La picaresca española es de sobra conocida. Hasta el punto en el que hay personas que se juegan un arresto denunciando hechos que no han ocurrido realmente. La Guardia Civil ha detenido durante los meses transcurridos de este año a ocho personas por interponer denuncias de delitos que realmente no han sucedido.

Entre estas personas, hay tres mujeres. Además, uno de los arrestados era de nacionalidad marroquí, mientras que otro de los interceptados por simular delitos era de procedencia argentina. El resto son españoles.

Según fuentes conocedoras de este tipo de situaciones, en la mayoría de ocasiones, las personas que denuncian unos hechos que no han sucedido lo que quieren es evitar que el peso de las leyes caiga sobre ellos.

Al parecer, en un gran número de ocasiones, las denuncias son por robos de vehículos que han estado implicados en algún tipo de accidente y posteriormente se han dado a la fuga. Asimismo, también se denuncian sustracciones de coches que se han utilizado para cometer otro tipo de delitos.

Las mismas fuentes indican que los agentes del instituto armado "suelen investigar aquellos casos en los que hay indicios de mentira". "Por ejemplo, cuando la denuncia de sustracción es inmediatamente posterior a la comisión del delito de omisión de socorro o del otro tipo".

SUELEN SER INFRUCTUOSAS Así, estos informadores argumentan que las denuncias que se efectúan de forma fraudulenta para evadir responsabilidades legales suelen ser infructuosas y se acaba pillando al individuo que trata de perpetrar el engaño, "porque no es difícil".