Los vecinos de Betxí confirmaban ayer algunas de las sospechas que desde hacía meses circulaban por la población. Agentes de la Guardia Civil de Burriana detenían a Emilio Rufino Albalate, un "falso masajista" que actuaba en su consulta como "vidente" y que ha sido arrestado como presunto autor de un delito de "intrusismo y dos abusos sexuales", incluso, según fuentes policiales, el impostor "consiguió que dos de sus víctimas, dos mujeres, se desnudaran integralmente en su consulta".

"Ya era hora", decían ayer los vecinos asegurando que, con sus dudosos tratamientos, "ha roto matrimonios y ha hecho sufrir mucho a la gente", explicaban a Mediterráneo los vecinos en la calle, en el bar y en los comercios... De hecho, figura ante la Benemérita la denuncia de 10 personas con confesiones en las que aseguran que el detenido les hacía creer que poseía "poderes sobrenaturales y adivinatorios". Una de estas víctimas, reconocía a Mediterráneo estar "pasándolo muy mal": "Hay mucho sufrimiento dentro en cada uno de los casos", decía ocultando su identidad.

De hecho se enteraba a través de este periódico de la detención del presunto autor de una "humillación" que ha pasado ella y otras nueve personas "de Betxí, Castellón o Almassora", también clientes del falso masajista.

Su consulta, bajo el rótulo de ERAI Quiromasajista, está en la calle San Isidro y ayer permanecía cerrada a cal y canto. Incluso sus familiares, que residen en las plantas superiores del inmueble, rechazaron contestar a las llamadas de Mediterráneo y se limitaron a observar a través de las ventanas. Emilio, de 41 años, está casado y tiene un hijo.

Según las denuncias policiales, ofrecía a sus clientes "labores propias de psicólogos y psiquiatras" ya que "atendía a los pacientes por trastornos mentales tales como ansiedades, depresiones y problemas emocionales", además de diagnosticarles e indicarles cómo debían superar estos traumas "llegando a retirar la medicación prescrita por médicos colegiados".

TESTIMONIOS "A mi me preguntó si creía en Dios o en la reencarnación", comentaba uno de sus pacientes, asegurando que ya no volvió a acudir al centro. "Distinguía entre almas blancas y negras. Parece que quería formar una secta", añadía este vecino de la población que, por seguridad, quiere permanecer en el anonimato. Otra joven betxinense admitía que fue tratada por Emilio de un problema en el cuello tras un accidente "y me recetó ungüentos a base de hierbas medicinales, como si fueran de brujería".

"Un familiar mío estuvo yendo a este masajista y acabó por hacerle más caso a él que a su propia familia", recordaba otra joven en un bar de la población.

TOCAMIENTOS Y DESNUDOS Los vecinos también explicaban que el masajista "metía mano a las mujeres". De hecho, en las denuncias interpuestas se dice textualmente que "les hacía creer que tenían traumas sexuales no superados" y dos de ellas denunciaron "tocamientos sexuales una vez logrado el control mental". Además, dos de las víctimas admitieron ante la policía que se desnudaron integralmente "como parte del tratamiento".

En total, la Guardia Civil calcula que las víctimas pagaron unos "11.000 euros" ya que "con el tiempo, manipulaba los sentimientos y emociones y acababa por conseguir un control alargando el número de consultas, a 17 euros cada una". El detenido está a disposición del Juzgado de Guardia de Nules.