Los municipios de Bera y Lesaka, de las que eran vecinos los tres montañeros navarros que murieron el sábado al despeñarse en los Pirineos franceses, están "consternados" tras la noticia, que se suma a la muerte hace una semana en circunstancias similares de otro joven lesakarra.

Los fallecidos anteayer son los beratarras Luis Pikabea y Xabier Zubieta, de 33 años y primos entre sí, y el vecino de Lesaka Xabier Salaralegi, de 32 años, cuyos cuerpos pasaron la noche del domingo en la morgue de Tarbes.

La alcaldesa de Bera, Helena Santesteban, quien se encuentra fuera de Navarra pero "en permanente contacto" con el Ayuntamiento, explicó que "quizá estamos más acostumbrados a los accidentes de tráfico, pero esto resulta más inusual y más cuando han sido tres jóvenes los fallecidos". Además, apuntó la posibilidad de que oficialmente se organice algún homenaje.

Por su parte, el alcalde de Lesaka, Juan Fermín Mitxelena, recordó el fallecimiento hace una semana de otro convecino, el joven Unai Etxepare. "Son dos chavales que andan alrededor de los 30 años y su muerte, en un pueblo pequeño en el que nos conocemos todos, crea un ambiente duro y triste", lamentó Mitxelena. Además, este primer edil constató que el consistorio está "abierto a todo lo que nos pueda pedir la familia, pero al no haber hecho nada oficial la semana pasada con la muerte de Etxepare, imagino que no querrá distinguir".

AGILIDAD Tras conocerse los hechos, hasta Tarbes se trasladó el director de la Agencia Navarra de Emergencias (ANE), David Sáinz, para cumplimentar los trámites correspondientes de la repatriación de los cadáveres, que partieron de Tarbes hacia sus respectivas localidades.

Así lo señalaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Navarra, que relataron las gestiones realizadas tanto desde esta institución como desde el Ministerio de Asuntos Exteriores para agilizar los trámites y que los cuerpos llegaran ayer mismo hasta el polideportivo de Bera.