Un buitre leonado de más de dos metros de envergadura y unos ocho kilogramos de peso, aparecido en Onda, atacó a un joven de 24 años y le causó heridas en la nariz que le produjeron la fisura de los huesos y un desgarro de piel que precisó ocho puntos de sutura. El cetrero Manuel Molinero fue atendido en el centro de salud, cuyos facultativos le remitieron al hospital comarcal de La Plana, donde fue curado de sus heridas.

El incidente ocurrió durante la noche del pasado viernes cuando el buitre se apostó en el tejado de la empresa esmaltera Vernís, y los trabajadores avisaron a la Guardia Civil. Ante la imposibilidad de capturar a la rapaz se llamó a Manuel Molinero, quien es conocido por su experiencia con toda clase de aves rapaces. "Me subieron con un torito hasta el tejado pero el buitre huyó para refugiarse en la fábrica Azulindus, esperé a que se durmiera y me abalancé sobre él para inmovilizarlo con una manta", explica.

OPUSO RESISTENCIA En el forcejeo con el animal se produjo la agresión sobre el joven que solo pretendía capturar al ave para protegerla y remitirla a un centro de rehabilitación de rapaces en Cinctorres. "Me atrapó la nariz con el pico y lo dobló con tanta fuerza que me hizo caer al suelo. Le cogí del cuello y tiré hacia atrás para liberarme de la picadura cuando noté que me desgarraba la piel", recordó.

Lejos de amedrentarse, Molinero consiguió reducir al buitre e introducirlo en un saco para trasladarlo a su domicilio y entregarla posteriormente al personal de Seprona que atiende la mencionada buitrera. Solo cuando el buitre estuvo a salvo se ocupó de ir al servicio de Urgencias para recibir la atención médica. "Es posible que este animal se haya criado en estado salvaje porque no lleva anilla y se encuentra fuerte y bien alimentado", aventuró.

TRADICIÓN FAMILIAR Molinero pertenece a una familia de experimentados cetreros que el año pasado ya rescataron a un buitre leonado perdido en un camino rural de la localidad. La diferencia era que aquél estaba amansado, débil y hambriento, e incluso se dejaba acariciar sin mostrar ningún tipo de agresividad. Todo lo contrario que el capturado ahora, que lo convertía en un animal peligroso. Prueba de ello fue la doble agresión que le propinó al cetrero cuando intentó sujetarlo para la fotografía que ilustra la información y le picó en el brazo y en el pecho. El joven dijo sentirse "orgulloso" a pesar de los daños recibidos por haber sido útil para salvar al buitre perdido, y afirmó que no dudará en volver a arriesgarse si se presenta otra ocasión similar.