. Este hombre, que fue el primero en llegar al lugar, añadió que no sabía "cómo se produjo el fuego" pero no dudó al al afirmar que Silverio Pellicer "no hacía nada por ayudar" y "no sacó a ningún niño".