Una de las novias del acusado y la compañera de piso del mismo volvieron a declarar ayer, en calidad de imputada y testigo, respectivamente, y ratificaron que el día del secuestro y muerte de Carlos Reverter, el ciudadano venezolano llegó "con un ojo morado y unos ligeros rasguños en la palma de la mano". A este respecto, el acusado le dijo a la testigo --quien le había alquilado una habitación de su vivienda--, que "dos rumanos le habían atracado en un cajero y le habían golpeado".

Por su parte, una de las parejas del detenido, pues mantenía relaciones con otra joven a la vez, confirmó que aquel le regalo un móvil, que resultó ser de la víctima. "Sacó la tarjeta que había, la rompió y yo coloqué la mía", indicó. Esta volvió a declarar que el día de los hechos, el acusado le llamó sobre las 17.30 horas, le pasó el teléfono a un desconocido, y luego le dijo "que estaba perdido entre Vila-real y Almassora" y ella le indicó por qué carretera ir.