El juzgado de instrucción número 1 de Elche ha dejado en libertad, aunque
imputados por un presunto delito de homicidio imprudente, a los dos agentes del
Cuerpo Nacional de Policía que custodiaban al joven nigeriano que murió el
pasado 9 de junio en un avión cuando era deportado a Lagos. Los policías
declararon hoy ante la titular de este juzgado, tras ser aceptado un recurso de
la fiscalía para que acudiesen ante la juez en Elche y como imputados, y en
presencia de, al menos, un abogado, quien eludió hacer declaraciones a los
periodistas a la salida del juzgado.
El letrado de la familia del nigeriano muerto, Pedro Víctor de Bernardo,
explicó que los policías fueron interrogados durante más de dos horas cada uno y
que al finalizar la vista la juez decidió dejarlos en libertad. De Bernardo
mostró su desacuerdo con esta decisión y consideró que se debía haber ordenado
su ingreso en prisión y haberles acusado de un delito de homicidio doloso.
Falleció por "muerte violenta y por asfixia"
Osamuyi Akpitaye murió el pasado 9 de junio en el interior de un avión de
Iberia cuando era deportado a Nigeria bajo la vigilancia de los citados agentes
de la Policía Nacional, lo que hizo que el aparato que había despegado poco
antes de Madrid aterrizara en El Altet (Alicante). Durante el interrogatorio los
policías relataron los hechos, aunque al llegar al punto del fallecimiento
estaban "en blanco" sobre los motivos por los que murió, hecho al que De
Bernardo restó importancia, puesto que "no son médicos".
Recordó que la autopsia determinó que el joven Osamuyi Akpitaye falleció por
"muerte violenta y por asfixia". Respecto a la mordaza, los agentes explicaron
que utilizaron cinta adhesiva que "no le cubría la boca íntegramente" para
"impedir que se mordiera la lengua y para que no mordiera a terceros", aunque
según el informe del forense había restos de pegamento en la perilla. El letrado
apuntó que los agentes entraron en "algunas contradicciones", pero que éstas no
son muy importantes y sus intervenciones demuestran que la declaración "estaba
bien preparada".
Antes de entrar al juzgado, De Bernardo explicó que los otros dos ciudadanos
nigerianos deportados en el mismo avión "vieron cómo lo introducían en la
aeronave y lo dejaban sentado entre los policías y cuando el vuelo llevaba media
hora aproximadamente, se requirió la presencia de un médico y ya falleció".
Según el abogado, el fallecido iba sentado en el asiento de atrás, separado del
resto del pasaje por una cortina, "llevaba una mordaza en la boca y estaba atado
de pies y manos. Por eso nadie lo vio".
El Ministerio Fiscal no ha solicitado el ingreso en prisión de los policías,
según indicó el letrado, quien pedirá que las azafatas y los sobrecargos del
avión declaren en Elche, porque lo han hecho por exhorto en sus lugares de
origen y no han podido ser interrogados por el abogado ni por la fiscal.
Consideró que éste será "un proceso largo y no sencillo" y que la calificación
de homicidio imprudente podría cambiar en la fase intermedia.
El cuerpo del joven fallecido permanece en el tanatorio de Alicante, a la
espera de que se autorice su repatriación, según indicó De Bernardo, quien
destacó que se trata de un caso con una "repercusión importante, tanto en España
como en Nigeria".